Más
de 25 millones de infectados en todo el mundo
El mal de Chagas, la enfermedad
del subdesarrollo, golpea a Corrientes

La provincia tiene índices que superan en al menos el 5%
a la media nacional, pero estuvo a punto de ser declarada "libre
del mal" en 2002, a causa de la falta de estadísticas.
Actualmente se trabaja en la difusión, centrando la información
en la prevención y la eliminación del vector.
El mal de Chagas es una enfermedad típicamente asociada con
la pobreza. A pesar de que el imaginario social la asocia con ranchos
de adobe, paja y cartón, en muchos lugares, incluso en Corrientes,
no son solamente los desposeídos quienes la padecen: el desconocimiento,
el "a mí no me va a pasar" y las deficiencias en
las costumbres de higiene de muchos hogares son espacios propicios
para que la vinchuca, vector de esta enfermedad endémica
de buena parte del Norte argentino, viva y se reproduzca a sus anchas.
El mal de Chagas-Mazza es una enfermedad considerada como una pandemia,
pero también como un mal social. No es para menos, si se
tiene en cuenta que la OMS en sus estimaciones indica que entre
18 y 20 millones de personas tienen serología positiva, que
50 mil individuos mueren cada año por este mal y que un 30%
de los infectados tiene alguna complicación durante la evolución
de su enfermedad. El total de afectados por esta enfermedad, es
decir, que tienen síntomas que van más allá
de la presencia del tripanosoma cruzi en la sangre, supera los 4
millones, en su mayoría con problemas cardíacos.
La situación en Corrientes no es muy conocida, lo que sólo
sirve para que los indicadores se vayan volviendo cada vez más
graves de lo que son. El principal problema de información
tiene que ver con la ausencia durante mucho tiempo de campañas
de prevención, información y tratamiento, además
de la ausencia de estudios epidemiológicos y estadísticos.
Esta desinformación sobre los pacientes afectados, sumada
a la falta de respuesta adecuada a la problemática provocó
incluso que en 2002 estuviera a punto de ser declarada libre de
la Enfermedad de Chagas.
Lo inverosímil de esta posibilidad motivó al Ministerio
de Salud de la Provincia a realizar trabajos para conocer la situación
real, y se comenzó por las localidades en las que el mal
se consideraba endémico históricamente: San Miguel,
General Paz, San Luis, Mburucuyá, Concepción, Empedrado,
San Cosme, Itatí, San Roque, Berón de Astrada. El
estudio resultó alarmante: arrojó como resultado un
índice de infestación superior al 5% mayor que el
promedio nacional.
El trabajo exigía medidas urgentes, por lo que se comenzó
a trabajar con lo que se tenía a mano: primero el relevamiento
entomológico y junto con él el relevamiento serológico
a niñas menores de 15 años, embarazadas, y aquellos
adultos que quisieran realizarse el análisis; además
del tratamiento de las viviendas infestadas.
La estrategia incluyó, avanzando en el tiempo, el tratamiento
y seguimiento de los pacientes detectados en Banco de Sangre o por
consulta espontánea. Como el número de casos que se
detecta es cada vez mayor, la cartera sanitaria está trabajando
en la elaboración de un registro provincial que permita un
mejor seguimiento de los casos, y así implementar mejores
servicios de atención para los infectados y enfermos.
Según informaron desde el Ministerio, Las
acciones se basan en varios ejes:
1) Control y seguimiento
de las embarazadas y sus recién nacidos con serología
positiva para Chagas.
2) Provisión
continuada de medicación específica.
3) Provisión
continua de reactivos específicos a todos los laboratorios
de la provincia a través de la Red de Laboratorios de la
Provincia.
4) Continuidad
en las acciones de rociado en las localidades del interior.
5) Capacitación
de los recursos humanos para continuar con la lucha contra la patología.
Los trabajos de detección rindieron
frutos, permitieron obtener los primeros datos específicos
sobre la enfermedad.
La difusión de información y ampliación de
los circuitos de tratamiento y atención permitieron que desde
marzo a agosto del 2006 se trate igual cantidad de pacientes menores
de 15 años que en todo el 2005. Dentro del grupo de niños
estudiados se evidenciaron alteraciones cardiovasculares tempranas.
En los adultos se diagnosticaron cuadros de hipertensión
arterial como inicio de la patología cardiovascular. Se constató
que del total de pacientes adultos con insuficiencia cardiaca crónica
atendidos en el Instituto de Cardiología, el 13% de los mismos
presentaban serología positiva para Chagas. Otra de las alteraciones
más frecuentemente detectadas son los bloqueos A-V que requieren
colocación de marcapasos.
Lo cierto es que el conocimiento de la enfermedad, el vector, la
forma de transmisión, el tratamiento posible y las formas
de luchar contra ella son esenciales para conseguir que su incidencia
vaya bajando. La educación en este ámbito, como en
todos, es fundamental, para que desde ahora a algunos años
se pueda decir que, como sucedió con la viruela, que la enfermedad
de Chagas-Mazza está desterrada.
Cómo se transmite la infección
El mal de Chagas es una infección producida por el parásito
tripanosoma cruzi y que por su forma de distribución geográfica,
también se conoce como tripanosomiasis americana.
La enfermedad se trasmite gracias a un insecto vector, que lleva
dentro de sí al agente causal de la enfermedad.
El tripanosoma cruzi toma a la vinchuca como su huésped.
Como es hematófago, luego de picar a un animal o persona
infectada sirve de transportador del parásito de unos a otros
y allí se inicia la cadena interminable de transmisión.
La infección se propaga a los seres humanos cuando un insecto
infectado deposita heces en la piel mientras la persona está
dormida por la noche, la persona se rasca la zona y se produce pequeñas
heridas por donde entra el parásito. La vinchuca no produce
ninguna molestia cuando pica, cuando se detecta la picadura ya es
tarde. Los animales también pueden infectarse cuando comen
insectos infectados.
La forma de acabar con esta enfermedad es eliminando el insecto
vector.
La lucha debe ser contra el vector
Existen tres maneras fundamentales de impedir que se alberguen vinchucas
dentro de las viviendas:
Mediante la mejora de la calidad de las paredes, techos y pisos
de las casas, especialmente que sean de material que no se agriete,
de superficies lisas que no permitan formar hendijas y huecos donde
puedan refugiarse los insectos. Deben emplearse siempre cal y arena
en los revoques de paredes y techos. En conclusión, debe
desaparecer el rancho criollo, "pintoresco" para quien
contempla un cuadro, pero que no representa la vivienda sana e higiénica
a que tienen derecho los seres humanos.
La higiene profunda del hogar es fundamental. No dejar huecos oscuros
o sin acceso durante mucho tiempo. Es imprescindible fumigar de
manera periódica toda la casa, incluyendo los espacios entre
techos y cielorrasos. Con esto se evita no sólo la instalación
de la vinchuca sino de muchos otros insectos y alimañas.
Para la fumigación y mantenimiento de los hogares deben usarse
productos que tengan probada acción sobre la vinchuca, su
descendencia y las que puedan migrar en objetos como puede suceder
en una mudanza.
Un huésped indeseado. La vinchuca, el enemigo silencioso
La vinchuca -triatoma infestans- es una especie casi exclusivamente
domiciliaria. Se la encuentra principalmente en la vivienda del
hombre rural y en los lugares propios de animales domésticos.
Vinchuca en quechua significa "dejarse caer". Así
se simboliza la conducta del insecto que, cuando de noche, desde
los techos de las viviendas humanas, se deja caer sobre sus víctimas
para alimentarse de su sangre, picándolos de preferencia
en lugares blandos del cuerpo. Una vez que completa su alimentación,
el insecto deposita sus deposiciones cerca de la herida producida
por la picadura, la víctima se rasca y los parásitos
que están en las fecas del insecto ingresan al torrente sanguíneo
del huésped.
El parásito que vive en la vinchuca se denomina científicamente
Trypanosoma cruzi y es el causante de la enfermedad de Chagas, presente
en cerca de 18 millones de latinoamericanos. Afecta en especial
al corazón, esófago e intestino grueso, pudiendo ser
mortal.
No cualquier vivienda es apta para el desarrollo y reproducción
de este insecto, ya que requiere ciertos factores que favorezcan
sus hábitos. Como son la presencia de grietas en pisos y
paredes, parte posterior de muebles, en los sitios que no son periódicamente
limpiados, debajo de la cubierta de los techos o paredes que tienen
resquicios, entre el empajado de quinchos y ranchos y en las soluciones
de continuidad de paredes de adobe mal embarradas o sin revocar.
Los depósitos, donde las cosas se mueven con poca frecuencia
también son sus lugares predilectos.
En las viviendas, la presencia de la vinchuca se descubre facilmente
por medio de sus deposiciones de color pardo-amarillento y negro
que manchan las paredes como si fueran gotas de tinta china.
En las noches calurosas o templadas, cuando se apaga la luz para
irse a dormir, es cuando las vinchucas comienzan a salir de sus
refugios; si están en los techos o en la parte alta de las
paredes se dejan caer desde la altura, siendo característico
el ruido que provocan.
Las vinchucas sólo se alimentan de noche, y de día
no salen de sus escondrijos. Esta característica explica
una frecuente costumbre de los moradores de las zonas más
afectadas por la vinchuca; la de dormir con la luz prendida para
ahuyentar a estos insectos.
Es un insecto muy astuto, ya que las personas que viven en zonas
afectadas se cubren con mosquiteros para evitarlos, pero esto no
es suficiente ya que el insecto procurará encontrar cualquier
lugar para penetrar. Por lo que se recomienda meter los extremos
del mosquitero debajo del colchón. Además, el mosquitero
deberá colocarse también de forma tal, que, al dormir,
los brazos y las piernas no se pongan en contacto con el tul, a
través del cual suelen picar.
Una vez que está sobre el individuo o animal del que se alimentará,
que habitualmente esta inmóvil por estar dormido, la vinchuca
endereza su pico, que lleva normalmente plegado sobre la parte inferior
de la cabeza, apoya su extremo en la piel, introduce sus largos
estiletes, inyecta saliva irritante y anticoagulante y comienza
a chupar sangre durante algunos minutos.
La picadura no produce molestia alguna en el momento, lo que le
permite al insecto alimentarse con tranquilidad y marcharse luego
sin ser advertida en la mayoría de los casos.
Una vez repleta de sangre, la vinchuca puede parecerse a una uva;
no puede volar y regresa a su refugio caminando por el piso y subiendo
luego por la pared, tarea en la que puede tardar muchos minutos
e incluso horas, ya que tiene que hacer largos descansos debido
a que multiplica su peso lo que dificulta su movilidad.
Son muy resistentes al ayuno en todas sus etapas de vida: tanto,
que la ninfa del quinto estado puede soportar hasta 200 días
de ayuno.
Fuente: Diario
La Republica - Corrientes
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