Expertos se preguntan
qué pasó con la gripe aviar
A principios del 2006, cundía
el pánico ante la posibilidad de que se desatara una epidemia
de gripe aviar: los franceses temían por el foie gras, los
suizos encerraban a sus pollos bajo techo y en Estados Unidos se
reclutó a presos en Alaska para tratar de detectar aves infectadas.
La mortífera cepa H5N1 del virus de gripe aviar _antermormente
confinada al sureste de Asia_ afectaba a aves en regiones tan diversas
como Alemania, Egipto y Nigeria, y parecía inevitable que
ocurriera una pandemia.
Sin embargo, el virus desapareció silenciosamente. Con excepción
de una serie de contagios de seres humanos en Indonesia, el epicentro
de la infección de gripe aviar, los temores surgidos el año
pasado sobre una epidemia catastrófica del mal casi desaparecieron
por completo.
¿Qué
fue lo que pasó?
Parte de la explicación podría ser que la gripe aviar
tiende a ser más activa en los meses fríos, pues el
virus sobrevive más tiempo a temperaturas bajas.
"Muchos de nosotros estamos aguantando la respiración
a la espera de ver qué pasa durante el invierno", señaló
el catedrático de microbiología de la Universidad
de Hong Kong, el doctor Malik Peiris.
"El H5N1 se expandió rápidamente el año
pasado, y la pregunta que nos hacemos es si se trató de un
incidente único", indicó Peiris.
Algunos expertos sospechan que la vacunación de las aves
de corral ha complicado, de manera paradójica, la detección.
Las vacunas reducen la cantidad de virus en circulación,
pero los niveles bajos del virus todavía pueden provocar
epidemias, aunque sin las señales obvias de la muerte de
aves.
"Ahora es más difícil descubrir qué es
lo que está ocurriendo con la gripe con los animales y los
humanos", señaló el doctor Angus Nicoll, director
del departamento de influenza del Centro Europeo de Prevención
y Control de Enfermedades.
Aunque la pandemia ha tardado en llegar, los expertos aseguran que
aún es demasiado pronto para bajar la guardia.
"Tenemos ante nosotros un riesgo visible", señaló
el doctor Keiji Fukuda, coordinador del programa mundial contra
la influenza de la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, aunque el virus pueda mutar para convertirse en una
cepa que provoque una pandemia, Fukuda subrayó que podría
ocurrir lo contrario, al mutar para convertirse en un tipo menos
peligroso para los seres humanos.
El H5N1 ha afectado particularmente a Asia. Sin embargo, en este
año cruzó la barrera continental al infectar a personas
en Turquía, Irak, Egipto, Djibuti y Azerbaiyán.
Pese a que el virus ha provocado la muerte de 154 personas y matado
u obligado a sacrificar millones de aves en todo el mundo, no ha
encontrado la forma de infectar fácilmente a los humanos.
Los virus de la influenza evolucionan constantemente, por lo que
la aparición de mutaciones no es suficiente para hacer sonar
las señales de alarma. La clave será entonces identificar
qué tipo de mutaciones son las más preocupantes.
"No sabemos realmente cuántos cambios debe tener este
virus para que se pueda adaptar a los humanos, y ni siquiera sabemos
si puede hacerlo o no", destacó el doctor Richard Webby,
un experto en gripe aviar del Hospital de Investigación Pediátrica
St. Jude de Tenesí.
La señal más obvia de que podría estar ocurriendo
una pandemia casi seguramente vendrá del campo: un incremento
repentino de casos sugerirá que hubo contagio de un ser humano
a otro.
La última gran epidemia ocurrió en 1968, cuando un
virus de gripe aviar se combinó con una cepa de virus de
influenza humano y mató a más de un millón
de personas en todo el mundo.
En mayo, en la indonesia de Sumatra, un grupo de ocho casos fue
identificado y seis de ellos fallecieron. La Organización
Mundial de la Salud (OMS)envió de inmediato a un equipo para
que investigara los casos.
El organismo de las Naciones Unidas ya se encontraba bastante preocupada
con los datos, que incluso alertó a a la empresa farmacéutica
Roche Holding AG para que tuviera lista para mandar a Indonesia
las medicinas antivirales que tiene almacenadas para casos de emergencia.
Afortunadamente, el problema de Sumatra fue confinado a sólo
una familia, y aunque hubo un contagio entre seres humanos, tal
como ha ocurrido en otro puñado de casos, el virus no se
adaptó lo suficiente para convertirse en un tipo fácilmente
contagioso.
Este episodio, que bien puro derivar en una pandemia, subrayó
muchos de los problemas que siguen enfrentando las autoridades de
salud pública, como sistemas de vigilancia insuficientes
y contar con información limitada sobre el virus.
Incluso en China, donde la cepa del H5N2 ha circulado por más
tiempo, la vigilancia no es la idónea. "La vigilancia
de 14.000 millones de aves en China, particularmente cuando la mayoría
de ellas viven en corrales de traspatio, es un enorme reto",
señaló el doctor Henk Bekedam, el funcionario de la
OMS de más alto nivel en China.
De los 21 casos de infecciones en seres humanos que se han registrado
en China hasta ahora, 20 fueron en zonas sin información
de infecciones en aves del virus H5N1, por ello "necesitamos
mejorar la búsqueda para descubrir donde se oculta el virus"
agregó Bekedam.
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