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Institucionales

El aporte posible de la RED FABA en las nuevas circunstancias.
Plan de salud y crisis económica
“Ni el más bello sueño vale el momento de despertar”.
André Gide
“...Alrededor del camión que estaba descargando la basura y otros residuos se encontraban más o menos 35 hombres, mujeres y niños. En cuanto el vehículo se alejó del montón, todos ellos comenzaron a escarbar con palos, algunos con las manos, apoderándose de trozos de comida y verduras...”. Comisión de Chicago encargada de investigar la situación de los Vaciaderos de Basura. 1932.






Horacio Micucci
Un tsunami económico
Hace unos meses estalló la crisis económica mundial en curso. Hay distintas opiniones sobre su duración pero todos coinciden en que será larga y profunda (¿cinco a diez años?). Algún dirigente connotado de la política internacional ha sostenido que es la crisis más grave que ha afrontado la humanidad en toda su historia. A la caída de grandes instituciones bancarias internacionales se suma ahora la posible quiebra de monopolios como General Motors, Ford y Chrysler. La comparación más aceptada es que se trata de una crisis de la envergadura de la de 1930. Es bueno recordar que esta crisis se extendió hasta la segunda guerra mundial en sus efectos, y que fue precisamente esa guerra, y la producción del aparato militar industrial, la que llevó a EE.UU. a superarla recién en 1945.
Las oleadas de la crisis en EE.UU., y los ramalazos que sacuden las otras potencias irradiando vientos de recesión, hambre y desocupación, marcan el fin de un período de auge de la economía mundial.
Desde los ’90 la economía mundial vivió un período de crecimiento, impulsada principalmente por la unificación del mercado económico mundial con la plena integración de Rusia, China, la India y otros países asiáticos. Centenares de millones de obreros, en condiciones de superexplotación y bajos salarios, se incorporaron al “mercado de trabajo”, abriendo paso a un aumento extraordinario de la ganancia de monopolios mundiales. La gran demanda generada por el proceso de industrialización de esos países benefició transitoriamente a los productores de materias primas: fue el “viento de cola” que permitió, en Argentina, remontar la crisis de 2001-2002 en base a las exportaciones sojeras. Ese período terminó.
La gran masa de capital obtenido en esas circunstancias buscó formas de inversión para producir nuevas ganancias. Pero aumentar la producción ya no lo permitía. Ocurre que el aumento de producción desenfrenada va bajando la tasa de ganancia, además no todos (por sus bajos ingresos) pueden comprar. Se intentó, entonces, aumentar la tasa de ganancia disminuyendo el pago de sueldos y aumentando la productividad de la fuerza de trabajo con máquinas, con más horas de labor y ritmos inhumanos.
Pero entonces, los que debían comprar no lo pudieron hacer.
Se dice que, en la crisis última del Lejano Oriente, la fábrica NIKE, en Vietnam, le pagaba a sus obreros el equivalente de un par de zapatillas. Lógicamente esos obreros no podían ser compradores. Entonces se hicieron múltiples modelos de zapatillas para que compre la pequeña parte de la población que podía hacerlo. Lo mismo pasa con los autos. Pero este esquema: ¿cuánto podía durar?. La otra cara del consumismo es el subconsumo de la mayoría. Entonces se inventaron burbujas especulativas para seguir ganando.
Tarde o temprano las burbujas estallan, se acumulan stocks y viene la crisis. Hace un año, Alan Greenspan, el ex director de la Reserva Federal de Estados Unidos, dijo que había una masa tan gigantesca de fondos dedicados a la especulación y que era comprensible que fueran estallando sucesivamente burbujas que se habían generado en el terreno financiero, en el inmobiliario, etc., etc.
En síntesis, ha habido en estos años una tasa de ganancia fabulosa para los grandes grupos económicos (no para los habitantes de nuestras patrias, siempre languideciendo entre crisis y crisis). Pero esas ganancias no se podían invertir de nuevo en la producción para aumentarla, precisamente por los problemas que se encuentra en la demanda. La demanda es siempre limitada, porque mil millones de personas viven con un dólar al día en el mundo. Por ejemplo, si la industria automotriz fabrica un millón de unidades, no quiere decir que las ganancias las puede invertir para fabricar al año próximo un millón y medio o dos millones, porque no hay mercado para esa producción. Por lo tanto ese dinero se fue invirtiendo en la especulación y se generaron enormes burbujas especulativas, que son las que han ido estallando. Primero fueron las llamadas hipotecas basura, es decir se prestaba dinero con tasas de interés muy bajas, para que los beneficiarios usaran esos fondos para hacer estudiar a sus hijos, para comprar bienes, etc. Y a su vez esas hipotecas eran parte central del paquete de crédito que iban a parar a un banco o un instituto de crédito de otra parte del mundo, que a su vez eran fondos de inversión que se volcaban para sostener determinadas ramas de la producción. Ahora todo eso ha estallado y afecta a todo el sistema con efecto dominó.
Es una típica crisis de superproducción relativa. Aumenta la producción y sobran productos porque los que los necesitan no los pueden comprar. Vienen entonces los despidos, la miseria, etc.
Han desaparecido ya las ilusiones de que esta crisis no afectará a nuestro país. Todo indica que será una crisis superior a la que hemos vivido en lo referente a los enormes sufrimientos sociales que provocará. Algunos funcionarios municipales y provinciales consideran que la crisis se agravará en 2009 y más aún en 2010.

La caída de las “verdades” de los años 90
En días hemos visto caer “verdades reveladas” con las que maceraron nuestras cabezas en los últimos 30 años. El intervensionismo estatal en la economía, prohibido a nuestros países durante años, fue aplicado en horas para volcar billones de dólares al salvataje de quienes provocaron la crisis. El progreso sin límites en el tiempo, el fin de las crisis y el crecimiento económico sostenido terminaron siendo una mentira. El mundo feliz, donde todos éramos empresarios prósperos, no era cierto. El mundo de la competencia, con el libre funcionamiento del mercado que nos llevaría a la infinita prosperidad individual, ha mostrado su verdadera contracara.
Llegó la medianoche, la carroza volvió a ser zapallo, los corceles volvieron a ser ratones y Cenicienta vuelve a ser la fregona de la casa..
El neoliberalismo vino con la pretensión de terminar con las crisis periódicas. Hace no más de 10 años Clinton decía que habían vencido a las crisis y que EEUU crecería hasta el 2020 con la informática, el dinero virtual, etc. Sin embargo, primero se vino abajo la burbuja del Silicon Valley en California y ahora esta crisis.
El modelo fracasó. Pero no porque hubiera desocupación y miseria, desocupación que el modelo necesitaba en cierto grado para mantener deprimidos los salarios
Fracasó porque al fin la crisis estalló varias veces de 1995 hasta acá, hasta esta monumental de ahora.
Han intentado explotar al máximo la fuerza de trabajo, pagarle lo menos posible, producir en el tercer mundo expoliando de mil maneras a nuestros países. Inventaron el Toyotismo como forma de superexplotación (disfrazada de que la calidad era responsabilidad del obrero). Inventaron el “Just in time” o sea tener una red de proveedores que suministraban el insumo necesario y no más, para producir diversificado y sólo lo necesario, para no acumular stocks. Pero igual la crisis se produjo.

¿Manada o cazador solitario?

El sálvese quien pueda, el individualismo noventista, el mecanismo de avanzar sin importar quien caiga han demostrado lo que son. El progreso de algunos se construye sobre gran cantidad de cráneos pisoteados.
La solidaridad, antes despreciada, vuelve a abrirse camino.
En la evolución biológica el cazador en manada es más eficiente que el cazador solitario. En la manada de elefantes, los débiles van al medio, protegidos y ayudados por los más fuertes. Si alguien cae, la manada lo ayuda.
En pleno auge liberal, FABA se mantuvo (contra todos los pronósticos) al persistir en mecanismos solidarios.
Es posible, si actuamos solidariamente y en conjunto, estar en condiciones de capear la crisis que se avecina. La condición es recordar la Ley de Panal: “lo que es bueno para el panal es bueno para la abeja y no al revés”.
La RED FABA en una propuesta solidaria en salud
Es indiscutible que la crisis provocará la necesidad de paliar sus efectos en la alimentación, salud y educación de la mayoría de la población. Es posible también que una gran parte de esa población carezca de fondos para solventar sus necesidades. Surge, entonces, la necesidad de intervención estatal creciente en esas áreas. Tal vez sea bueno recordar que, producido el crack del 30 en EE.UU., primero se continuó aplicando una política liberal hasta que, recién en 1934, Franklin Delano Roosevelt asumió y aplicó una clara política de intervencionismo estatal.
En salud las respuestas deben ser inmediatas y, en el marco de un fortalecimiento del sector estatal, las redes gremiales como la de FABA, integradas al sistema público, pueden convertirse en un importante elemento para desarrollar un sistema solidario de salud, donde sus laboratorios sean un agente principal en el primer nivel de atención de un sistema basado en la Estrategia de Atención Primaria de Salud, como postula la OMS.
Para ello la Red FABA ofrece innumerables ventajas. Está organizada en diez Distritos que coinciden parcialmente con las Regiones Sanitarias provinciales. Se encuentran federados más de 2000 bioquímicos, habilitados para realizar análisis clínicos, distribuidos uniformemente, en todo el territorio provincial. En cada ciudad o pueblo existen laboratorios debidamente habilitados y de variada complejidad tecnológica, lo que permite la atención personalizada del bioquímico cumpliendo uno de los preceptos de la Estrategia de Atención Primaria de Salud: la atención próxima a los lugares de vivienda y trabajo de la población, con un profesional que conoce al paciente, su estilo de vida y sus características individuales y por ende tiene conocimientos de los factores sociales que inciden sobre su patología y aprovecha ese conocimiento para optimizar la obtención de las muestras e interpretar el significado de sus resultados.
La Red FABA, a partir de su relación con la Fundación Bioquímica Argentina (FBA) puede presentar algunos rasgos interesantes adicionales como:
a- Formación de Recursos Humanos Bioquímicos a través del Programa de Educación Continua (PROECO) de FBA, por medios tradicionales y electrónicos.
b- Resultados confiables. Con participación en un Programa de Evaluación Externa de la Calidad (PEEC) de FBA.
c- Bioseguridad.
d- Calidad integral de la RED verificada por el Programa de Acreditación de Laboratorios (PAL) de FBA .
e- Puede además desarrollar, de manera centralizada, un sistema de notificación bioquímica que aporte los resultados de sus determinaciones al sistema de vigilancia epidemiológica provincial y nacional, como lo ha hecho en el Seguro Publico de Salud provincial, para conocer, de manera inmediata, cualquier brote o circunstancia que exija una pronta respuesta. Al estar integrados en red se pueden optimizar los gastos, favorecer el acceso de los pacientes en lugares alejados o periféricos, y organizar una estadística sanitaria bioquímica colectiva.
La Red FABA puede aportar desde la bioquímica a paliar la dolorosa realidad de millones de personas. Es responsabilidad de quienes deciden no desperdiciar este aporte. Sabemos que no basta con acciones bioquímicas como sabemos que ni siquiera alcanzan las medidas sanitarias. Tal vez haya que recordar lo dicho por Rudolf Virchow, en la Alemania de 1848: “La medicina es una ciencia social y la política es (o debiera ser) medicina en gran escala...”

El desafío de no perder el rumbo

Autoridades de FABA en la fiesta del PAMI en Mar del Plata

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INFORMACIÓN FABA SOLIDARIO

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