Las enfermedades mentales se duplicaron tras el paso de Katrina
Se cumple un año desde que "Katrina" pasó
sobre Nueva Orleans. Los vientos de fuerza 5 y las lluvias arremetieron
contra la que fue cuna del jazz. Entre los supervivientes, la proporción
de enfermedades mentales graves como depresión, estrés
postraumático o crisis de pánico, se duplicó
en los
meses siguientes al huracán.
La Organización Mundial de la Salud ha emitido un informe,
realizado por científicos de la Universidad de Harvard (EEUU),
sobre la salud mental
de los supervivientes de la catástrofe. Es el primer trabajo
de una serie
que publicarán regularmente durante los próximos siete
años.
La embestida del "Katrina" dejó más de 1.600
muertos y forzó la evacuación de 500.000 personas.
La mayoría de los supervivientes (85%) perdieron su hogar,
sus ingresos y más de un tercio sufrió penosas condiciones
físicas cuando el 80% de Nueva Orleans quedó inundada.
De acuerdo con el informe, el 23% también se enfrentaron
a situaciones duras desde el punto de vista psicológico,
como la muerte de un ser querido.
Para estimar la influencia del huracán "Katrina"
en la salud mental de los supervivientes, los investigadores utilizaron
encuestas realizadas a 1.043 adultos que vivieron el paso del "Katrina"
y sus consecuencias en los estados de Alabama, Louisiana y Mississippi.
De acuerdo con los resultados, en los siete meses posteriores al
desastre el 31% padecía una enfermedad mental. Dos años
antes, la incidencia de enfermedad mental era de cerca del 16%.
Tras el huracán esta cifra se duplicó.
De los supervivientes que sucumbieron a la enfermedad mental, el
11% padecía un trastorno grave, como depresión, estrés
postraumático o esquizofrenia. Cerca del 25% de los participantes
sufrían pesadillas, situación que se intensificó
en los habitantes de Nueva Orleans: la mitad de ellos sufrieron
pesadillas relacionadas con sus experiencias con el huracán,
el 8% de los cuales las padecía cada noche. Además,
el 38% reconoció asustarse con más facilidad y el
52% aseguró estar de peor humor, más irritados.
Por otra parte, el 88% de los encuestados asegura que tras la tormenta
han desarrollado un profundo sentido de la vida y han establecido
fuertes vínculos con sus seres amados y la comunidad. El
77% reconoció haberse vuelto más religioso y espiritual.
En parte por todo esto, los pensamientos, planes y suicidios consumados
no han aumentado. Los expertos achacan este sorprendente dato también
al optimismo de las víctimas y a su confianza en un futuro
mejor. Sin embargo, Ronald Kessler, director del estudio, considera
"preocupante" lo que pueda ocurrir si la situación
no mejora. "Qué sucederá en un año si
las cosas
no van a mejor?", pregunta.
Fuente: El Mundo Salud. España
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