Hallazgo
de un médico argentino residente en EE.UU.
Un nuevo análisis de sangre
para evaluar la enfermedad
de hígado graso
El dosaje plasmático de los fragmentos
de citokeratina 18 (CK-18), un subproducto de la acción de
la caspasa 3 que desencadena la apoptosis de la célula hepática,
permite diferenciar los casos más graves de hígado
graso no alcohólico. Constituye un estudio no invasivo que
en algunos casos evitaría la biopsia hepática.
Ariel
Feldstein
Médico argentino que integra
el equipo
de investigación de la Cleveland Clinic en Ohio.
Un trabajo científico publicado
en el número de julio de la revista Hepatology refiere el
hallazgo de un análisis de sangre capaz de predecir qué
casos de enfermedad de hígado graso no alcohólico
(NAFLD, por sus siglas del inglés, no alcoholic fatty liver
disease) evolucionarán a cirrosis. El análisis mide
un metabolito del proceso de apoptosis -CK-18- que se encuentra
aumentado
en los casos de mal pronóstico hepático. El dosaje
de los fragmentos de citokeratina 18 (CK-18) generados por acción
de la caspasa-3 resultó una prueba de laboratorio de alta
sensibilidad y especificidad equiparable a la biopsia hepática.
Así lo demostró el equipo de investigación
de Ariel
Feldstein, un médico argentino egresado de la UBA en 1997
que trabaja
en el Departamento de Gastroenterología y Biología
Celular de la Fundación Cleveland Clinic, en Ohio, Estados
Unidos. Consultado por Faba-Informa en comunicación por correo
electrónico, Feldstein explicó en base a qué
criterio eligieron éste marcador sanguíneo: "Estudios
previos hechos en nuestro laboratorio determinaron que la activación
de la caspasa 3 y la muerte celular por apoptosis son características
prominentes en el hígado de pacientes con la forma severa
de hígado graso (esteatohepatitis o NASH), que están
ausentes en pacientes con la forma benigna o hígado graso
común sin evidencia de lesión hepática o inflamación".
Las caspasas son proteasas que participan en la cascada de señalización
intracelular que conduce a la apoptosis o muerte celular programada
en distintos tipos celulares. Existen más de 12 y la caspasa
3 junto con
la 6 y 7 se denominan caspasas ejecutoras.
Hasta ahora, la biopsia hepática parecía la única
forma confiable de diferenciar la esteatosis simple de la esteatohepatitis
no alcohólica. Sin embargo, considerando que la apoptosis
del hepatocito es un mediador
clave de la injuria hepática en la enfermedad de hígado
graso no alcohólico, los investigadores de la Cleveland Clinic
trataron de cuantificar la apoptosis hepática en el plasma
de los pacientes con NAFLD y correlacionarla con la gravedad histológica.
Para ello, midieron los fragmentos de citokeratina-18 producidos
por la caspasa 3 in situ mediante técnicas inmunohistoquímicas,
e in vivo usando un nuevo enzimoinmunoensayo para su dosaje en muestras
de sangre. Y los resultados fueron más que alentadores. Los
fragmentos de citokeratina-18 plasmáticos estuvieron marcadamente
aumentados en los pacientes con esteatohepatitis no alcohólica
(NASH, del inglés, no alcoholic steatohepatitis), confirmada
con biopsia, comparados con los niveles encontrados en los pacientes
con esteatosis simple o con biopsias normales. La determinación
mostró una especificidad del 99.9%, una sensibilidad del
85.7% con un valor de corte de 395 U/L. Sin embargo, Feldstein señaló
a Faba-Informa que "en las próximas semanas vamos a
completar un estudio multicéntrico, que incluye 8 centros
médicos de los Estados Unidos, con 200 pacientes de distintas
formas de hígado graso para validar los resultados
de nuestro estudio piloto.
El ensayo, que por ahora está restringido a los laboratorios
de investigación, se probó en 40 adultos de 18 a 70
años, no obstante, Feldstein augura
realizar un estudio en niños "si los resultados del
estudio de validación continúan siendo tan alentadores
como los iniciales" -y agregó- un test no invasivo como
éste que permita reemplazar en ciertas circunstancias a la
biopsia hepática sería de gran importancia en la población
pediátrica.
Si bien la biopsia hepática sigue siendo el estándar
de oro para el
diagnóstico de enfermedad hepática grave era necesaria
una prueba no invasiva para diferenciar la severidad del cuadro
en pacientes obesos ya que tanto la ecografía hepática
como los tests de función hepática resultan técnicas
de baja sensibilidad para estos casos y arrojan muchos
resultados falso negativos.
Hígado
graso y obesidad

El hígado graso no alcohólico
es una entidad cuya importancia ha sido reconocida como causa
frecuente de elevación de las aminotransferasas
y de daño hepático crónico. Sin embargo,
puede cursar en forma asintomática con pruebas hepáticas
normales, debido a las características del órgano
que le permiten mantener su funcionalidad aunque sólo
exista una mínima porción activa. La obesidad
y el sobrepeso se consideran los factores más importantes
asociados con esta enfermedad, observándose
entre el 69 y 100% de los casos, y eventualmente, puede
evolucionar a fibrosis o cirrosis.
Según estudios epidemiológicos hechos en los
Estados Unidos se estima que entre un 50 a 70% de la población
obesa de ese país presenta NAFLD
y alrededor de un 15% NASH. Estos datos sumados a los de la
OMS que estiman que existen 300 millones de personas obesas
en el mundo demuestran un panorama dramático para los
países desarrollados. Según especialistas locales,
en la Argentina el sobrepeso y la obesidad y sus consecuencias
para la salud
hepática no dejan de ser una realidad preocupante al
igual que
en los países de Latinoamérica. |
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