Los
ensayos comenzarán en la localidad de Tornquist
En la Provincia probarán un método para reducir el
arsénico en el agua
Investigadores de La Plata implementarán
una técnica de arcillas ferruginosas que en laboratorio logró
disminuir cuatro veces la cantidad de contaminantes
Ya son tres las localidades que buscarán, mediante esta alternativa,
revertir un problema que padecen 31 distritos bonaerenses. Hay zonas
de nuestro país con registros de 800 partículas por
billón, es decir, 16 veces más arsénico del
recomendado por el Código Alimentario Argentino. Riesgos
a los que están expuestos los consumidores.
Los ensayos de laboratorio dieron promisorios resultados: reducción
en cuatro veces del nivel de arsénico en el agua subterránea.
Ahora el método será volcado a plantas piloto de la
localidad bonaerense de Tornquist. Será
el puntapié para extenderlo a todos los distritos de la Provincia
con ese problema de contaminación.
Un equipo interdisciplinario de la UNLP, del Conicet y de la Comisión
de Investigaciones Científicas (CIC), trabaja desde hace
un año en un método natural para reducir el arsénico
que afecta al 24% de las localidades bonaerenses, según los
análisis que realizaron a pedido de cada Municipio
el año pasado.
Los investigadores aseguran que ya está todo listo para darle
forma a la investigación sobre arcillas ferruginosas que
permiten actuar como adsorbentes -con "d" explican los
científicos- para eliminar contaminantes
del agua que consume gran parte de la población bonaerense.
"A principio de año vamos a realizar la prueba piloto
en la localidad de Tornquist", cuenta el doctor en Geología
Isidoro Schalamuk, director del Instituto de Recursos Minerales
(INREMI), que depende de la UNLP
y de la CIC.
Tornquist, cercana a Bahía Blanca, será la primera
en buscar reducir una problemática natural "que proviene
de la ceniza volcánica emanada hace unos tres millones de
años, durante la génesis de la cordillera de los Andes,
y que se fue depositando en los suelos", explica Schalamuk.
De esta manera, se forma una capa llamada "loes" que suele
contener partículas de vidrio volcánico que, a la
vez, contienen arsénico.
El problema se da cuando ese nivel supera el máximo aceptado
para el consumo humano. Según la Organización Mundial
de la Salud, la barrera
son los 10 ppb (partículas por billón), pero en nuestro
país, de acuerdo a las normas establecidas por el Código
Alimentario Argentino, se estableció como límite tolerable
los 50 ppb.
"Debe ser por la dificultad que siempre hubo para resolverlo",
dice el docente de la Facultad de Ciencias Naturales e investigador
superior del Conicet.
Tornquist no es el único partido. Actualmente se están
iniciando acuerdos entre la CIC, la UNLP y los representantes de
municipios para instalar plantas pilotos en Puán y Leandro
N. Alem, donde se registraron niveles que superan los 200 ppb.
Una alternativa
La solución que hay para
este tipo de contaminantes en el agua lleva el nombre de "ósmosis
inversa".
Hay algunas localidades de la Provincia que cuentan con este tipo
de planta que filtra todas las sales del agua, pero ninguna funcionando.
"Los filtros deben importarse y son muy caros, y dado la cantidad
de sales
del agua son de corta vida útil", señala Schalamuk.
Ante este panorama, cinco investigadores platenses -la bioquímica
María José González, la doctora en Química
Irma Botto, el geoquímico Enzo Barone,
el doctor en Química Horacio Thomas y el geólogo Schalamuk-
decidieron investigar con un material de fácil disponibilidad.
"Hay buenas expectativas de que funcione por su economía,
ya que es material geológico de la Provincia", sostiene
el director del INREMI.
Toda la zona chaco-pampeana sufre de altos niveles de arsénico.
Las provincias que presentan niveles de contaminación más
elevados son las
de Santiago del Estero, Santa Fe, Tucumán, La Pampa y varias
localidades
de la provincia de Buenos Aires. En el ámbito mundial, nuestro
país es uno
de los que encabeza el ranking.
Por tener un objetivo social, la idea de los investigadores es comenzar
con las poblaciones "más desprotegidas".
Pero los buenos resultados obtenidos en el laboratorio impulsaron
a los científicos a analizar la "posibilidad de desarrollar
una tecnología regional para que pueda ser utilizada en el
ámbito de la provincia de Buenos Aires, así como también
en localidades de otras provincias", adelanta Schalamuk.
Y no es para menos. "Hay zonas de nuestro país con registro
de 800 ppb", dice el investigador y geólogo. Es decir
que el nivel de arsénico en esas
zonas es de 16 veces más que lo recomendado.
Fuente: Diario HOY - La Plata
|
|