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Institucionales

La Medicina Prepaga debe recomponer valores
Se espera que trasladen a los prestadores ajustes pendientes

Cuando los prestadores de salud, incluida la Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires terminan de sostener unas largas y dificultosas negociaciones con las empresas de medicina prepaga en materia arancelaria, con respuestas disímiles, la autorización brindada a fines de mayo por el gobierno nacional para que las compañías del sector apliquen desde junio un incremento del nueve por ciento en el valor de las cuotas que cobran a sus afiliados, abre nuevamente la mesa de negociaciones.
En ese marco, FABA aspira a que el aumento que se logre sea al menos igual alporcentaje de incremento de las cuotas, es decir, del nueve por ciento.
El panorama es complejo por varias razones, pero la principal es que en líneas generales, las empresas de medicina prepaga no trasladan a los efectores de salud los incrementos del valor de las cuotas, sino que lo hacen en un porcentaje menor.
Es distinta la posición de cada empresa, pero el argumento se repite siempre, cuando la realidad es que respaldan todo pedido de aumento aduciendo ante la Secretaría de Comercio Interior y la Superintendencia de Servicios de Salud, que necesitan incrementar el valor de las cuotas para dar respuestas positivas a los reclamos arancelarios que formulan los prestadores de sus respectivos sistemas.
Esto es una situación de la cual se viene hablando desde hace años en estas mismas páginas y no es ajena, por supuesto, al saber y entender de los funcionarios del área, que no obstante, persisten en su actitud de no intervenir en la regulación arancelaria de los prestadores tal como lo indica la legislación vigente, que incluso comprende al ámbito de las obras sociales sindicales.
Así las cosas, con el tiempo se viene deteriorando el nivel real de la retribución real de las empresas prepagas con relación a los prestadores.

El próximo aumento

Pero además, en este caso y por tratarse de un año de inflación muy alta, ya se ha anticipado extraoficialmente que durante el segundo semestre las empresas de medicina prepaga podrán, al menos, aplicar otro aumento en el valor de las cuotas, aunque se desconoce fidedignamente cuál sería el tenor de ese incremento.
De todas formas, ello obligará a que nuevamente, después de las negociaciones que ya se están poniendo en marcha, vuelva a tener que discutirse valores con las empresas del sector.
Los aumentos en etapas, finalmente parecieran terminar beneficiando a la mayor parte de estas empresas, porque con cada suba del valor de las cuotas se “poda” un porcentaje en el aumento arancelario para los profesionales del sistema.
Ya es hora, en definitiva, de que el gobierno nacional, a través de la Superintendencia de Servicios de Salud, intervenga directamente en las negociaciones de las prepagas con los prestadores, o que establezca parámetros firmes y concretos para la concertación de los valores arancelarios.
Es lógico que las empresas obtengan su rédito aunque habría que discutir si en el fondo del asunto subyacen cuestiones que hacen a la razonabilidad del sistema de seguridad social en salud en su conjunto, pero lo que no es justo ni responsable es que el lucro empresario se logre a partir del trabajo de los profesionales de la salud, porque del lado de los afiliados, éstos pueden optar por cambiar de empresa o de sistema si no pueden pagar los valores de las cuotas.

Mecanismo

En los últimos tiempos, las presiones de las empresas de medicina prepaga sobre el gobierno nacional vienen “coincidiendo” con reclamos de establecimientos asistenciales privados.
De hecho, el incremento que las empresas prepagas aplicarán desde junio, fue decidido a nivel oficial al día siguiente del paro que llevaron adelante clínicas y sanatorios.
En este punto hay que abrir un paréntesis para indicar que la Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires salió públicamente en medios periodísticos a expresar su preocupación por el “atraso arancelario” que atraviesa el sector desde hace meses, y la inquietud “por la falta de respuesta de las obras sociales y de las empresas de medicina prepaga”.
Se advirtió además que de mantenerse estas condiciones “la red de laboratorios bioquímicos bonaerenses no podrá sostener el servicio normal a sus pacientes si no recibe la actualización correspondiente”.
“Para agravar la situación de la red de laboratorios bioquímicos, se ha recibido del Sindicato de la Sanidad una propuesta de adelantamiento del acuerdo paritario con vencimiento el 31 de julio, al mes de junio próximo”, se agregó.
“Frente a esta coyuntura”, adelantaron, “los laboratorios que componen la red bioquímica van a adherir a los reclamos de las clínicas y centros de diagnóstico privados, que realizarán una medida de fuerza porque es imprescindible una correcta actualización de los honorarios profesionales”, se concluyó.
No obstante, la posición gremial solidaria de FABA para con las clínicas y sanatorios no impide el renovado reclamo que los bioquímicos estamos sosteniendo con las prepagas médicas.
En un medio periodístico porteño se indicó que “mientras se cumplía un lock-out en varias clínicas y centros de diagnóstico (paro dispuesto por las propias empresas), referentes del sector (de las prepagas) mantuvieron diálogos con la superintendenta de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld, que había llevado el reclamo de las entidades al Ministerio de Economía. La funcionaria comunicó la decisión de autorizar una suba de 9% y, además, según varias fuentes consultadas, aseguró que en los próximos meses se permitirán nuevos ajustes, por el impacto que tendrá en la estructura de costos la paritaria de la sanidad.
“Si bien la suba regirá desde junio , se cobrará efectivamente a partir de julio, según explicó Claudio Belocopitt, presidente de Swiss Medical. Por ley, las entidades están obligadas a avisar a los socios cuáles son los nuevos precios con 30 días de anticipación. “Se cobrará en julio la nueva cuota y el retroactivo por la suba de junio”, explicó el directivo.
También se indicó en el matutino que “el último aumento de las cuotas de los planes de salud, de 5,5%, fue autorizado en febrero de este año, en respuesta a una presentación hecha por las prepagas, en la que afirmaban que la devaluación de enero había dejado un alza de costos superior al 11 por ciento. En los últimos días, las clínicas y otros prestadores de servicios enviaron a las prepagas cartas con pedidos de aumentos de aranceles, de entre 15 y 20%, por las subas de precios y la proximidad de la negociación de salarios. El personal representa alrededor de 60% del costo total de las prestaciones, pero las entidades señalan que todos los costos crecen por efecto de la inflación y la devaluación (por los insumos y equipos en dólares)”.



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