Los costos de la Salud crecen 4 veces más que la inflación
Se debe a los avances tecnológicos y al envejecimiento de la población.
Los costos del sistema sanitario, según especialistas argentinos, crecen hasta cuatro veces más que los del resto de la economía, por la necesidad de incorporar tecnología de punta para mejorar la calidad de las prestaciones, atender los costos de los juicios por mala praxis y la incidencia del envejecimiento poblacional, "el mayor reto económico y social del siglo XXI", entre otros factores.
Es que la atención médica experimentó un enorme avance en los últimos años, que permitió mejorar la calidad y la expectativa de vida, pero esto se tradujo en un fuerte aumento en el costo de las prestaciones que obliga a debatir sobre las fuentes de financiamiento del sector.
Como ejemplo, tras la devaluación de enero de 2002, el costo de toda la aparatología de diagnóstico por imágenes se triplicó, ya que se cotiza en dólares, y lo mismo ocurrió con los principales insumos del sector.
Se advirtió que "aunque no hubiera inflación los costos de los servicios de salud aumentarían igual", por el alto valor que se debe afrontar para incorporar las nuevas tecnologías, como ocurre con la medicina nuclear y la resonancia magnética, entre otros.
"Los conocimientos y los tratamientos han evolucionado y permiten tratar hoy afecciones que antes no tenían cura. Por eso, en los países desarrollados los costos de la salud superan ampliamente a la inflación y suben más velozmente que el resto de los precios de la economía", se explicó.
"En los Estados Unidos, el costo de vida ronda el 3,5 por ciento anual y la inflación en el sector salud es casi cuatro veces mayor y alcanza el 12 %. Del mismo modo, en Europa, con una inflación del 1 % , los costos sanitarios rondan el 7 % anual", se señaló.
"En esta proyección no aparecen ni la inflación, ni los aumentos salariales, por ello se debe recordar que solo los incrementos de seguros y los juicios por mala praxis generan un costo adicional de 500 millones de pesos anuales", se aclaró.
El envejecimiento de la población plantea un desafío financiero para el sistema sanitario, ya que "en el último medio siglo, mientras la cantidad de jóvenes menores de 24 años aumentó un 100 por ciento, la proporción de mayores de 80 se disparó un 880 por ciento.
Además, los ancianos demandan hasta ocho veces más recursos que el resto de la población" afirmó Pablo Giordano, que preside la Asociación de Entidades de Medicina Prepaga (ADEMP), y quien graficó la problemática al señalar que el envejecimiento poblacional es "el mayor reto económico y social del siglo XXI", y advertir que la Argentina es "el tercer país con mayor envejecimiento de su población en América Latina".
El aspecto económico del problema es que mientras los medicamentos implican un gasto promedio de 15 pesos por mes para una persona de 30 años, asciende a alrededor de 120 pesos para una mayor de 80. Un panorama similar se da con las consultas ambulatorias anuales, cuyo promedio es de 8 consultas en general, pero llegan a 16 en los mayores de 60, según los datos que aportó el titular de ADEMP.
"Se debe asumir que en salud no hay recursos económicos suficientes para asegurar todo a todos, ni en nuestro país ni en el resto del mundo", sostuvo Giordano.
Por ello instó a los legisladores a que "evalúen sus proyectos de mayores coberturas y los relacionen con la posibilidad de financiamiento", y mencionó los nuevos y costosos tratamientos para enfermedades crónicas, metabólicas y degenerativas.
También indicó que "con el envejecimiento, la efectividad de la prevención decrece y la necesidad de asistencia médica y social es cada vez mayor, lo que atenta contra la sustentabilidad del sistema sanitario".
Cuestionó, además, la "creciente tendencia a la hospitalización prolongada en pacientes ancianos, que ocasiona su debilitamiento y propende a infecciones intrahospitalarias a veces de curso mortal".
Al respecto, sostuvo que "el auge de demandas por supuesta mala praxis prestan el marco propicio para sostener tratamientos inútiles en pacientes agónicos" y lamentó que aún la sociedad "no acepta la enfermedad como un hecho lógico en el transcurso de la vida".
Reclamó, además, la necesidad de una mayor responsabilidad por parte de la población, al señalar que el cuidado de la salud "no depende sólo de asistencia médica, sino del comportamiento individual de las personas, porque el sedentarismo, la mala alimentación, el tabaquismo, el sobrepeso y el consumo de alcohol atentan seriamente contra la salud".
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