La dieta nacional redunda en mayores riesgos cardiovasculares, los que son considerados como la principal causa de deceso en el país. Un informe elaborado por el los nutricionista Sergio Britos y Agustina Saraví, del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA que se basa en estimaciones propias y de las elaboradas para la Argentina por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los argentinos consumen un 66% más de aceite y girasol, además de un 59% de exceso en harinas, pan y cereales.
El principal déficit, además de las verduras es el de los lácteos. Los argentinos consumen 25% menos lácteos que lo recomendado para una dieta balanceada. Britos, en diálogo con el diario Clarín, sostuvo que “la Argentina es el país del mundo donde se come más carne vacuna y su consumo sigue subiendo. Hoy se demanda más carne que en los años 90. En esa década el consumo era de unos 50 kilos por persona por año y hoy estamos en 70 kilos: un 40% más. En tanto, el consumo de frutas y hortalizas viene bajando lenta pero sostenidamente en los últimos 30 años”, explicó. La dieta de los argentinos es un cóctel que invita a la obesidad, el aumento del colesterol y de la diabetes, además de elevar el riesgo de muerte o incapacidad por enfermedades cardiovasculares. Los expertos hablan de tres pilares para mantenerse saludables: practicar actividad física para combatir el sedentarismo, comer saludablemente para no enfermarse, y no fumar y evitar el humo del tabaco en el hogar, el trabajo y otros ambientes. En ese plano se mueve el Plan nacional Argentina Saludable, que fue presentado en octubre pasado por el Ministerio de Salud. “Buscamos que la gente camine, ande en bicicleta, baile, se mueva; que baje el consumo de sal y grasas, que coma más verduras y frutas; y que no fume ni deje fumar en su casa o en su trabajo”, sintetizó el coordinador, Sebastián Laspiur.
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