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Actualidad

Por Ana María Pertierra
La edad del hombre también afectaría la reproducción
Científicos europeos han demostrado que el hombre también sufriría los efectos del reloj biológico y que después de los 35 años sus hormonas empezarían a declinar lo suficiente para alterar la calidad de sus espermatozoides. Especialistas argentinos relativizan estos hallazgos y sostienen que en el varón a partir de los 50 años serían posibles alteraciones del ADN espermático.

Dr. Omar Layus, especialista en Andrología del Instituto Médico Halitus

Un estudio francés, dado a conocer durante la última Conferencia Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología el 7 de julio pasado en la ciudad española de Barcelona, reveló que las probabilidades de lograr un embarazo disminuían y las de producir abortos aumentaban cuando el padre superaba los 35 años de edad. Los investigadores sugirieron que los problemas eran causados por daños en el ADN espermático.
Si bien con anterioridad se había demostrado que tanto la concepción natural como la asistida resultaba más difícil cuando el hombre era mayor de 40 años, los científicos franceses luego de estudiar a más de 12.000 parejas sometidas a tratamientos de fertilidad, determinaron que las chances para lograr un embarazo exitoso decaían cuando el hombre superaba los 35 años de edad.
Consultado por Faba-Informa, el doctor Omar Layus, especialista en Andrología del Instituto Médico Halitus y del Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires, consideró que hay que ser “muy cautos” al tratar el tema de la fertilidad masculina asociada a la edad.
“En el hombre a partir de los 35 años comienzan a declinar los niveles hormonales, sobre todo de testosterona, a razón de un 1% por año, pero eso no significa que, como en el caso de la mujer, todos los hombres van a llegar a la andropausia. Hay hombres que llegarán a esa situación más temprano, otros más tarde y, habrá quienes nunca lleguen a tener los niveles de testosterona por debajo de lo normal”, explicó Layus, y –agregó– ese declinar de la función testicular puede relacionarse con una disminución de la calidad espermática, medida como un descenso en los porcentajes de Kruger, una forma de evaluar la morfología espermática, sin que ello signifique que existan cambios en el ADN.
Si bien cuanto mayor es el hombre mayor será la cantidad de daños en el ADN de los espermatozoides, según Layus, sólo a partir de los 50 años existiría la posibilidad de alteraciones de novo en su ADN espermático.
“Hoy por hoy se sabe que, un hombre a partir de los 50 años, si intenta tener un hijo mediante una fertilización in vitro, se debería someter a un análisis de ADN para evaluar si está dañado o fragmentado mediante la técnica TUNEL o bien a través de la técnica de cromomicina para observar el grado de inmadurez de los espermatozoides”, explicó el especialista.
Para Layus, si un varón de 35 años no logra un embarazo no es por su edad sino porque la falla ya la tenía desde hace mucho tiempo.

Tratamientos masculinos
El cambio del rol masculino ha llevado a que también consulte el varón por problemas de fertilidad. Los estudios disponibles en la actualidad permiten evaluar mejor al hombre y predecir su capacidad fértil. “Hoy se sabe que los problemas de fertilidad son debidos en casi un 33% a causas femeninas, otro 33% a causas masculinas, y el 33% restante son casos de esterilidad sin causa aparente y donde las técnicas de reproducción asistida son más recomendables”, sostuvo Layus.
Cuando las causas son masculinas la función de la Andrología es tratar mediante tratamientos médicos y/o quirúrgicos de mejorar la cantidad de espermatozoides para que el paciente pueda lograr un embarazo por la vía normal o mediante inseminación, como método económico, simple y repetible. Si el paciente no mejora con los tratamientos andrológicos se recurrirá a las técnicas in vitro que por ende son más complicadas, más costosas y menos repetibles.
“Si son reiteradas las fallas de reproducción por técnicas in vitro entonces se solicita la evaluación del ADN espermático”, indicó Layus.
La oligoastenoteratoazoospermia es una condición que se caracteriza por una disminución de la concentración de espermatozoides, con menor movilidad y alteración de la morfología. Según el especialista, este tipo de pacientes pueden recibir como tratamiento complejos vitamínicos con vitamina E, ácido fólico, vitamina C y también aminoácidos como la L-carnitina. Además se pueden dar estímulos con hormonas directamente o bien con antiestrógenos como el tamoxifeno.
Con respecto al tratamiento quirúrgico, Layus puntualizó que “el más común es la cirugía de varicocele, dilatación varicosa del plexo venoso ubicado en el cordón espermático, que puede ser uni o bilateral”.


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