Magra
respuesta oficial
ante la crisis sanitaria
Sigue sin advertirse iniciativas del gobierno
que apuntalen el sistema sanitario. Algunas obras sociales mantienen
su negativa
a recomponer aranceles y se han cortado los servicios.

El horizonte del escenario sanitario nacional continúa ensombreciéndose
sin que desde el gobierno nacional se muestre reacción alguna
ante el gravísimo momento que atraviesa el sector salud en
el país pese a las dramáticas consecuencias que ello
comporta para el conjunto de la población argentina. Se evidencia
así una preocupante falta de compromiso gubernamental para
lo que debiera ser uno de los bienes más preciados de la
Nación como lo
es la salud de sus habitantes. Directamente no se presta atención
a la crisis
de financiamiento del sistema sanitario como si el problema no existiera,
pero como existe y en gran forma, el problema se presenta en definitiva
como una bomba de tiempo que más temprano que tarde estallará
con consecuencias imprevisibles, aunque no hay que tener mucha imaginación
para advertir algunas de ellas.
La gran crisis en la que se ven inmersos los prestadores de salud
privados
del país, especialmente los bioquímicos, hace verdaderamente
que se haga muy difícil poder mantener el sistema tal como
está.
Una prueba palpable de esta situación es lo que ha ocurrido
durante el mes
de julio en algunos sectores de la provincia de Buenos Aires en
donde se debió interrumpir las prestaciones para los afiliados
de algunas obras sociales ante la imposibilidad fáctica,
además de cuestiones de justicia, de que el bioquímico
siga financiando el sistema por ser la principal variable de ajuste.
La Federación Bioquímica, tal como ya ha sido anunciado
en anteriores ediciones de FABA Informa, viene trabajando gremialmente
a destajo en pos
de obtener recomposiciones arancelarias con las obras sociales,
pero esta labor, en no pocos casos, se topa con la obstinada actitud
de algunos directivos de Obras Sociales que se niegan a incrementar
el financiamiento pese a contar con recursos extras provenientes
de la mejora de los aportes, conseguida por medio de los incrementos
salariales de los distintos sectores laborales del país y
pretenden trasladar al sector prestador, en el caso que nos ocupa
los profesionales bioquímicos, el ajuste del incremento de
los costos
de funcionamiento del laboratorio, pretendiendo a su vez mayor cobertura
en el menú prestacional.
En el marco de ese accionar, FABA debió dar por concluidas
las insistentes gestiones que se venían realizando con algunas
obras sociales para que
se recompusieran los aranceles, razón por la cual se procedió
a interrumpir
el vínculo contractual.
Ante esta firme decisión de la Federación Bioquímica,
algunas de esas obras sociales finalmente se sentaron a dialogar
para mejorar las retribuciones profesionales, mientras que otras
persisten en su obstinada negativa.
Pero más allá de esas situaciones, no es ilógico
pensar que se puede estar
en presencia de algunos de los efectos del posible estallido del
problema sanitario que el gobierno nacional prefiere ignorar pese
a las constantes advertencias de nuestras instituciones.
Comisión permanente de concertación
En el mismo sentido y como un dato más
de esta tan peligrosa realidad,
hay que decir que en julio, nuevamente, el Ministerio de Salud,
a través
de la Superintendencia de Servicios de Salud ha convocado a la Comisión
Permanente de Concertación. Faba , ante una solicitud de
participar en la misma, tuvo una respuesta afirmativa por parte
del Gerente de la Superintendencia Dr. Néstor Vazquez, pero
a la primera reunión no hemos sido convocados. Ante este
incumplimiento enviamos un Carta Documento para participar en la
misma por la que tuvimos respuesta que en la próxima estaríamos
presente. Esperamos que esta comisión no sea una nueva distracción
y trabaje aceleradamente en la fijación del PMO y la valorización
del mismo, como así también sea de cumplimiento obligatorio
por parte
de las Obras Sociales el menú y el valor de referencia que
se fije en el mismo. Estamos atentos a una nueva distracción
en la discusión de la valorización
del PMO y por otro lado, entre gallos y medianoche, se reunan las
paritarias, asumiendo la representatividad de los Laboratorios Clínicos
la misma Cámara que el año anterior convalidó
un incremento en los salarios de un 45%,
que al día de hoy muchos no lo han podido pagar.
Por otra parte, el superintendente de Servicios de Salud, Héctor
Adrián Capaccioli, creó una comisión consultiva
integrada por representantes
de obras sociales, con el fin de formular propuestas vinculadas
con las prestaciones médico asistenciales y al financiamiento
del sistema
en sus aspectos recaudatorios y de fiscalización.
Las recomendaciones al superintendente de servicios de salud que
podrá
dar la comisión serán de carácter no vinculante
y de su conformación participó también el secretario
general de la CGT, Hugo Moyano.
Durante la firma del acuerdo estuvo presente también el titular
de la Administración de Programas Especiales de la Superintendencia
de Salud, Juan Rinaldi, se informó oficialmente.
La comisión consultiva quedó integrada por Oscar Mangone,
de la obra social de Trabajadores de la Industria del Gas; Vicente
Alvarez, de la obra social
del Personal de la Publicidad; Hugo Vecino, de la obra social del
Sindicato
de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor; Gerardo Charadía,
de la obra social de la Unión Obrera Metalúrgica;
Mauricio Pascuali, de la obra social
del Personal Rural y Estibadores de la República Argentina.
Asimismo, participaron Horacio Arreceygor, titular del Sindicato
Argentino de Televisión (SAT); y Jorge Soria, secretario
general de la Asociación Argentina
de Trabajadores de las Comunicaciones (AATRAC).
La Comisión actuará como un órgano colegiado,
integrado por un presidente
y seis vocales. La presidencia será rotativa y ejercida por
un lapso
de seis meses. Se reunirá al menos dos veces al mes en la
sede de la Superintendencia de Servicios de Salud, y sus decisiones
se adoptarán
por simple mayoría.
Pero más allá de eso, todos saben que conformando
una comisión de esta naturaleza, máxime si sus pronunciamientos
no tienen grado alguna de vinculación, lo único que
se quiere lograr es seguir sin solucionar el problema.
Financiamiento
En este cuadro de crisis los prestadores de
salud barajan ideas y propuestas que en algunos casos son distintas;
en este sentido, cabe citar el caso de las clínicas y sanatorios
que estarían abogando, como una aceptable salida financiera
para ellos, por exenciones impositivas de distinto tipo. Pero esta
solución para los bioquímicos lejos está de
alcanzar para recomponer la desfinanciación que en nuestro
sector viene causando la inflación y el retraso arancelario.
Tal vez por su volumen, las clínicas puedan obtener soluciones
valederas por medio de esa variante pero en los laboratorios de
análisis clínicos, además de cualquier desgravación,
se necesita, fundamentalmente, una genuina recomposición
arancelaria.
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