La población argentina desconoce el estado real
de su salud renal
Los especialistas advierten que hay más de un millón de personas que padece un deterioro leve de esos órganos y no lo sabe
Concientizar a la gente sobre el funcionamiento de los riñones es uno de los ejes para prevenir enfermedades renales, ya que hay más de un millón de personas que padece un deterioro leve de esos órganos y no lo sabe, advirtieron especialistas en el marco de las actividades por el Día Mundial del Riñón, recientemente celebrado.
La finalidad de la jornada internacional es difundir la importancia que tiene la función de los riñones y que “la población sepa que sin cuidado, sin detección temprana de enfermedad, el paciente puede tener un deterioro importante y necesitar en algún momento algún tipo de tratamiento sustitutivo renal, diálisis o trasplante”. Así lo afirmó la doctora Cristina Vallvé, presidenta de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), quien enfatizó la importancia de la prevención frente a los distintos grados de la enfermedad.
“La enfermedad renal tiene distintos grados de deterioro, leves y graves; entre las personas que padecen un deterioro leve hay entre uno y dos millones que no lo saben, porque se desarrolla en forma silenciosa”, advirtió.
El deterioro leve significa que la persona “tiene la creatinina elevada o tiene pérdida de proteínas por la orina, que no fue detectado en algún momento de su evolución, y eso puede llevar a estadíos más graves”, añadió la especialista.
Los casos de deterioro grave requieren diálisis, dijo y señaló que en el país hay entre 28.000 y 30.000 pacientes en esa situación.
El trasplante de riñón, instancia última frente a las situaciones más extremas, se realiza por año a 1.000 o 1.200 pacientes de distintas edades, “una cifra que va aumentando por año”, dijo la nefróloga y apuntó que en las listas de espera del Incucai “hay entre 5.000 y 7.000 personas”.
Según el Incucai, “hay 6.149 personas inscriptas en la lista de espera para trasplante renal, de todas las edades”.
Vallvé manifestó que la enfermedad renal la pueden padecer niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, pero que “con la edad hay un deterioro natural de los órganos: después de los 50 años la función renal disminuye un 1% por cada década”, explicó.
“Esto no significa -aclaró- que todos van a tener enfermedad renal crónica después de los 50”, sino que “a partir de esa edad hay factores de riesgo o enfermedades preexistentes como diabetes, obesidad, hipertensión, cálculos en los riñones u otras de tipo inmunológico, como el lupus, que si no están bien controladas pueden llevar a un deterioro importante de la función renal”.
La recomendación para las personas que no tienen antecedentes de problemas renales y nunca se controlaron es “que vayan a su médico y soliciten el dosaje de creatinina en sangre y análisis de orina, para ver si tiene pérdida de proteína y de esa manera saber cómo están funcionando sus riñones. Y si hay algo, que el médico lo derive al nefrólogo”, precisó Vallve.
“Es un control de rutina -explicó- y si el paciente tiene función renal normal que se repita el análisis una vez al año”.
En este marco, dijo que es importante “para la población en general tener una dieta sana con poca sal, beber de dos a tres litros de agua por día y no tomar medicamentos por cuenta propia, como antiinflamatorios, porque muchos lo hacen indiscriminadamente y eso puede conducir a la enfermedad renal”.
En los casos de hipertensión, la especialista recomendó tener controlada la presión arterial y si es diabético controlar el nivel de la glucemia.
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