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Actualidad

Por Ana María Pertierra
El rol zoonótico del virus
de la gripe A (H1 N1)
El cerdo ocupa un lugar fundamental en la ecología del virus de la gripe. En ese animal pueden coexistir distintos agentes virales y reasociarse para dar origen a una nueva progenie



Dr. Marcelo Pecoraro, profesor de la
cátedra de Virología de la Facultad de Ciencias
Veterinarias de la U.N.L.P.


Virus de la gripe en el epitelio pulmonar.


No es una novedad que una actividad de cría de animales para consumo humano esté involucrada en un problema de la salud pública. Esta vez la pandemia de gripe A que tanto preocupa en el país puede ser analizada desde la ecología.
El abordaje de una zoonosis, enfermedad que puede trasmitirse de animales a personas a través de un virus, una bacteria, un parásito e incluso priones (proteínas sin genoma ni ácidos nucleicos), abre el campo interdisciplinario de las ciencias veterinarias, médicas y del medio ambiente.
En diálogo con Faba-Informa, el doctor Marcelo Pecoraro, profesor de la Cátedra de Virología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP, y PhD por la Universidad de Tokio, Japón, explicó: “El virus de la gripe se encuentra en todas las especies de mamíferos y en las aves. Se ha estudiado y se cree que el origen del virus está en las aves. Las aves acuáticas migratorias tienen la capacidad de acarrear el virus y no infectarse, son portadoras sanas que al migrar diseminan el virus por todos los continentes. Las aves de corral, sin embargo, sí se enferman y esto es lo que sucedió en 2005 con el brote de la gripe aviar cuando hubo una cepa particularmente patógena que además tenía la particularidad de pasar al hombre”. No obstante –agregó– el cerdo es el único mamífero capaz de infectarse con virus de influenza de las aves, de los humanos y del cerdo. No hay otra especie que logre aceptar al mismo tiempo dentro de una célula los tres tipos de virus. Es por eso que dentro de las células porcinas se pueden reasociar segmentos de los distintos virus.
El especialista, que desde 1988 esta dedicado casi por completo al estudio del virus de influenza, destacó que “el virus de la gripe tiene una ecología muy particular. En nuestra jerga decimos que el cerdo puede actuar como `cocketelera´ porque dentro de las células del cerdo se pueden reasociar segmentos del genoma de distintos virus dando origen a una progenie híbrida”.
Los virus influenza tienen un genoma de ARN segmentado que está cubierto de una cápsula lipídica. Los segmentos del genoma que representan cada una de las proteínas virales pueden intercambiarse entre los virus de distintas especies.
Y si bien el problema de salud global de la pandemia preocupa a sanitaristas y epidemiólogos, los veterinarios especialistas advierten que esta vez habrá que cuidar a los cerdos locales que no se contagien de los humanos para evitar males mayores.
“Es importante trasmitir la información adecuada a los lugares donde se crían cerdos para evitar que los cerdos de nuestro país puedan generar algún nuevo virus en el mediano plazo”, sostuvo Pecoraro y –recalcó– estamos frente a una zoonosis, el cerdo también se enferma y se puede coinfectar con otro virus del medio y generar un tercer virus y eso es lo que habría que evitar.
El virus se trasmite al cerdo de la misma forma que sucede en los humanos. El animal muestra una sintomatología de enfermedad respiratoria similar al humano, con fiebre, tos, y decaimiento. Según el investigador, esos síntomas no hay que dejarlos pasar sino alertar a las autoridades sanitarias y tomar los recaudos necesarios.

El último heredero de la gripe de 1918

De acuerdo con las conclusiones de un estudio comparativo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Wisconsin de Estados Unidos que se publicó en la edición digital de la revista Nature, la capacidad de infección del virus A/H1N1 es similar a la del virus que en 1918 originó la epidemia mal llamada “gripe española”.
Los últimos estudios realizados en modelos animales sobre el virus de la gripe A(H1N1) demuestran que esta nueva cepa puede propagarse más allá del tracto respiratorio superior y entrar profundamente en los pulmones.
Según Pecoraro, en la pandemia de 1918 también se vieron afectados los jóvenes en una situación muy similar a la actual. “Este virus es un pariente de aquel donde el cerdo también está involucrado”, dijo. “En aquella época, salvando las distancias en cuanto a que recién había terminado una guerra y había hambre y no existían los antibióticos, se observó una reacción exagerada del sistema inmune en los adultos jóvenes a esa primo-infección, algo que se llamó `tormenta de citoquinas´ y que jugaba en contra de la recuperación y generaba consecuencias graves”.
Uno de los mayores temores es que el virus actual mute y la situación empeore. En cuanto a esto, Pecoraro explicó: “El virus tiene una tasa de mutación porque es un virus ARN que tiene una deriva por errores en la copia y esa deriva genera mutaciones. Si uno investiga seguramente el virus que está produciendo la pandemia ha mutado pero eso no quiere decir que esa mutación sea significativa en cuanto a su virulencia o a la capacidad de la población de neutralizarlo”. “Yo no creo que todavía eso ocurra, lo que sí puede ocurrir es que en este pasaje por la población haya pequeños cambios que de alguna manera se van a neutralizar”.
Los virus influenza se clasifican en tipos y subtipos. De acuerdo a la capacidad de reacción de ciertos anticuerpos frente a proteínas de estructura como la riboproteína y la proteína de matriz se dividen en tipos A, B, y C. Los virus tipo A son los responsables de todas las pandemias, son los más virulentos. Los de tipo B también producen enfermedad en el hombre pero no producen pandemias y los de tipo C casi no se los asocia con enfermedad en el hombre y sí con enfermedad en los cerdos.
La denominación H1N1 designa a un subtipo viral. La H (hemoaglutinina) y la N (neuraminidasa) son dos proteínas de envoltura del virus. Existen 16 H distintas y 9N. Todas las H y todas las N se encuentran en las aves. Algunas H hay en el hombre, y en otras especies y algunas N también hay en el hombre y en otras especies.
“Este nuevo virus es un virus del cerdo que tiene una H y una N que están en el cerdo pero también en el hombre”, sostuvo Pecoraro.
“Lo novedoso del virus es que al cambiar las proteínas H y N, la H que ha llegado al hombre es completamente nueva, no hay anticuerpos contra ella. El segmento de ARN que codifica la H cambió y es nuevo en la población mundial”, indicó.
Según Pecoraro, hay dos tipos de mutaciones en el virus de la gripe, uno es la mutación puntual donde el cambio se da en uno o dos aminoácidos de una proteína. A veces ese cambio puede producir una alteración de la estructura secundaria de la proteína y eso determina que el anticuerpo que antes la reconocía ya no la neutralice tanto. En cambio, cuando se produce una mutación que involucra a 500 aminoácidos de una sola vez, genera una proteína completamente distinta. Por lo tanto no será reconocida por los anticuerpos presentes. Entonces esa molécula nueva que es la que se pega al receptor celular para ingresar a la célula no será neutralizada por los anticuerpos circulantes y entrará al organismo con mayor facilidad.

Estudios virológicos para las vacunas

Es clave el estudio del virus de la gripe para determinar qué inmunización será necesaria. Para ello se recurre a dos metodologías. A partir del aislamiento del virus se hace el análisis antigénico utilizando un panel de anticuerpos, y el análisis genético determinando la secuencia completa de los genes que codifican las proteínas H y N. Se emplea la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y luego los productos de la reacción se secuencian en un secuenciador, se leen los nucleótidos y se estima la composición de aminoácidos de las proteínas. Mediante herramientas de la bioinformática la secuencia de más de mil bases de nucleótidos se alinea con otras secuencias existentes en una base de datos y entonces se analizan las similitudes genéticas y antigénicas y se define si es necesario cambiar de cepa para producir una vacuna. Si el virus aislado difiere bastante del aislado el año anterior, la OMS que es el organismo que centraliza toda la información de los laboratorios dedicados al estudio de gripe del mundo, decide y sugiere qué cepa utilizar para la próxima producción de vacunas.
“La próxima vacuna antigripal con seguridad se hará en base a esta nueva cepa A(H1N1) y a alguna otra cepa que se considere necesaria para reforzarla”, dijo Pecoraro.
El virólogo, que en 2005 presentó junto a su equipo de la UNLP un proyecto de producción local de vacunas contra la gripe que finalmente no fue contemplado por las autoridades sanitarias provinciales, nacionales y del PAMI, y que pretendía prevenir posibles pandemias y ahorrarle un gasto al Estado, considera que si bien se está trabajando activamente en la obtención de la vacuna en laboratorios extranjeros no significa que ese proceso sea sencillo y rápido. “Todas las vacunas requieren de pruebas clínicas antes de salir a la venta de igual modo que un medicamento. Sobre todo este tipo de vacuna que es a virus inactivado y que requerirá más de una dosis para lograr la inmunización”, concluyó.

 

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