home  
 
  ARG
^

FBA

BIOSEGA
Prog. de Bioseguridad,Seguridad en Instit. de Salud y Gestión Ambiental.
  mail:biosega@fba.org.ar
www.fba.org.ar/biosega

Bases filosóficas positivistas en la concepción del ambiente
Santos Vega, el ambiente y el progreso

Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina
con luz brillante y serena
del ancho campo la escena,
la melancólica sombra
huye besando su alfombra
con el afán de la pena.
Santos Vega.

Rafael Obligado (1851-1920)

 

Horacio Alejandro Micucci.
Doctor de la Universidad de Bs. As. – Área Farmacia y Bioquímica.

En el poema Santos Vega de Rafael Obligado se relata la historia del gaucho payador, su apogeo, su derrota y su ocaso. Para Obligado el personaje representa al gaucho argentino y, por extensión, al habitante autóctono.
En el párrafo del epígrafe del Primer Canto del Poema en cuestión, se advierte que Santos Vega es un alma en pena en su propia tierra. En los dos cantos siguientes se describe el apogeo de su existencia hasta que, en el cuarto canto -La muerte del payador- es vencido, en una payada, por un forastero desafiante, Juan Sin Ropa, símbolo del Progreso, lo que anuncia el fin de una época y el comienzo de otra. Santos Vega es finalmente vencido y morirá, pero su recuerdo permanecerá vivo a través del tiempo, como una “melancólica sombra”, un alma en pena, un “excluido” ...
La descripción, que hace Obligado, de la copla de Juan Sin Ropa, con la que vence a Santos Vega, es clara:

“Era el grito poderoso
del progreso dado al viento,
el solemne llamamiento
al combate más glorioso.
...
Como en mágico espejismo,
al compás de ese concierto
mil ciudades el desierto
levantaba de sí mismo.
Y a la par que en el abismo
una edad se desmorona,
al conjuro en la ancha zona
derramábase la Europa,
pues sin duda Juan Sin Ropa
era la ciencia en persona.”

Esta concepción, por la cual el deterioro del ambiente (y el perjuicio de la vida de las personas) es justificado como un mal necesario o una consecuencia no deseada e inevitable del progreso, es utilizada frecuentemente.
En los artículos de FABAInforma números 535 y 536 se ha intentado demostrar que no se trata de impedir el progreso y el desarrollo industrial sino buscar formas que no dañen a las personas y a su entorno.
Lo contrario encierra una concepción de raíz positivista, filosofía que tuvo su apogeo en la Europa de la segunda mitad del siglo XIX y que fue una de las bases de la fundamentación ideológica del Proyecto de la Generación de 1880, en Argentina. El progreso de un sector se identificó con el progreso de todos.
Herbert Spencer (1820 -1903) fue un naturalista, filósofo, psicólogo y sociólogo británico. Instauró el Darwinismo social en Gran Bretaña y fue uno de los más destacados positivistas ingleses. Sostenía que el cambio social, de la homogeneidad a la heterogeneidad, se refleja en el progreso de la civilización en cada tribu y nación. Con esta teoría de la diferenciación “progresista”, la diferencia, entre países productores de materias primas y países industriales, era un progreso. Eso permitió dar un fundamento a un proyecto argentino limitado a lo agroexportador como diferenciación entre dos países complementarios: Argentina agroexportadora primaria y la Europa Industrial.
Así, de una conclusión filosófica, saldría un fundamento del proyecto de 1880, de la Argentina primarizada. Este debate se traslada hasta nuestros días, entre los defensores de proyectos económicos que lesionan el ambiente y los críticos a ese modelo, al que definen como “extractivista” e incluso contrario a un desarrollo industrial sustentable.
En realidad, detrás de la concepción que justifica como mal inevitable la agresión al ambiente, se esconden dos cuestiones, que se verán a continuación.

El ambiente como adversario

A menudo se considera que el ambiente (que incluye al hombre) es un obstáculo al desarrollo económico. Quienes así piensan consideran que su protección supone gastos y que estos deben reducirse al mínimo.
En los artículos de FABAInforma 535 y 536 se ha intentado demostrar que esto no es así. Y que es posible un desarrollo sustentable que tiene dos pilares de sostén:

1.- El Principio Precautorio, por el cual los responsables de la actividad, previamente, son quienes deben asegurar, en la medida de lo posible, que no se producirán efectos indeseables. Y para ello se deberá tener en cuenta la importancia estratégica, para las personas y el propio país, de la zona donde se actuará.

2.- En lo económico se considera no sólo la ecuación de ganancias de la empresa sino lo que se aporta en trabajo y mejora de la calidad de vida de la población. En vez de preguntar ¿qué nivel de daño es aceptable?, un enfoque precautorio pregunta: ¿es realmente necesaria esta actividad? ¿qué beneficios y perjuicios implica? ¿cuáles son las alternativas para este producto o actividad?¿cuáles son más convenientes? ¿cuánta contaminación puede evitarse?.

De tal manera que no se trata de un debate entre postulantes del progreso industrial versus los partidarios del atraso, sino del debate entre dos tipos de desarrollo: uno que no es sustentable en el tiempo y que genera perjuicios a las personas y otro que privilegia al ambiente y sus habitantes.

La concepción ampliada del Costo-Beneficio

La versión que contempla al ambiente como un adversario esconde una visión que concibe a la ecuación Costo-Beneficio de manera restringida: se busca disminuir los costos al mínimo, entre ellos los relacionados con la protección ambiental. Esto está detrás del actual debate internacional sobre el cumplimiento de los acuerdos sobre el cambio climático.
La existencia en Argentina, en estos momentos, de dieciocho provincias en emergencia ambiental son suficiente motivo para considerar científicamente la cuestión. Esto es así porque lo que pareciera impulsar el progreso ha causado innumerables pérdidas en lo humano y aún en lo económico (factor que parecía defender) al no tomar medidas precautorias. Por lo tanto, aún desde el punto de vista económico estricto, sus resultados han sido los contrarios en pérdidas para la economía nacional.
Por eso es que, en los artículos de los FABA Informa anteriores, se ha postulado el concepto de Tecnología Apropiada, que debe ser científicamente válida, técnicamente eficaz y socialmente aceptable. Este último ítem significa que sea una tecnología que responda a un proyecto integral del país en cuestión, respetando al ambiente y las personas que lo integran. Algunos defensores de los emprendimientos contaminantes argumentan que muchos de los elementos que usamos en nuestra vida cotidiana provienen de la industria, que inevitablemente contamina. Este argumento es una baratija argumental. En tecnología hay distintas soluciones para un mismo problema. De allí surge el concepto de Tecnología Apropiada al que se hace alusión.

A manera de epílogo

En suma, volviendo a Santos Vega, se trata de impulsar “otro” progreso. No es que a Santos Vega le llegó la hora de morir, vencido por el progreso. O sea, progreso sin personas o para pocos.
Se trata de que Santos Vega usufructúe el progreso real, de carne y hueso. Sin exclusiones, sin marginación...

Nueva convocatoria a los Premios PROES

El laboratorio y el control integral del agua
Curso virtual: Análisis Físico Químico de Aguas

Santos Vega, el ambiente y el progreso

PROECO: Cursos presenciales de los meses de julio y agosto

PUERTAS ABIERTAS:
Gestión de la calidad basada
en procesos

www..fba.org.ar
mail:info@fba.org.ar
Tel: (+54 +11) 4374-6295
ERRORES PEEC PAL PROECO
PECIL PROCAL BIOSEGA PROCORDIS


Optimizado para 1024x768px l Recomendado: Explorer 5.0 ó superior.
Soporte Técnico: webmaster@fbpba.org.ar l Diseño:
info@naranhaus.com
Copyrigth © 2003 l Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires: secpres@fbpba.org.ar