Asamblea Mundial de la Salud 2006
Hacia una estrategia mundial
sobre propiedad intelectual e investigación y desarrollo
Algunos períodos de sesiones de la Asamblea
Mundial de la Salud tienden a ser rutinarios y rituales, pero el
de este año (el 59º), celebrado en mayo, estuvo cargado
de acontecimientos. Uno de los principales resultados fue la creación
de un grupo de trabajo para elaborar una estrategia mundial sobre
propiedad intelectual e investigación y desarrollo. Se espera
que este grupo resuelva algunos de los principales obstáculos
al acceso universal a los medicamentos y al desarrollo de nuevos
fármacos para tratar enfermedades que afectan en forma desproporcionada
a los países pobres.Un gran obstáculo para el acceso
a los medicamentos es el régimen de patentes creado en Occidente
e impuesto en todo el mundo por la Organización Mundial de
Comercio. El control monopólico que las patentes otorgan
a las grandes empresas farmacéuticas de los países
ricos impide a otros fabricar los productos patentados, que pueden
así venderse a precios exorbitantes.La situación se
agrava porque muchos de los medicamentos que los pobres necesitan
ni siquiera existen. Esto se debe a que, en la industria y farmacéutica,
la investigación y el desarrollo están orientados
a satisfacer las necesidades de las personas que viven en países
ricos. La lógica del mercado lleva a las empresas a invertir
únicamente en el desarrollo de medicamentos lucrativos.
Por largo tiempo, la sociedad civil internacional ha denunciado
este problema. El hecho de que la Asamblea Mundial de la Salud de
este año haya respondido con la creación de un grupo
de trabajo para tratar de resolverlo es un premio a sus esfuerzos,
pero es solo un primer paso. Los grupos de la sociedad civil deben
mantener la presión para alcanzar su objetivo declarado.
En contraste con este avance, la Asamblea no logró progreso
alguno en cuanto a la destrucción de las reservas del virus
variólico. Aunque la viruela fue erradicada en 1977, Estados
Unidos y Rusia conservan reservas del virus vivo, con el consentimiento
de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se teme que
la liberación accidental o deliberada del virus pueda ocasionar
un desastre. Además, el uso del virus para investigaciones
de ingeniería genética y la posibilidad de que sea
utilizado como arma biológica preocupa
a activistas de la salud, tanto del Norte como del Sur, que por
esa razón reclaman la pronta destrucción de las reservas.
Pese a la presión de estos activistas y de
países en desarrollo, la Asamblea no logró un acuerdo
sobre la destrucción del virus. El proyecto de resolución
respectivo se derivó al Consejo Directivo de la OMS, que
lo considerará en enero de 2007
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