Candida
y diarrea
Bava, Amadeo Javier & Zuiani, María
Fernanda
Sub Programa Micología del
Programa de Evaluación Externa de Calidad (PEEC)
y Cátedra de Micología de la Facultad de Ciencias
Exactas de la UNLP.
A pesar de la existencia de cantidades
variables de levaduras en las muestras fecales que provienen de
pacientes con diarrea, su eventual papel patógeno es permanente
motivo de controversia. Incluso, es motivo de discusión el
papel de las levaduras del género Candida en la etiopatogenia
de los cuadros diarreicos en los pacientes que reciben tratamiento
antibiótico.
Basándose en los resultados de estudios que encontraron <105
UFC
de Candida/mL de materia fecal en los pacientes sin diarrea, se
ha establecido que las concentraciones superiores, pueden considerarse
como “patológicas” en aquellos pacientes que
han recibido o bien se encuentran bajo tratamiento antibiótico.
Entre los factores asociados a la virulencia de las especies de
Candida,
se encuentran las aspartil proteinasas, secretadas por diferentes
cepas
e involucradas en el proceso de adherencia de Candida albicans a
la mucosa intestinal humana y también a la capacidad de invasión
de los tejidos.
En los pacientes con SIDA que padecen cuadros de candidiasis oral
y vaginal, ha sido demostrada una asociación entre la expresión
de aspartil proteinasas y la virulencia de las cepas de Candida
aisladas de estos procesos infecciosos.
En el caso particular de la diarrea asociada al empleo de antibióticos
antibacterianos, donde la presencia de Candida en las muestras fecales
suele ser numerosa, ha sido propuesto como eventual mecanismo etiopatogénico
la secreción de supuestas “toxinas fúngicas”
o bien sustancias con “de actividad similar”.
Los resultados del estudio de la producción de aspartil proteinasas
por parte de diferentes especies del género Candida han revelado
diferencias entre cada una de ellas: mientras que en C. albicans
han sido identificados 10 genes diferentes asociados a la elaboración
de aspartil proteinasas,
Candida tropicalis, presenta sólo una lenta actividad proteolítica
extracelular
y finalmente Candida glabrata no ha mostrado actividad proteolítica
alguna.
“In vitro”, C. albicans produce aspartil proteinasas
cuando desarrolla en medios con proteínas como única
fuente de nitrógeno, siendo considerada
la expresión del gen SAP2 como principal responsable de la
actividad proteolítica de la mayor parte de las cepas que
desarrollan “in vitro” como levaduras.
Igualmente “in vivo”, las aspartil proteinasas han mostrado
actividad proteolítica, actuando sobre el epitelio intestinal,
habiéndose evidenciado
la expresión de estas enzimas en la candidiasis oral y en
la degradación
de la mucina gastrointestinal.
Este último mecanismo de acción ha sido asociado a
la virulencia de otros patógenos intestinales bacterianos,
tales como Vibrio cholerae, especies
de Shigella, Helicobacter pylori y Yersinia enterocolitica.
En el caso particular de C. albicans, la cual coloniza las superficies
mucosas, la degradación de la mucina por una aspartil proteinasa
(SAP2) actúa favoreciendo la aproximación entre la
pared celular fúngica y la superficie epitelial.
De hecho, fueron encontrados en niños que sufrían
de diarrea aguda y crónica, niveles aumentados de proteinasa
ácida secretada por cepas de Candida aisladas de sus materias
fecales, con respecto a sujetos sanos,
sin diarrea. Cuatro de 9 aislamientos de Candida de los sujetos
considerados como control (niños sin diarrea), produjeron
aspartil proteinasas en cantidades comparables con cepas de Candida
aisladas de niños que padecían de diarrea aguda o
crónica. A pesar de estos niveles elevados
de aspartil proteinasas, los sujetos del grupo control no tenían
diarrea.
Estos hallazgos contrastan con estudios previos que encontraban
siempre niveles elevados de producción de estas enzimas en
pacientes sintomáticos, respecto de los del grupo control.
La producción de aspartil proteinasas por especies de Candida
aisladas a partir de mujeres con vaginitis siempre fue de mayor
nivel que aquella de las cepas de Candida aisladas de mujeres portadoras
asintimáticas. Igualmente, las cepas de Candida recuperadas
de pacientes con SIDA y candidiasis oral produjeron alrededor de
8 veces la cantidad de aspartil proteinasas de los aislamientos
de Candida obtenidos de sujetos normales.
La producción de aspartil proteinasas es evaluada mediante
la prueba en agar BSA (con 1% de albúmina bovina) y una prueba
de ELISA y los niveles elevados de la enzima secretados “in
vitro” por las levaduras, detectados por estas técnicas,
se correlacionaron con niveles elevados “in vivo” (por
ejemplo en flujo vaginal de pacientes HIV positivas con vaginitis).
Cuando se intentó dilucidar el papel patógeno de las
especies de Candida
en individuos adultos con diarrea post empleo de antibióticos,
se realizó una evaluación cuantitativa de la presencia
de Candida en sus materias fecales
y seguidamente, fue investigada la producción de aspartil
proteinasas.
Los autores investigaron en forma cuantitativa la presencia de especies
de Candida en pacientes sospechados de tener diarrea post empleo
de antibióticos, pacientes sin diarrea que recibieron tratamiento
antibiótico, pacientes con diarrea y sin tratamiento antibiótico
y un grupo de control conformado por pacientes sin diarrea y sin
tratamiento antibiótico.
La presencia de colonias de Candida fue significativamente superior
en pacientes que recibían tratamiento antibiótico
y tenían diarrea, mostrando recuentos de colonias más
elevados que aquellos del grupo control.
En un estudio llevado a cabo por Danna y colaboradores, el desarrollo
exagerado de Candida (con recuentos de 105 UFC/mL de materia fecal)
fue observado únicamente en 7 (29%) de 24 pacientes con diarrea
post empleo de antibióticos. En este mismo estudio, ninguno
de otros 24 pacientes sin diarrea que recibieron antibióticos
mostró desarrollo exagerado de Candida en sus materias fecales.
Sin embargo, en otro estudio, 52 (56%) de 93 pacientes sin diarrea
que recibían antibióticos tuvieron desarrollo aumentado
de Candida, sin que se observaran diferencias, cuando se compararon
con los valores de los pacientes con diarrea post empleo de antibióticos.
Las diferencias observadas entre los resultados de ambos estudios
pueden estar determinadas por el número de pacientes evaluados
en cada una de ellas
(4 veces mayor en el último).
Igualmente, estos últimos autores encontraron en pacientes
con diarrea que no recibían antibióticos, un desarrollo
aumentado de Candida (recuentos de 105 UFC/mL de materia fecal)
mucho menos frecuente que en pacientes con diarrea post antibióticos,
aunque la proporción de cultivos positivos para Candida no
fue significativamente diferente.
Estudios previos han evidenciado que la flora habitual de las materias
fecales se encuentra marcadamente disminuida en los pacientes con
diarrea post antibióticos, observándose una correlación
inversa entre el máximo incremento de las levaduras y la
máxima depleción de las bacterias anaerobias.
El incremento de la positividad de cultivos para Candida en pacientes
con diarrea post antibióticos, pacientes sin diarrea que
reciben antibióticos y en pacientes con diarrea sin tratamiento
antibiótico, sugiere que la disminución de las bacterias
en las heces, debido al empleo de antibióticos o por dilución
en presencia de diarrea, permiten a las especies de Candida desarrollar
en forma exagerada, originando cultivos positivos y mayores recuentos
de colonias.
Un hecho importante a tener en cuenta desde el punto de vista práctico,
es que el promedio del recuento de levaduras en extendidos coloreados
con Giemsa no se correlacionan con los resultados de los cultivos
para Candida. Por ello, no debe sorprender la discrepancia entre
la presencia de un gran número de levaduras en el recuento
realizado mediante microscopia y en pobre desarrollo o la ausencia
de Candida en los cultivos. Los autores sugieren que probablemente
un número importante de las levaduras observadas al microscopio
no son viables, de allí la falta de desarrollo en los cultivos.
Los resultados obtenidos por estos trabajos, muestran la precaución
que debe tenerse al interpretar los hallazgos micológicos
positivos para Candida, de muestras fecales de pacientes con diarrea
asociada al empleo de antibióticos. La utilidad de los resultados
de los cultivos y recuentos de colonias de Candida en muestras fecales
o la visualización en preparaciones microscópicas
es cuestionada por lo autores.
A partir del reconocimiento de las aspartil proteinasas como un
importante factor de virulencia en las infecciones provocadas por
Candida, su actividad
“in vitro” ha sido investigada. Debido a que las aspartil
proteinasas han sido asociadas con una actividad destructiva de
los tejidos en modelos humanos de candidiasis oral, se ha teorizado
acerca del posible daño por estas enzimas de las células
del epitelio intestinal. Sin embargo, en 8 pacientes sospechados
de padecer diarrea asociada al empleo de antibióticos, no
se encontraron evidencias de colitis o daño tisular.
En un estudio, todas las cepas de C. albicans evaluadas produjeron
aspartil proteinasas, y no hubo diferencias significativas entre
la cantidad de esta enzima producida por los aislamientos obtenidos
de pacientes con diarrea asociada a antibióticos y el grupo
control.
Puede especularse que las especies de Candida pueden producir temporalmente
niveles elevados de aspartil proteinasas “in vivo”,
pero podrían perder o disminuir esa capacidad “in vitro”,
a causa, por ejemplo, de los subcultivos. No obstante, en aislamientos
de C. albicans obtenidos de la cavidad oral, se ha observado una
elevada capacidad de producción de aspartil proteinasas,
sostenida y estable en el tiempo. Contrariamente,
otras cepas de C. albicans con escasa capacidad de producción
de aspartil proteinasas muestran estabilidad en ese bajo nivel de
producción en repetidos subcultivos.
En síntesis, los resultados de los estudios comentados, no
confirman la sospecha previa acerca de los mecanismos etiopatogénicos
de Candida
en la producción de la diarrea relacionada con los tratamientos
antibióticos.
La producción de este importante factor de virulencia por
cepas aisladas de pacientes con diarrea asociada al empleo de antibióticos
no difiere de aquella de las cepas aisladas de los pacientes normales,
lo cual indicaría que no intervendría de manera decisiva
en la producción de la diarrea asociada
a antibióticos.
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