Distritos

Distrit o VIII
Jóvenes bioquímicos que aspiran a ser dirigentes

• De izq a der: Juan Enrique Martínez, Federico Armando, Darío Ledo, Federico Dorronsoro, Javier Giménez Cedrán, Mariela Guillenea, Agustín Bolontrae, y Matías Nattero.

El pasado 2 de octubre asistieron junto al presidente de su Distrito, el doctor Jorge Álvarez, a la reunión del Consejo Ejecutivo de FABA. Y en un breve diálogo con FABA-INFORMA manifestaron su voluntad de acercarse a las instituciones y participar. Para ello, consideran de crucial importancia capacitarse con herramientas de gestión en salud para entender mejor la realidad del sector y adaptarse a los cambios.
Este grupo de bioquímicos jóvenes, egresados de la UBA, la UNLP y la Universidad Nacional del Sur y cuyas edades están entre los 26 y 42 años, están cursando bajo la modalidad virtual el "Primer curso para líderes y dirigentes en organizaciones de salud" que, organizado por FEMEBA y FABA, comenzó el pasado mes de agosto y se extiende hasta fin de año. Y lo hacen con el propósito de adquirir capacidades y herramientas para la gestión de instituciones representativas en el sector de la salud.
Consultados acerca del interés que ha despertado este curso para dirigentes, Mariela Guillenea, vocal del Distrito VIII, comenta: "Es muy importante porque cubre aspectos del ejercicio profesional que no vemos en la Facultad referidos por ejemplo, a la formación de las obras sociales, las contrataciones, los aspectos jurídicos, temas en los que el bioquímico no está formado. Entender cómo se forma un organismo, cómo se planifica, cómo se ejecuta. Los bioquímicos trabajando en el laboratorio, ese conocimiento no lo tenemos". Además –agrega– conocer la historia del sistema, el proceso por el cual se llega a la situación actual del sector nos permite entender cómo y por qué se hace una contratación por prestación o por cápita y que también se hace en otros lugares del mundo. Es un curso que te abre la cabeza, sobre todo para los bioquímicos".
Por su parte, Federico Dorronsoro, bioquímico representante de Las Flores ante el Distrito VIII, añade: " Si bien muchas de esas cosas las conocemos porque son parte de nuestro trabajo diario pero no las tenemos asimiladas desde otro aspecto. Este curso nos da herramientas de las que carecemos en nuestra formación profesional, aspectos contable, de política asistencial, entre otros, que nos permite darnos cuenta que no todo es como nosotros quisiéramos sino que ya existe un contexto al cual tenemos que acercarnos para afianzarnos y mejorar nuestro desarrollo profesional". Sin embargo –confiesa– cuando en el curso se trata el tema de la calidad los médicos reconocen que (los bioquímicos) somos líderes en el tema de la calidad y eso nos reconforta y nos permite discutir políticas con los médicos de igual a igual.

Jovenes bioquímicos

Estos jóvenes bioquímicos coinciden en que la profesión al frente de un laboratorio es una actividad "de mucha demanda" y que "ahora en mundo cada vez más virtual y con situaciones tan dinámicas tenemos que estar preparados para los cambios".
Javier Giménez Cedrán, vicepresidente del círculo de Olavarría, describe las características de su distrito: "El Distrito VIII está compuesto tan solo por tres círculos, aunque hay muchas ciudades y el territorio es muy amplio, hay localidades con pocos laboratorios y eso impide que se pueda constituir una representación jurídica". Sin embargo –agregan sus compañeros– a pesar de ser muy heterogéneo y estar compuesto por ciudades muy chicas y muy grandes con realidades diferentes en cuanto a cantidad de trabajo y convenio con obras sociales, estamos todos nucleados en el distrito y trabajamos con referentes. Nuestro voto es el referente de la ciudad, es la opinión de los colegas.
Defensores de esta política institucional, estos jóvenes bioquímicos representantes de los diferentes lugares del territorio en el que se extiende el Distrito VIII, reconocen en la figura de su presidente una actitud de apertura que ha dado cabida al acercamiento de los jóvenes profesionales.
Dorronsoro, que es delegado titular del Consejo, destaca que "a hace tiempo que venimos participando y un compañero nuestro Sergio Coelho ya forma parte de FABA (como Revisor de cuentas suplente en el Consejo Ejecutivo) y también de Fundación Bioquímica. Y eso se debe a las políticas abiertas de los dirigentes de la institución".
Esta notable participación de los jóvenes no es tan frecuente en otros distritos y ellos lo atribuyen a que "el presidente de nuestro distrito, el Dr. Álvarez, nos estimula a participar y nos hace sentir incluidos para formarnos". Y aunque coinciden en que esta actividad institucional demanda un tiempo y esfuerzo adicional al que dedican a su actividad profesional, y que no es fácil cuando muchos de ellos además tienen una familia con hijos pequeños, enfatizan : "Vale la pena involucrarse".
Para Darío Ledo, "con el curso y las reuniones uno entiende mejor las decisiones que se toman y es mejor estar vinculado con la institución".

Nuevos ciclos

Además de la voluntad de incluirnos –señala Juan Enrique Martínez– también está la visión de las autoridades de ver la necesidad del recambio porque saben que se cumplen los ciclos y los más jóvenes tienen que tomar la posta. Pero para eso es importante formarse y estar bien preparado.
"Trabajar en ciudades alejadas de la sede FABA, nos hacía verla como un monstruo, alguien que manejaba nuestras finanzas y eso no nos gustaba mucho, teníamos una imagen tal vez distorsionada de la institución. Ahora conociendo más cómo es el funcionamiento nos damos cuenta de que no es así la situación y valoramos la lucha que se lleva a cabo desde FABA para mejorar la situación de los bioquímicos", apunta Dorronsoro. Por eso –agrega– este curso debería estar abierto a todos porque no necesariamente es útil para quienes tengan una aspiración o vocación política sino que provee de conocimientos estadísticos y de muchas herramientas que abre un abanico de ideas.