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El estrés como causa
de mecanismos epigenéticos

Descubren que las células de grasa cutánea producen péptidos antimicrobianos que contribuyen a la defensa del organismo frente a bacterias invasoras y otros patógenos

 



"Se pensaba que una vez que se rompe la barrera de la piel, la responsabilidad exclusiva de protegernos frente a la septicemia correspondía a los neutrófilos y los macrófagos", señala Gallo. "Lo que demuestra nuestro estudio es que las células madre de la grasa producen antimicrobianos", añade.
Antes de que las células blancas circulantes (neutrófilos y los monocitos) lleguen al foco, el organismo ordena una respuesta inmediata para contrarrestar la capacidad de muchos microbios de multiplicarse rápidamente. Por lo común, este trabajo lo realizan las células epiteliales, los mastocitos y los leucocitos del área de la infección.
El trabajo, centrado en la bacteria Staphylococcus aureus, causante de infecciones en la piel y en tejidos blandos, consistió en la exposición de ratones a Staphylococcus aureus. En cuestión de horas, detectó un importante aumento en el número y tamaño de las células de grasa en el foco de la infección. Y lo que es más importante todavía: estas células grasas producían altos niveles de un péptido antimicrobiano (AMP) llamado péptido antimicrobiano catelicidina o CAMP que mataba las bacterias invasoras, los virus, hongos y otros agentes patógenos.
"Los AMP son nuestra primera línea de defensa natural contra las infecciones. Son evolutivamente antiguos y utilizados por todos los organismos vivos para protegerse -resume Gallo-. Sin embargo, en los seres humanos está cada vez más claro que la presencia de AMP puede ser un arma de doble filo, pues si el déficit de CAMP provoca infecciones como el eczema atópico, el exceso puede conducir a la enfermedad autoinmune y otras patologías inflamatorias como lupus, psoriasis y rosácea".
Los científicos confirmaron sus hallazgos mediante el análisis de las infecciones por S. Aureus en ratones incapaces de producir ya sea adipocitos o cuyas células grasas no expresaban suficientes péptidos antimicrobianos en general y CAMP en particular. En todos los casos, los roedores sufrieron infecciones de modo más frecuentes y éstas fueron más graves.
Otras pruebas confirmaron que los adipocitos humanos también producen catelicidina, lo que sugiere que la respuesta inmune es similar en roedores y seres humanos. Curiosamente, se observó que los sujetos obesos tenían más CAMP en su sangre que los sujetos de peso normal. Según Gallo, las posibles aplicaciones clínicas de los hallazgos requieren más estudios.
Science (2015); doi: 10.1126/science.1260972

 

El estrés como causa
de mecanismos epigenéticos

Los adipocitos cutáneos protegerían de infecciones de la piel


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