home  
 
  ARG
^

Actualidad

Un hallazgo de jóvenes científicos argentinos
Un aporte de la ciencia básica al tratamiento del cáncer de mama

Un trabajo, recientemente publicado en la revista Cancer Research liderado por los doctores Mariana Salatino y Gabriel Rabinovich del Laboratorio de Inmunopatología del IBYME, encontró una relación entre la expresión de galectina- 1 y el crecimiento tumoral en cáncer de mama y demostró que el bloqueo de esa molécula inhibe las metástasis


Dra. Mariana Salatino, investigadora adjunta del Conicet en el Laboratorio de Inmunopatología del IBYME

Por Ana M. Pertierra

FABAINFORMA dialogó con la doctora Mariana Salatino en su despacho del IBYME (Instituto de Biología y Medicina Experimental) del Conicet ubicado en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, quien contó los detalles de esta investigación básica que pretende ser un paso en el largo camino hacia la búsqueda de terapias antitumorales.
La doctora Salatino es bióloga e investigadora adjunta del Conicet en el Laboratorio de Inmunopatología del IBYME que dirige el doctor Gabriel Rabinovich un pionero en el estudio de la proteína galectina-1 y un reconocido científico a nivel mundial por su trayectoria en el campo de la inmunología.
Sobre la base de un conocimiento adquirido previamente en este mismo laboratorio que indica que la galectina-1 es una proteína involucrada íntimamente en la respuesta inmune antitumoral, este grupo de jóvenes científicos, trabajando en un modelo animal, demostraron que los tejidos tumorales que desarrollan metástasis expresan y producen grandes cantidades de esta proteína que actuaría contrarrestando la respuesta defensiva del sistema inmune ante los tumores, situación que le permite a las células malignas crecer, proliferar y perpetuarse. Este fenómeno se conoce como inmunosupresión asociada al cáncer.
Salatino explicó que “si bien trabajamos con modelos animales también lo hicimos con cortes histológicos de tumores humanos como prueba de concepto para demostrar que lo que hacemos tiene relevancia en la clínica”. El grupo de investigadores experimentó con ratones albinos (Balb/c) a los que les inoculó por vía subcutánea quince mil células de cáncer de mama murino, una línea celular –4T1– que se cultiva o se adquiere para usos en investigación. Luego corroboraron la formación del tumor y mediante pruebas histoquímicas de coloración de cortes histológicos demostraron la presencia de grandes cantidades de galectina-1 en esos tejidos. Asimismo validaron, mediante estudios anatomopatológicos en 55 muestras de tumores de mama humanos, que en todas las células epiteliales de los tumores malignos había mucha galectina-1 mientras que en las hiperplasias benignas no había producción, de modo que el tumor de peor pronóstico desde el punto de vista histológico era el que tenía la mayor cantidad de galectina-1.Este modelo experimental les permitió además estudiar las metástasis del tumor principalmente en los pulmones.

¨Una de las idea propuestas por los investigadores del IBYME
es desarrollar anticuerpos monoclonales humanizados contra galectina-1 para ser utilizados como herramienta terapéutica de quimioterapia¨


Portada de la revista Cancer Research donde aparece el trabajo de los científicos argentinos

El paso siguiente fue, mediante una técnica de la biología molecular que se llama RNA de interferencia, bloquear la producción de galectina-1 en las células que debían inyectar a los ratones y entonces examinaron lo que ocurría con el crecimiento tumoral, la respuesta inmune, la inmunosupresión y las metástasis. El resultado fue concluyente: “Vimos que los tumores sin galectina-1 crecían menos y tenían mucha menos metástasis”, dijo Salatino.
Otro hallazgo complementario de los científicos del IBYME fue que los tumores con bloqueo de la expresión de la galectina-1 tenían menor cantidad de células T regulatorias (T-reg), un tipo de célula T del sistema inmune cuya función, recientemente descubierta, es modular inhibiendo la respuesta inmune para evitar los procesos de agresión por autoinmunidad .
“Muchos procesos del cáncer utilizan los mecanismos fisiológicos en su favor, por ejemplo lo que se vio tanto en pacientes como en ratones con tumores ya sea de mama u otros es que hay muchas células T-reg que en esos casos protegerían al tumor evitando que el sistema inmune lo reconozca y destruya”.
Entusiasmada con sus logros, Salatino reconoce que “lo interesante de este trabajo es que mediante el bloqueo de una molécula se inhiben las metástasis pulmonares”. Sin embargo –aclara– no es lo mismo curar a un ratón que a un ser humano y estos resultados serían un paso en el largo camino hacia ese tipo de terapias.
Ante estas conclusiones se podría formular un desafío: ¿Podría ser la galectina-1 un marcador de cáncer de mama? “Si bien nosotros planteamos como hipótesis de trabajo desarrollar un Elisa (enzimoinmunoensayo) para detectar galectina-1 en sueros, todavía no está probado si existe una correlación aplicable a pacientes con tumores”, señaló la investigadora.

Anticuerpos monoclonales

Una de las idea propuestas por los investigadores del IBYME fue desarrollar anticuerpos monoclonales humanizados contra galectina-1 para ser utilizados como herramienta terapéutica de quimioterapia.
“En la actualidad en la clínica se usan muchos anticuerpos monoclonales humanizados para otros blancos. Nosotros proponemos un anticuerpo monoclonal antigalectina-1 para combinar con otras terapéuticas pero por ahora es una hipótesis de trabajo experimental”, señaló Salatino.
La galectina-1 pertenece una familia de 15 galectinas, proteínas extremadamente conservadas a través de la evolución y que participan en diversos eventos biológicos.
Es una proteína muy pequeña de escasos 14 kD de peso molecular, una lectina que tiene en su estructura molecular un dominio específico llamado CDR que le permite reconocer hidratos de carbono adosados a proteínas o glicanos adosados a proteínas (proteoglicanos) que se encuentran en la superficie celular o en la matriz extracelular. “ Se cree que pegándose a esos azúcares, la galectina-1 puede formar redes de receptores generando arreglos en la superficie celular que forman polos de trasducción de señales hacia el interior de la célula”, explica Salatino.
Satisfecha con la repercusión que ha tenido este trabajo en los medios locales y en la comunidad científica internacional, la investigadora ya está pensando en el próximo. “A futuro vamos a estudiar el efecto que tiene la progesterona, en sus variantes sintéticas que son las que se administran en la terapia de reemplazo hormonal, sobre la inmunovigilancia tumoral en cáncer de mama”, concluyó.

 

Un hallazgo de jóvenes científicos argentinos
Un aporte de la ciencia básica al tratamiento del cáncer de mama






Optimizado para 1024x768px l Recomendado: Explorer 5.0 ó superior.
Soporte Técnico: webmaster@fbpba.org.ar l Diseño:
info@naranhaus.com
Copyrigth © 2003 l Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires: secpres@fbpba.org.ar