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Entrevista a Lino Barañao,
ministro de Ciencia y Tecnología
A ocho meses de estrenar ministerio nuevo, el doctor Lino Barañao accedió a recibir a Faba-Informa en su despacho para comentar las actividades previstas para los primeros cuatro años de ejercicio. Doctor en Química, investigador principal del Conicet, director del Laboratorio de Biología de la Reproducción y Biotecnología animal del IByME y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Lino Barañao fue, durante los últimos años, presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Una de sus metas: acoplar la producción de conocimiento con las necesidades de la sociedad.



Doctor Lino Barañao.


-Cumplidos los ocho meses en ejercicio de este nuevo ministerio, ¿todo marcha como usted lo pensaba o se ha encontrado con algunas dificultades?
En general, todo marcha de acuerdo a lo previsto porque desde el comienzo sabíamos que teníamos una tarea ardua por delante. No éramos ingenuos respecto a que todo se iba a estructurar espontáneamente. Un ministerio tiene sus complejidades en cuanto a la designación del personal, los aspectos legales y demás y además de eso había que continuar con la gestión porque viene de la Secretaría y de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica que tiene proyectos en marcha. La doble tarea de armar el ministerio, continuar con la gestión y perdurar los planes futuros, porque el financiamiento depende de presentaciones que uno debe hacer con la debida antelación. Estamos cumpliendo con todas esas tareas, hasta ahora, de forma satisfactoria. Hemos hecho una serie de anuncios, tenemos una excelente relación con el ejecutivo no sólo a nivel nacional sino con los distintos gobiernos provinciales. Por ahora estamos satisfechos con el avance de este proceso.

- ¿La importancia de haber ascendido al rango de ministerio radica principalmente en el presupuesto que dispone para manejar?
Ese es uno de los componentes pero yo diría que no es el más importante. Lo esencial es que ahora nos está permitido articular con otras áreas de gobierno y establecer políticas de Estado en muchas de estas áreas. Históricamente, ciencia y tecnología era un sector periférico que no estaba inserto en este contexto de desarrollo económico y social. Era una actividad conexa, y a lo sumo se hacía para la formación de recursos humanos a nivel universitario, ese era todo el impacto. A partir de la creación del ministerio tenemos una relación muy fluida y directa con los ministerios de Economía, de Salud, de Desarrollo Social, de Trabajo y esto de alguna forma garantiza que la generación de conocimiento está efectivamente acoplada a la mejora de la gestión pública, a la mejora de la calidad de vida de la gente, y a proveer el desarrollo económico sobre otra base.

-En varias oportunidades usted ha manifestado su propósito de promover la producción de mayor cantidad de ciencia, de mejor calidad pero a su vez que los resultados de las investigaciones científicas se volcaran a las necesidades de la sociedad. ¿Cómo se hace eso? ¿Tiene como modelo la política científica de algún país que se podría adaptar al nuestro?
Es difícil encontrar un modelo de país que se ajuste exactamente a la realidad argentina, pero lo que sí uno puede tomar de distintas experiencias son los instrumentos o modelos de gestión. Nosotros estamos trabajando desde hace dos años en un tipo de instrumento que son los proyectos integrados que tienden a apoyar clusters empresariales, especialmente pymes como el caso de la industria metal mecánica, la de producción de frutos desecados a través del Fontar (Fondo Tecnológico Argentino). También hay un polo farmacéutico justamenteque se está creando a través de este instrumento que nuclea a varias compañías del sector, y por otro lado otro tipo de proyectos que son áreas estratégicas que tienen un mayor componente de investigación básica y por lo tanto un mayor número de instituciones públicas participando en estos proyectos. Pero también implican empresas que adoptan estas tecnologías. Lo que estamos implementado es un sistema en el cual el adoptante y el generador de conocimiento están de acuerdo desde el comienzo, donde hay una relación estricta entre el objeto de la investigación y una necesidad periférica. A futuro estamos pensando en una serie de acciones coordinadas con otros ministerios que tienen que ver con programas de alto impacto social para solucionar problemas relacionados con la salud, como puede ser el acceso al agua potable en muchas regiones del país hasta el desarrollo de emprendimientos a nivel local
La otra acción que vamos a encarar es la promoción de la creación de empresas de base tecnológica a partir de distintos instrumentos, que van desde proveer el financiamiento para sus etapas iniciales, formación de recursos humanos, para el gerenciamiento de nuevos proyectos tecnológicos y la creación de fondos de inversión de capital de riesgo público-privados para las etapas de crecimiento de los emprendimientos. Creemos que a través de la creación de empresas de base tecnológica se puede generar un alto número de puestos de trabajo de alta calificación pero que tiene a su vez un derrame sobre otros sectores, las empresas siempre requieren personal técnico y personal menos calificado. A lo que estamos apuntando, como un objetivo central, es la generación de trabajo de calidad a través de una modificación paulatina o de una diversificación de la matriz productiva de nuestro país.

- ¿Resulta difícil seleccionar los proyectos o iniciativas teniendo en cuenta que el presupuesto destinado para subsidios no alcanzará para todos?
Tenemos una serie de parámetros para seleccionar proyectos y una larga experiencia para la evaluación de proyectos de investigación o desarrollo tecnológico. La Agencia ya ha cumplido diez años el año pasado o sea que tenemos la idoneidad para hacerlo y uno puede definir parámetros objetivos para establecer un orden de méritos para evaluar los proyectos científicos o proyectos amplios de modernización, pero para otras de estas acciones lo que estamos usando como criterio es el compromiso del adoptante es decir, la empresa o la cámara empresarial que aporte mediante instrumentos financieros una contraparte para estos proyectos los que nos da un indicio de mayor chance de que estos desarrollos sean efectivamente transferidos. En el caso de aquellas iniciativas que tienen que ver con polos tecnológicos en las provincias o de apoyo a emprendimientos productivos, ahí lo que estamos tomando muy en cuenta es el compromiso de los gobiernos locales, ya sean municipales o provinciales. Y estas componentes nos permiten tener criterios muy objetivos para la asignación de recursos.

- Hace pocos días usted anunció un proyecto de producción nacional de vacunas para el calendario. ¿Considera relevante la producción nacional de vacunas y medicamentos?
Sí, me parece relevante tener una seguridad en cuanto a la provisión de insumos básicos para la salud. Esto implica la producción nacional dependiendo del caso puede ser por una empresa nacional o por un laboratorio público. Hay casos en que el mercado, o los costos no permiten un emprendimiento privado y esta función debe ser asumida por el Estado para garantizar por ejemplo la provisión de vacunas o de fármacos para algunas enfermedades para las cuales el número de pacientes no justifique una rentabilidad apreciable. En otros casos, existe una posibilidad de contar con medicamentos producidos por industrias nacionales, en Argentina hay como en Brasil industrias farmacéuticas importantes que emplean un gran número de profesionales y por lo tanto vamos a continuar apoyando la innovación tecnológica en estas empresas para que en la medida de lo posible puedan exportar y proveer insumos a la región o al resto del mundo, lo que está sucediendo en muchas de ellas.

- El proyecto de producción de vacunas, la doble de adultos y la triple bacteriana, en realidad sería un caso de sustitución de importaciones porque esas vacunas ahora se importan, y con este subsidio se producirían en un trabajo conjunto entre la UNLP, el Instituto Malbrán, y el Instituto Biológico Argentino con las mismas cepas de las importadas. ¿Es así?

Donde hay innovación neta es en el caso de la toxina pertussis. Se va a hacer un estudio de las cepas prevalentes a nivel local para adaptarlas a las dosis locales para hacerlas más efectivas. Para que la vacuna sea la más adecuada para las cepas prevalentes en el país. Nuestra visión está orientada a solucionar un problema de índole social pero al mismo tiempo desarrollar una actividad que permita acceder a otros mercados, es decir, que se extienda más allá de la solución concreta a nivel local.

- ¿Es decir, producir vacunas con cepas locales que puedan ser comercializadas en el Mercosur?
Exactamente, extrapolar esto a otros países en el caso de que las cepas sean iguales o bien proveer a países vecinos con un producto de mayor calidad.

- ¿Qué plazo tiene este proyecto de las vacunas nacionales?
Es un proyecto a tres años con distintas etapas, la de desarrollo es la más larga, se espera la producción a partir del año próximo.

- ¿La producción se haría en el Instituto Malbrán?
Tengo entendido que sí. Tiene que haber una adecuación de infraestructura y demás para alcanzar las normas de calidad requeridas.

- En el año 2005 se había lanzado un proyecto similar de vacunas pero con la BCG, en el Instituto Biológico de La Plata, ¿qué pasó con esa iniciativa?
Ese caso era el otorgamiento de un crédito del FONTAR y requería la firma del gobierno provincial para avalarlo y eso no ocurrió. No se implementó porque no se asumió el crédito por parte de la autoridad provincial en ese momento. Es un crédito que la Agencia da y que alguien se tiene que hacerse responsable. Era un crédito del BID y la provincia debía haber autorizado ese endeudamiento, eso no ocurrió y el proyecto abortó. Existe la posibilidad de que eso se reflote en algún momento.

- ¿En este nuevo proyecto, la situación es diferente? ¿No hay peligro de que ocurra lo mismo?
Es diferente porque es otro tipo de instrumento y tiene fundamentalmente un componente de subsidios. Tiene sí los créditos que asume la institución privada, y eso ya está firmado. El Instituto Biológico Argentino, empresa privada nacional, suscribió los créditos. En el otro caso, era el gobierno provincial el que tenía que aceptar el endeudamiento y esa etapa fue la que no ocurrió.

- ¿Los fondos con los que cuenta el ministerio son todos provenientes de créditos del BID o hay otra fuente de recursos?
No, no. Tenemos un componente creciente del tesoro nacional. De hecho, todo lo que es subsidio de la investigación básica en este país se da con fondos del tesoro y estamos reservando el financiamiento externo para proyectos de mayor riesgo, para la construcción de infraestructura, compra de equipamiento que requiere desembolsos del corto plazo. Pero de todos modos siguen siendo fondos del tesoro, es decir, estos créditos hay que pagarlos. La ventaja que tienen es que una vez que está firmado el contrato, estos fondos son constantes a lo largo del período estipulado, no debe renovarse año a año y no está sujeto a contingencias económicas sino que todos los años se tiene el monto requerido.

- ¿Qué pasa con la infraestructura en el campo de la investigación? Se sabe que los científicos argentinos están muy calificados aquí y en el exterior , pero cuando uno va al lugar dónde trabajan, los laboratorios muestran falencias importantísimas
Sí, precisamente por eso una de las primeras acciones fue lanzar el proyecto de un parque científico tecnológico que tiene un presupuesto inicial estimado en 450 millones de pesos para los cuatro años y que apunta a resolver los problemas edilicios y de infraestructura en todo el país. Este es un relevamiento inicial que se ha hecho de 230.000 metros cuadrados. No son los números finales y todavía no ha sido priorizado pero sí se ha incorporado a nuestro pedido de fondos y financiamiento para comenzar las obras el año próximo. Esto es algo que está en marcha.

- ¿Y qué lugares tienen prioridad?
Hay obras en todo el país. Lo que vamos a hacer es iniciar un proceso de evaluación de cada solicitud, de la calidad de la institución, de los requerimientos reales, de los planes estratégicos de crecimiento, necesidad de incubar empresas de base tecnológica en predios universitarios, por ejemplo. Todo eso se tiene en cuenta a la hora de establecer un orden de méritos. Este plan contempla obras en todo el país y probablemente comenzaremos con al menos una obra en cada provincia.




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