La
ONU alerta de que la falta
de agua es el gran obstáculo
para el desarrollo
Más de 1.000 millones de personas en
el mundo viven
sin acceso a agua limpia
El mundo en desarrollo pasa sed. El
último informe del Índice
de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo ha focalizado toda la atención en el acceso al
agua potable y a los saneamientos básicos al considerar que
el desarrollo y el cumplimiento de los Objetivos del Milenio dependen
en buena medida de ello.
"Más de 1.000 millones de personas se ven privadas del
derecho al agua limpia y 2.600 millones no tienen acceso al saneamiento
adecuado".
Es la contundente conclusión del Informe de Desarrollo Humano
(IDH) realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), que señala la falta de acceso al agua como el principal
escollo para el desarrollo y al cumplimiento de los Objetivos del
Milenio.
El informe subraya lo caro que resulta -en gasto sanitario, por
ejemplo-
la falta de agua potable: 170.000 millones de dólares (133.000
millones de euros) sumados todos los países en desarrollo,
el 2,6% de su producto interior bruto (PIB). El coste en el África
subsahariana es del 5% de su PIB, 23.500 millones de dólares,
una suma superior al total de la ayuda recibida y de la deuda devuelta
por estos países en el año 2003. Es decir, que es
como si ese dinero se hubiera tirado... al arroyo.
El administrador del PNUD, Kemal Dervis, explica algunas de las
razones: "Cada año mueren cerca de 1,8 millones de niños
como consecuencia
de la diarrea y otras enfermedades causadas por el agua sucia y
por un saneamiento insuficiente. A comienzos del siglo XXI, el agua
sucia es la segunda causa de muertes infantiles en el mundo".
Mientras, en los países desarrollados, "se pierde más
agua en las cañerías que gotean que la disponible
al día para más de 1.000 millones de personas".
Estas carencias amenazan directamente la consecución de la
mayoría
de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio (ODM), que suscribieron
189 naciones para dar al traste con el crecimiento de la pobreza
en el mundo en 2015. Por ejemplo, el Objetivo 1: "Erradicar
la pobreza extrema y el hambre".
A pesar de que las personas que viven con menos de un dólar
al día han pasado del 28% al 21% desde 1990, aún 1.000
millones viven en esta situación, la tercera parte en África
subsahariana, donde son la mitad de la población. A estos
datos se añade que en los países en desarrollo, sólo
el 25% de los hogares pobres tiene acceso al agua limpia, frente
al 85% de los hogares ricos. Además, los hogares pobres pagan
hasta 10 veces más por
el agua que los hogares ricos, al no estar conectados a las redes
públicas y tener la necesidad de comprar el agua en el mercado
libre. El informe propone medidas políticas que garanticen
el acceso mínimo de 20 litros por persona
y día, y que, con ayudas públicas, el gasto de los
hogares en agua no supere el 3% de los ingresos.
El Objetivo 2, "lograr la educación primaria universal",
también choca
con la carencia de agua y saneamientos. Según destaca el
IDH, sin estas condiciones, los niños enferman. Consecuencia:
443 millones de días
de absentismo escolar al año. La falta de saneamientos separados
para niños y niñas hace que muchas abandonen la escuela
por vergüenza.
Además, millones de niñas no pueden ir al colegio
porque pasan varias
horas al día yendo a buscar agua a kilómetros de su
casa. Esto último también choca con el Objetivo 3:
"Promover la igualdad de género y la autonomía
de la mujer". Sin agua cercana, las mujeres dedican varias
horas
a ir a buscarla; mientras tanto, las niñas no pueden estudiar,
y las madres, trabajar en nada que no sean sus hogares. Estas madres,
además, tienen que atender a sus hijos enfermos de diarrea.
Una dinámica perversa.
Algo similar sucede con el Objetivo 4, "reducir la mortalidad
infantil": casi
5.000 niños menores de cinco años mueren al día
por enfermedades relacionadas con el agua sucia. "El acceso
al agua limpia y al saneamiento puede reducir el riesgo de mortalidad
de un niño un 50%", dice el IDH.
Según el informe, las soluciones pasan por una mayor inversión
en los programas de ayuda oficial al desarrollo. Pero los réditos
son importantes: "Por cada dolar invertido en el sector, se
crearán otros ocho en reducción
de costes y en aumento de productividad": los beneficios económicos
totales serían de unos 38.000 millones de dólares
anuales, 203.000 muertes infantiles menos en 2015 y 272 millones
de días de asistencia escolar más. ¿El coste?
10.000 millones de dólares, según el PNUD: "Menos
de los gastos militares realizados en cinco días y menos
de lo que gastan al año los países desarrollados en
agua mineral".España asciende al 19º lugar en el
índice anual de desarrollo humano de la ONU, que al igual
que el año pasado encabeza Noruega y cierra Níger.
Fuente: Diario
El País - España
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