Coordinación
General de Evaluación Epidemiológica
de Programas de Atención de FABA
Rudolf Virchow:
PRECURSOR DE LA PATOLOGÍA CELULAR Y PADRE DE LA
MEDICINA SOCIAL
“La
medicina es una ciencia
social y la política no es
más que medicina en
gran escala”
Rudolf Virchow
El citopatólogo
precursor de la moderna patología celular.
Rudolf Ludwig Carl Virchow, a quien los bioquímicos conocemos
fundamentalmente por sus investigaciones en citopatología,
nació en 1821
en Schilvelbein (Pomerania) y falleció en 1902 en la ciudad
de Berlín. Ejerció la docencia en la Universidad de
Berlín, en anatomía, y en la Universidad de Wurzburgo,
en patología y anatomía patológica, hasta el
año 1856.
Años más tarde, continuando los estudios de Bichat,
publicó “Die Cellularpathologie in ihrer Begründung
auf physiologische und pathologische Gewebelehre”, donde desarrolló
sus estudios sobre citopatología.
Virchow corrigió y amplió la teoría celular
de Schwann y Schleiden, estableciendo que las células son
la unidad fundamental de la vida y que las células se forman
sólo a partir de otras células (sintetizándolo
con la frase “omnis cellula ex cellula”).
Demostró que la embolia y la trombosis (conceptos suyos)
son casi siempre anteriores a la flebitis propiamente dicha. Esto
lo llevó a investigar la patología de la serie blanca
de la sangre y a describir por primera vez la leucemia y a introducir
el término de leucocitosis.
A Virchow se le debe la creación de la mayor parte de conceptos
generales
de la actual anatomía patológica tanto de células
como de tejidos y órganos.(1,2,3,4)
El padre de la medicina social
Pero además de prestigioso científico, catedrático
e investigador,
Virchow comprendió que no bastaba con desarrollar la ciencia
médica. Que ésta tenía que estar al alcance
del pueblo y que los problemas sanitarios no sólo debían
recibir respuestas médicas sino, fundamentalmente, respuestas
políticas y sociales. Muchos años más tarde,
quien sin duda fue uno de los sanitaristas más importantes
de nuestro país, Ramón Carrillo, diría en la
misma línea: “Frente a la miseria y la incertidumbre
social, los microbios como causa de enfermedad son unas pobres causas
Fue un activo participante en la Revolución Alemana de 1848
(equivalente a la Revolución Francesa en ese país).
Eminente científico fue además un hombre político:
defendió sus ideas en el campo de la lucha de mediados del
siglo XIX y parte de sus conceptos sobre la medicina social, que
desarrolló la generación alemana de 1848, están
incluidos en muchos reclamos de reforma del sistema de salud en
la Argentina de nuestros días.
La epidemia de tifus
en la Alta Silesia
Pero ¿cómo pasa Virchow de eminente citopatólogo
a ser una de las más destacadas figuras de la historia de
la política sanitaria mundial?. Siendo
ya un prestigioso investigador, en 1847, fue designado por el gobierno
de Prusia (Alemania aún no estaba unificada) para investigar
la epidemia de tifus que se había producido en la provincia
de Silesia en el invierno de 1847-1848. Su informe, producto de
esa investigación, es un clásico de la salud pública
mundial. Las propuestas de solución de Virchow eran que el
medio millón de pobres de la Alta Silesia tuvieran “completa
e ilimitada democracia, o educación, libertad y prosperidad”.
Pedía también que los oprimidos de Silesia tuvieran
derecho a comunicarse en su propia lengua polaca, a tener un gobierno
autónomo elegido por ellos mismos, que se fijaran impuestos
a los más ricos para trasladar lo recaudado a los más
pobres, que se mejorara la agricultura y las vías de comunicación
y que se crearan organizaciones de tipo cooperativo. Especialistas
en el tema de promoción de la salud sostienen que en su informe
estaban contenidos los pre-requisitos actuales para una vida saludable.
(5)
La investigación en Alta Silesia lo marcó: a partir
de allí se convirtió en político de ideas avanzadas,
antropólogo y sanitarista. Y participó en los sucesos
del 18 de marzo de 1848, día del levantamiento del pueblo
de Berlín y comienzo de la revolución que daría
lugar a la Alemania moderna.
La Reforma Médica
No habían transcurrido cuatro meses de los hechos relatados
en el punto anterior cuando funda junto con R. Leubuscher, el 10
de julio de 1848, la Revista “Die medinische Reform”
(La Reforma Médica). Desde allí se emiten opiniones
de política sanitaria que serían avanzadas aún
en nuestros días,
y más en nuestro país.
En cuanto a la relación entre medicina y sociedad, decía
“Si la enfermedad
es la expresión de la vida individual bajo condiciones desfavorables,
las epidemias deben ser indicativas de las perturbaciones importantes
en la vida de las masas”... “¿No vemos que las
epidemias señalan siempre las deficiencias en la sociedad?...
“Uno puede señalar las condiciones atmosféricas,
los cambios cósmicos generales y similares, pero ninguno
puede causar epidemias por sí mismo. Las producen sólo
donde debido
a la situación social la gente ha vivido por largo tiempo
en condiciones anormales”. (6)
Causas sociales y causas biológicas
Es que la época en que Virchow desarrolló su actividad
en la política
sanitaria era de una intensa polémica sobre el origen de
las enfermedades. Eran los años del descubrimiento de las
bacterias. Algunos pensaban que con ello se excluía toda
causa social, de la misma manera en que hoy hay quienes piensan
que conocer el código genético será condición
necesaria y suficiente para saber de qué enfermará
y morirá una persona. Virchow no compartía esa concepción
y hoy sabemos que tenía razón.
Muchos años después otro prestigioso médico
argentino, Salvador Mazza, investigador del Tripanosoma cruzi en
tareas de campo aún a riesgo de su vida, diría que
la condición fundamental para eliminar el Mal de Chagas-Mazza
era erradicar el rancho de adobe. Cabe recordar que, aún
hoy, esa enfermedad afecta a millones de argentinos, sin que los
condicionantes sociales se hayan modificado.
La idea de que los agentes microbianos sólo actúan
si hay condiciones
que lo permiten, que bacilo de la tuberculosis no es sinónimo
de tuberculosis, es tremendamente actual. Hace pocos años,
quien fuera uno de los epidemiólogos más destacados
del mundo, el estadounidense Milton Terris, de vasta trayectoria
académica y con una producción que abarca los campos
teóricos y de desarrollo metodológico en Epidemiología,
Medicina Social, Organización de Servicios de Salud e Historia
de la Salud Pública, diría a sus estudiantes, para
explicar las causas del cólera endémico en la India:
“Las causas del cólera en la India se remontan a varios
siglos de su historia: la invasión inglesa y la destrucción
de una industria textil que un día fue floreciente, la persistencia
de sistemas arcaicos de propiedad de la tierra,
de métodos de labranza, del sistema de castas, de la increíble
pobreza, hambre y hacinamiento que padece la población; la
consecuente incapacidad para financiar el desarrollo de suministros
de agua potable y de drenaje y por último, casi incidentalmente,
la presencia del vibrión del cólera.” (7,8)
Virchow y Carrillo
Sobre el papel del Estado opinaba Virchow: “El Estado democrático
desea
que todos sus ciudadanos disfruten del bienestar porque reconoce
que todos tienen iguales derechos” ... “las condiciones
del bienestar son la salud
y la educación”...”no es suficiente que el Estado
garantice las necesidades básicas para la existencia y que
asista a todo aquel cuyo trabajo no le baste para solventar esas
necesidades, el Estado debe hacer más, debe asistir
a cada uno de tal manera que tenga las condiciones necesarias para
una existencia en condiciones de salud”.
Comparemos estas palabras con las de nuestro Ramón Carrillo:
“Es evidente que actualmente no puede haber medicina social
sin una política social del Estado. ¿De que sirve
a la medicina resolver científicamente los problemas de un
individuo enfermo si simultáneamente se producen centenares
de casos similares de enfermos por falta de alimentos, por viviendas
antihigiénicas - que a veces son cuevas – o porque
ganan salarios insuficientes que no les permiten subvenir debidamente
a sus necesidades?”...”¿cómo puede enorgullecerse
la medicina de aplicar sus técnicas cada vez más perfectas
para resolver situaciones individuales, si por cada caso que se
resuelve tiene infinidad de problemas colectivos de salud que nunca
podrán ser resueltos por iniciativa del médico?”.
(9)
Crisis en salud: Insatisfacción
del paciente y del profesional
En la Argentina vivimos una crisis del sistema de salud en el marco
de una crisis de nuestro proyecto de Nación. La mayoría
de la población tiene dificultades de acceso económico,
geográfico y cultural al acto de salud
y los técnicos y profesionales no encuentran satisfacción
en el plano económico y científico.
Son inadmisibles los salarios y aranceles profesionales, las excesivas
horas de labor, la parálisis de instituciones de prestigio
como el Hospital
de Clínicas.
Es necesario tomar decisiones para cambiar la situación del
acceso
a la salud de la población y las condiciones de trabajo (que
incluyen sus ingresos) de los que trabajan en la salud pública
o privada.
Los postulados de Virchow, de Carrillo, de Mazza, de Oñativia
y de tantos
otros deben ser puestos en práctica. Las ideas están.
El dinero, dado el enorme superávit fiscal que tiene nuestro
país, también. La capacidad de profesionales, científicos
y técnicos preparados para actuar en salud, existe.
Sólo es necesaria la decisión política de hacerlo.
Referencias bibliográficas
1. INTERNET:
http://es.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Virchow
(acceso día 30-11-2006).
2.
INTERNET: http://www.biografica.info/biografia-de-r-virchow-2916
(acceso día 30-11-2006).
3.
INTERNET: http://www.historiadelamedicina.org/virchow.html
(acceso día 30-11-2006).
4.
INTERNET: http://www.xtec.es/~jllort1/biolegseuropa/virchow_cas.htm
(acceso día 30-11-2006).
5.
Restrepo H, Málaga H. Promoción de la salud. Bogotá:
Editorial Médica Panamericana; 2001. p. 20-22.
6.
Rosen G. De la policía médica a la medicina social.
México:
Siglo XXI Editores; 1985. p. 78-88.
7. Terris
M. La revolución epidemiológica y la medicina social.
México:
Siglo XXI Editores; 1980. p. 24.
8. Buck
C, Llopis A, Nájera E, Terris M. El desafío de la
epidemiología.
Problemas y lecturas seleccionadas. Washington DC: OPS; 1988. p.
3-17, 156.
9. Doval
H, Micucci HA, Stein E. Salud: crisis del sistema.
Propuestas desde la medicina social. Buenos Aires: Editorial Ágora;
1992. p. 106-123.
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