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El consumo de alcohol aumentaría el riesgo de cáncer de mama

Se podrá acceder al artículo completo "Mecanismos involucrados en el cáncer de mama por consumo de alcohol y alternativas para su prevención", de los autores Gerardo Daniel Castro, María Eugenia Maciel, Leandro Néstor Quintans, y José Alberto Castro, publicado en Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, desde www.scielo.org.ar ingresando al volumen 49, número 1, de 2015.

El consumo de alcohol se asocia con un riesgo incrementado para el cáncer de mama, aumentando linealmente incluso con un consumo moderado y con independencia del tipo de bebida alcohólica. El mecanismo está aún lejos de haberse establecido. Los estudios realizados por los autores sugieren que el acetaldehído producido in situ y acumulado en el tejido mamario podría desempeñar un papel en los eventos mutacionales y de promoción del proceso carcinogénico. Estudios posteriores indicaron la producción de especies reactivas de oxígeno, acompañada de la disminución en los contenidos de vitamina E y de glutatión y de la actividad glutatión transferasa. El estrés oxidativo resultante también podría desempeñar un papel relevante en varias etapas del proceso carcinogénico. Por otra parte, está demostrado que los niveles plasmáticos de los estrógenos aumentan significativamente después del consumo de alcohol y que el riesgo de cáncer de mama inducido por beber alcohol guarda mayor relación con los tumores mamarios con receptores de estrógeno (ER)-positivo en comparación con los ER-negativos. Los estrógenos pueden producir cáncer de mama por acciones sobre el ER y también como auténticos carcinógenos químicos, como consecuencia de su oxidación que conduce a metabolitos reactivos. En este trabajo se presenta una hipótesis que integra los efectos del acetaldehído y del estrés oxidativo con los que implica un aumento de los niveles de estrógeno. Se analizan posibles acciones preventivas accesibles.
Aunque el uso del alcohol aumente gradualmente, los programas de tratamiento tienden a enfocarse en los hombres. Esta situación hoy se encuentra modificada especialmente en la generación de mujeres jóvenes, que han aumentado significativamente su consumo. Uno de los factores a tener en cuenta para entender la susceptibilidad de la mujer al consumo de bebidas alcohólicas es el biológico. La mujer posee menor actividad de enzimas gástricas que el hombre, tiene mayor proporción de grasa corporal (menor volumen de agua para su distribución) y su tolerancia sobre los síntomas característicos de la "resaca" es más baja.
El efecto perjudicial del consumo de bebidas alcohólicas en la salud de la juventud es particularmente serio si se considera que en lo que concierne a la salud reproductiva, éste es el rango etario más comprometido en ambos sexos. La salud reproductiva de la mujer no es un tema menor teniendo en cuenta el aumento alarmante del consumo de bebidas alcohólicas en un grupo etario más vinculado con la ventana de fertilidad.
El cáncer es la segunda causa de muerte en Argentina y en gran parte del mundo. El efecto del consumo de bebidas alcohólicas sobre el riesgo de cáncer fue revisado por primera vez en las series de Monografías de IARC, en 1988. En ese momento, se concluyó que había evidencia suficiente de carcinogenicidad para los cánceres de cavidad oral, faringe, laringe, esófago e hígado. Posteriormente, una gran cantidad de estudios epidemiológicos exploraron la relación entre el consumo de bebidas alcohólicas y el riesgo de cáncer en distintas localizaciones.
La evidencia publicada para 27 sitios de cáncer fue revisada por un grupo de trabajo reunido en 2007 y esta revisión ha dado origen a un nuevo documento, en el cual se incorporó a la glándula mamaria como un sitio blanco de la acción carcinogénica. El etanol es el ingrediente principal de las bebidas alcohólicas. El acetaldehído, el primer metabolito del etanol producido por el metabolismo oxidativo, es un potente mutágeno y carcinógeno pero generalmente se asume que en la célula este metabolito reactivo no puede alcanzar niveles suficientemente altos que pudieran plantear una amenaza carcinogénica. Como el etanol por sí no es considerado un carcinógeno, la relación del alcohol con los cánceres se ha estudiado principalmente por determinados efectos del etanol en la carcinogénesis inducida por otros compuestos carcinógenos conocidos.

Un factor de riesgo modificable

El consumo de alcohol está relacionado causalmente con un riesgo mayor de padecer cánceres del tracto aero-digestivo superior, hígado, colon y recto, y mama femenino. Especialmente preocupante es el caso de la promoción de cáncer de mama debida al consumo crónico de alcohol. En efecto, el cáncer de mama es una causa de enfermedad y muerte extremadamente importante en las mujeres y el consumo de alcohol es uno de los pocos factores de riesgo modificables para este cáncer. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer informó recientemente que para 2010 más de 100 estudios epidemiológicos han evaluado la asociación entre el consumo de bebidas alcohólicas y el riesgo de cáncer de mama. Además, el análisis combinado de los datos de 53 estudios realizados en todo el mundo mostró una relación dosis-respuesta entre el consumo de alcohol y el aumento del riesgo de cáncer de mama. Este estudio mostró un aumento del 9% en el riesgo por cada 10 gramos de alcohol ingeridos por día. De hecho, otros estudios epidemiológicos recientes, realizados sobre un total de 1.280.296 mujeres de edad mediana en el Reino Unido demostraron que aún las mujeres que consumen un promedio de sólo 10 gramos de alcohol ("un trago") por día mostraron 12% más de riesgo de cáncer de mama. Además, un estudio prospectivo detallado en 254.870 mujeres, realizado en ocho países europeos, informó que el 5% del cáncer de mama de la mujer era atribuible al consumo de alcohol. Desafortunadamente, hay poca información sobre un mecanismo posible para este efecto y sobre efectos moduladores positivos de factores de la dieta, si es que no se evita el consumo de alcohol. Esta cuestión fue de especial interés para motivar los estudios realizados por distintos laboratorios con el propósito de entender la patogénesis de esta relación entre cáncer de mama y el consumo de bebidas alcohólicas y para, eventualmente, sugerir medidas de prevención.
En el artículo se describen la formación de acetaldehído, su acumulación y efectos; los radicales libres, el estrés oxidativo y sus efectos, el aumento de los niveles de estrógenos y sus consecuencias, se sugieren hipótesis de trabajo sobre cómo beber alcohol puede promover efectos cancerígenos en el tejido mamario y se abordan los posibles tratamientos preventivos potenciales contra los efectos nocivos en el tejido mamario por el consumo de alcohol.
Las consideraciones sobre la patogénesis del cáncer mamario inducido por beber alcohol llevaron a la hipótesis de trabajo de que la acumulación de acetaldehído y sus efectos nocivos, la generación de ROS inducida y efectos deletéreos oxidativos sobre el aumento de los niveles de estrógeno en cooperación podrían estar involucrados en la promoción del cáncer. Eso está por demostrarse. Si las suposiciones fueran aún correctas parcialmente, algunas alternativas preventivas útiles podrían aprovecharse: la inhibición de las vías metabólicas que generan acetaldehído, la destrucción del acetaldehído acumulado, los tratamientos con antioxidantes potentes y seguros y también mejorar las vías desintoxicantes de quinonas de estrógenos. Además, se podrían contemplar cócteles que tienen mezclas de componentes de cada tipo. No obstante, siempre es importante tener en cuenta que el cáncer de mama inducido por el consumo de alcohol es una de las pocas causas evitables de cáncer y que sería posible evitar beber alcohol en absoluto, o más probablemente, beber sólo una copa al día (12 gramos de etanol por día solamente).

 

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