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Influencia de la vitamina D en la salud humana
Un trabajo publicado en Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana Volumen 48, número 3 de 2014. Autores: Vanessa de Oliveira, Gustavo Muller Lara, Eloir Dutra Lourenço, Bruna Daniele Boff, Gabriela Zirbes Stauder

Resumen

La vitamina D es una sustancia liposoluble que se presenta bajo dos formas: ergocalciferol (vitamina D2) o colecalciferol (vitamina D3). La deficiencia de esta vitamina está relacionada con la aparición y agravamiento de muchas enfermedades. La deficiencia de vitamina D es común en personas de edad avanzada, sin embargo, puede estar presente a cualquier edad y se asocia con el cáncer, enfermedades cardiovasculares, autoinmunes y metabólicas .Su forma activa, la 1,25 (OH)2D, ejerce diversas funciones en el cuerpo, tales como el mantenimiento de la salud ósea, la homeostasis, el metabolismo celular, la regulación del sistema inmunológico, esquelético y cardiovascular. En la actualidad, el déficit de esta vitamina se considera un problema de salud pública en todo el mundo.
La vitamina D es una sustancia liposoluble precursora de hormonas y un nutriente esencial para el organismo de los seres humanos. Se incorpora al organismo a través de la ingestión o de la exposición a la luz solar. La metabolización endógena de vitamina D puede verse interferida por diversos factores: región geográfica, latitud, estaciones del año, hábitos culturales, exposición al sol y el uso por tiempo prolongado de protectores solares. La vitamina D participa en el organismo humano en distintas funciones, como por ejemplo, el metabolismo de la insulina; la regulación del metabolismo de minerales, en especial del calcio; la participación en el mantenimiento de la homeostasis, el crecimiento, diferenciación y apoptosis celular; y también en la regulación de los sistemas inmunológico, cardiovascular y músculo-esquelético. Por estar directamente vinculada a funciones esenciales del organismo, se relaciona la deficiencia de la misma con diferentes patologías, asociándosela a la mortalidad general y cardiovascular aumentada, a la incidencia y mortalidad por cáncer y a enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. Además, la 1,25 (OH)D3 (calcitriol o 1-alfa, 25-dihidroxicolecalciferol) es uno de los principales reguladores de la homeostasis del fosfato. Los casos de deficiencia de vitamina D aumentaron de manera significativa después de la revolución industrial, mostrando que el estilo de vida de las personas influye directamente en las concentraciones de vitamina D en el organismo.
La fuente principal de vitamina D es la formación endógena por la piel a través de la exposición a la luz solar, principalmente a través de la radiación ultravioleta B (UVB). Sin embargo, una fuente alternativa es la alimentación que suple hasta en un 20% la necesidad nutricional de vitamina D. Por lo que se conoce actualmente, el único órgano capaz de proveer la vitamina D es la piel, pues el resto de esa vitamina circulante proviene de la ingestión alimenticia. La no ingestión o la deficiencia en los mecanismos de acción de la vitamina D causa su insuficiencia, elevando el riesgo de patologías. Se considera deficiencia cuando la vitamina D es inferior a 20 ng/mL.
Según estudios, la vitamina D afecta el crecimiento y diferenciación celular de varias clases celulares, como macrófagos, células dendríticas y linfocitos T y B. Su efecto inmunomodulador tiene relación con enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico, diabetes mellitus tipo 1, enfermedad inflamatoria del intestino y esclerosis múltiple. También, los pacientes con bajos niveles de vitamina D pueden presentar niveles aumentados de inflamación y carga oxidativa.