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Actualidad

25 de Mayo: Día mundial de la tiroides
Sugieren pesquisar hipotiroidismo en el embarazo

La determinación de los niveles de TSH y de anticuerpos anti TPO en sangre son las claves para el diagnóstico de esta patología funcional de la tiroides que puede ocasionar complicaciones durante el embarazo y el parto


Dr. Fabián Pitoia, encargado de la Sección Tiroides de la División Endocrinología del Hospital de Clínicas de la UBA y Miembro de la Comisión Directiva de SAEM

Por Ana M. Pertierra

Expertos españoles plantean la importancia de detectar mediante un screening los casos de hipotiroidismo durante el embarazo, teniendo en cuenta que esa condición puede entrañar ciertas complicaciones como un riesgo aumentado de aborto espontáneo, anemia, preeclampsia, desprendimiento de placenta y hemorragia posparto. Así como parto prematuro, bajo peso al nacer, distrés respiratorio y problemas de desarrollo y aprendizaje en el bebé.
Se estima que entre el 2 y 3% de las embarazadas padece este trastorno, y que en el 85% de los casos es consecuencia de la enfermedad de Hashimoto.

FABAINFORMA consultó al Dr. Fabián Pitoia, encargado de la Sección Tiroides de la División Endocrinología del Hospital de Clínicas de la UBA y Miembro de la Comisión Directiva de SAEM (Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo), quien señaló que “toda la patología tiroidea ya sea la morfológica benigna o maligna como la funcional tiene la misma prevalencia relativa de 4: 1 a 5: 1 a favor de las mujeres.” Y –agregó– esto es más evidente en la edad reproductiva de la mujer que en otros estadios de la vida por lo cual cabe suponer que la cuestión hormonal tendría un fuerte impacto en la alteración de la forma y función de la glándula tiroides aunque todavía se desconoce qué es lo que la genera”. Asimismo dijo que “ un screening en embarazadas para la patología funcional de la tiroides podría detectar casos de hipotiroidismo y evitar las complicaciones que esto acarrea como abortos, partos prematuros, y problemas neurocognitivos que impacta en la salud del bebé”.
Sin embargo, a la hora del diagnóstico y tratamiento, el especialista señala algunos puntos importantes a considerar en la fisiología propia del embarazo. Estudios poblacionales muestran que los niveles normales de la TSH en la mujer embarazada son muy inferiores a los de la mujer no embarazada y se encuentran dentro del rango de 1.3 a 1.5 uU/ml. y aún más bajos durante el primer trimestre del embarazo cuando se produce una hormona a nivel de la placenta, la gonadotrofina coriónica humana, que tiene un efecto similar a la TSH, actuando sobre la tiroides estimulándola para que produzca las hormonas T3 y T4, razón por la que la hipófisis reacciona disminuyendo el nivel de TSH. “Para la población general un valor de TSH de 4.5 uU/ml corresponde a un hipotirodismo subclínico mientras que para la mujer embarazada esa condición se considera cuando la TSH está por encima de 2.5, y si llega a 10 es hipotiroidismo manifiesto”, explica Pitoia.

Una enfermedad autoinmune

“La causa número uno del hipotiroidismo es la tiroiditis de Hashimoto, una condición autoinmune en donde el propio organismo ataca a la glándula, la inflama y eso hace que se produzca una situación de menor producción hormonal. Y durante el embarazo no sólo es el aumento de TSH sino la presencia de autoanticuerpos lo que podría relacionarse con una mayor probabilidad de abortos”, dijo el especialista.
De allí que para el diagnóstico sea crucial conocer la presencia o no de anticuerpos específicos. “Es importante saber el valor de la TSH y también el de anticuerpos en la mujer embarazada. Saber que una embarazada en el primer trimestre de embarazo tiene una TSH de 2 uU/ml con anticuerpos positivos nos hace pensar que esa paciente probablemente en el segundo trimestre requiera soporte hormonal”. El anticuerpo antitiroperoxidasa (TPO), es el marcador de autoinmunidad tiroidea más específico. Aunque hay otros anticuerpos como por ejemplo la antitiroglobulina y también el anti receptor de TSH (TRAB), este último más típico de hipertiroidismo.
Una vez implantado el tratamiento, un buen marcador para el seguimiento es el dosaje de T4 libre. “En la embarazada, las hormonas periféricas (T3 y T4) se encuentran alteradas porque durante el embarazo aumenta fisiológicamente la proteína TBG, que es la transportadora de las hormonas en la sangre, y entonces vamos a tener valores totales normales o altos pero no son verdaderos. Lo que importa es el valor de T4 libre y TSH, son los datos más fidedignos para el seguimiento”, concluyó Pitoia.

 

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