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Presentan una vacuna experimental contra el Alzheimer
Esta inmunización, probada en ratones transgénicos, incorpora una innovación tecnológica, la de vehiculizar el antígeno dentro de liposomas, y de esta forma ha logrado ser eficaz frenando la formación de placas de beta amiloide sin tener efectos adversos. La nueva vacuna fue un trabajo de investigación llevado a cabo por especialistas españoles que pretende a futuro actuar como tratamiento preventivo contra la enfermedad. Expertos locales toman con prudencia estos resultados


Dr. Ramón Cacabelos, investigador de Euroespes, Centro de Investigación de Enfermedades del Sistema Nervioso Central y Medicina Genómica de Coruña.

Por Ana María Pertierra

Tras ingentes esfuerzos y cuantiosos recursos destinados a la búsqueda de un tratamiento efectivo para la enfermedad de Alzheimer, la afección neurodegenerativa que padecen más de 35 millones de personas en todo el mundo, un grupo de investigadores de Euroespes y Ebiotec , Centros de investigación e Instituto para Enfermedades del Sistema Nervioso Central y Medicina Genómica de Coruña, España, liderados por el doctor Ramón Cacabelos, un destacado especialista a nivel mundial, ha dado a conocer el 17 de enero último el desarrollo de una vacuna, hasta ahora probada en ratones transgénicos, de la que se encontraron sorprendentes resultados: la novedad es que el antígeno, que actuaría como estimulador del sistema inmune para evitar la formación de las placas y ovillos proteicos causantes del daño neuronal, administrado dentro de liposomas frena el desarrollo del amiloide tan temido, sin producir efectos adversos como los observados en experiencias anteriores. Sin embargo, estos estudios recién se encuentran en fase de ensayos con animales y requerirán múltiples pruebas hasta llegar a ser aplicadas en humanos. Esta vacuna - EB-101- obtuvo la patente para su fabricación en Estados Unidos, donde varias empresas multinacionales se propondrán para iniciar los estudios clínicos en humanos una vez que la FDA los apruebe. Los científicos especulan que pasarán entre 6 a 8 años para que esta vacuna pueda estar disponible para su utilización en humanos y que estará destinada fundamentalmente a la población con antecedentes familiares de demencia para actuar de modo preventivo.
Consultado por FABA-INFORMA, el doctor Pablo Richly, médico del Departamento de Neuropsiquiatría de INECO-Instituto de Neurología Cognitiva y Director Asociado del Curso de Neuropsiquiatría, Neurología Cognitiva y Demencias en la Facultad de Posgrado de la Universidad Favaloro, señaló que "en los últimos años se ha considerado que la cascada amiloide (el aumento en la producción del péptido amiloide beta de 42-43 aminoácidos -el Ab largo- con su progresiva acumulación, depósito y finalmente daño del tejido cerebral) es el fenómeno central de la enfermedad de Alzheimer. Es por ello que se están realizando enormes esfuerzos de investigación para desarrollar un tratamiento que reduzca la producción de amiloide o aumente su eliminación a fin de evitar su depósito extraneuronal con la consiguiente formación de las placas seniles características de la enfermedad".
Richly comentó que las diferentes estrategias planteadas para el tratamiento del Alzheimer han apuntado por un lado a la producción de fármacos que actúen sobre las enzimas que participan de la formación del amiloide, como por ejemplo la gama-secretasa y la BACE 1, aunque todavía no se han obtenido resultados satisfactorios. Otras estrategias -comentó-son las de inmunomodulación: activa, mediante la producción de vacunas y pasiva, a través de un tratamiento con anticuerpos monoclonales. "Lamentablemente los estudios de inmunomodulacion pasiva han arrojado datos negativos hasta el momento, como por ejemplo bapinezumab y solanezumab. Además su alto costo hace suponer que aun siendo exitosos los resultados, en la práctica su implementación será limitada", sostuvo Richly y - agregó- la inmunización activa es por su bajo costo una de las mayores esperanzas de lograr paliar esta epidemia en crecimiento.
No obstante, experiencias previas con vacunas de este tipo que tuvieron resultados positivos en ratones produjeron severos efectos adversos cuando se administraron a voluntarios humanos. Los ensayos debieron ser suspendidos por producir muertes por meningoencefalitis y microhemorragias cerebrales.
Según Richly, "Debemos ser optimistas pero prudentes respecto a las novedades en esta área para no generar expectativas irreales en la sociedad".
El doctor Cacabelos, presidente de la Asociación Mundial de Medicina Genómica y autor principal del trabajo de investigación, hace más de diez años que está dedicado al tema, y considera que esta nueva vacuna es una mejora significativa respecto a lo hecho en ensayos previos. La base del estudio es la activación del sistema inmune para que reconozca y destruya las proteínas (beta-amiloide) que se acumulan entre las conexiones de las células neuronales dañándolas y produciendo los síntomas de esta enfermedad discapacitante.
Estos investigadores han introducido una novedad en esta inmunización: las proteínas utilizadas - la variedad 42 beta amiloide- para generar la respuesta inmune se encapsulan dentro de estructuras lipídicas llamadas liposomas enriquecidas con un factor neurotrópico antes de ser inyectadas a los animales. Esta modificación atenuaría la respuesta inmune y como los lipososmas están compuestos de lípidos similares a los presentes en las membranas de las neuronas, su utilización facilitaría el transporte del antígeno y ayuda a que la respuesta sea localizada.
Los autores del trabajo consideran que esta modificación evitaría los efectos adversos observados en humanos con anterioridad.
Los resultados obtenidos con esta vacuna aplicada en varias dosis a ratones transgénicos -que los investigadores acaban de publicar en la revista Journal of Alzheimer Disease- tendría un triple efecto: producía una respuesta inmunológica capaz de eliminar las placas de proteína beta amiloide en animales enfermos, o bien impedía su formación en animales sanos y no aparecían casos de meningoencefalitis ni microhemorragias cerebrales.
Los resultados avalaron el patentamiento del producto y queda pendiente la autorización para ensayarlo en humanos. Según los especialistas se requerirán de 6 a 8 años para que se concluyan esos trabajos.




"En breve se va a empezar con los estudios en voluntarios como modelo preventivo en personas con antecedentes familiares de la enfermedad. Hemos logrado en ratones que ya habían desarrollado la enfermedad enlentecer su progresión y reducir drásticamente en más del 85% los depósitos de beta-amiloide, esos depósitos tóxicos que destruyen el cerebro , lo que nunca vamos a poder hacer es resucitar las células muertas y cuando la enfermedad comienza a dar síntomas ya son miles de millones las neuronas que ya han desaparecido y esas nunca las vamos a recuperar"

 

 

Objeciones al modelo

A pesar de los aspectos positivos de esta inmunización experimental, los autores del trabajo reconocen que el estudio está hecho en ratones transgénicos, es decir animales a los que se les ha incorporado a su genoma los genes más característicos de la enfermedad humana y que se expresan produciendo las mismas lesiones cerebrales observadas en Alzheimer. Pero en la enfermedad de Alzheimer intervienen hasta 200 genes y es posible que con ratones con otras mutaciones la vacuna no resulte eficaz. Otra limitación admitida por los propios investigadores es que lo que se ha medido en los ensayos ha sido, sobre todo, la formación de placas beta-amiloides, y también la coordinación motora de los animales. Pero no se ha evaluado la pérdida o no de memoria, otro rasgo definitorio de la enfermedad.
Según Cacabelos, la vacuna tal y como está diseñada sólo serviría para el 30 a 40% de las personas en riesgo o afectadas, y según el científico "eso es muchísimo".
En una entrevista radial española el científico destacó que "desde el punto de vista técnico esta vacuna es un avance importante porque venimos trabajando desde 2001 cuando la farmacéutica Elan sacó la primera vacuna, pero al darse el salto de los ensayos preclíncos a los clínicos descubrimos que producía encefalitis letal y microhemorragias cerebrales por lo cual era peor el remedio que la enfermedad. Luego la industria se espantó y hubo un silencio científico de casi media década y a partir de 2005 - 2006 empezamos a mejorar la tecnología en el desarrollo de la inmunoterapia contra el Alzheimer". El especialista destacó que " esta nueva vacuna aporta respecto a las anteriores, por ejemplo la desarrollada en 2007 junto a un consorcio europeo, tres cosas: que es dual, preventiva porque ataca el proceso de muerte neuronal que en la enfermedad se manifiesta a partir de los 65 años, pero el cerebro envejece a partir que deja de madurar a los 30 años. También se probó cuando la enfermedad ya estaba instalada y se frenaba el depósito de beta-amiloide. Otra ventaja de esta vacuna es que hemos obviado efectos secundarios severos y el tercer elemento es la innovación tecnológica que incorpora los liposomas como vehículos de la vacuna enriquecidos en un factor neurotrópico. Sin embargo -enfatizó -lo que no se puede es resucitar los miles de millones de neuronas que ya ha muerto una vez que la enfermedad ha manifestado sus síntomas por lo que el componente importante de la vacuna es el preventivo.
Cacabelos comentó que "EEUU accedió a la patente y a partir de ahora hay que seguir los trámites burocráticos que indique la FDA para cumplimentar los ensayos clínicos y que las multinacionales las comercialicen. Para eso pasarán entre 6 a 8 años como mínimo". Y-agregó- esta vacuna está dirigida a un segmento muy selectivo de la población porque en las enfermedades complejas, como Alzheimer, no hay vacuna ni tratamiento farmacológico que sea eficaz al 100%. En este caso nos concentramos en aquella población donde hay un antecedente familiar de demencia y generación tras generación se está manifestando la enfermedad. Entonces cubriríamos un espectro de un 30 a 40% de los potenciales casos de demencia, que es mucho, es un paso significativo para la lucha de esta enfermedad.
"En breve se va a empezar con los estudios en voluntarios como modelo preventivo en personas con antecedentes familiares de la enfermedad. Hemos logrado en ratones que ya habían desarrollado la enfermedad enlentecer su progresión y reducir drásticamente en más del 85% los depósitos de beta-amiloide, esos depósitos tóxicos que destruyen el cerebro , lo que nunca vamos a poder hacer es resucitar las células muertas y cuando la enfermedad comienza a dar síntomas ya son miles de millones las neuronas que ya han desaparecido y esas nunca las vamos a recuperar", concluyó Cacabelos.

Tipos de demencia

La enfermedad de Alzheimer es la demencia más frecuente en los ancianos y representa entre el 50% al 60% del total. Es una afección neurodegenerativa en la que se desarrollan placas (de proteína beta -amiloide) y ovillos (de proteína tau) en la estructura del cerebro que conducen a la muerte de las neuronas y la consecuente atrofia. Es una enfermedad progresiva y los síntomas se vuelven cada vez más severos. En etapas tempranas las personas pueden presentar lapsus de memoria y problemas para encontrar las palabras adecuadas para expresarse hasta volverse confusos y olvidar los nombres de personas y lugares, y experimentar cambios de humor. A medida que la enfermedad progresa las personas con Alzheimer requieren más cuidados y ayuda en todas sus actividades diarias.
Hasta ahora no se ha identificado un único factor como causa de la enfermedad de Alzheimer y es probable que actúen la combinación de varios como la edad, la herencia genética, el medio ambiente, la dieta y la salud en general.
Otros tipos de demencias están relacionados con causas vasculares. Sin embargo los especialistas señalan que a partir de los 75 años de edad más del 80% de los caos de demencia son mixtos donde se combinan la arterioesclerosis cerebral, la obstrucción de las arterias cerebrales, y el componente degenerativo sobre todo porque la falta de oxigenación cerebral es el principal factor de riesgo para cualquier tipo de demencia.

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