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Actualidad

Por Susana Carelle y Ana María Pertierra
La actividad humana, responsable del cambio climático global
Los especialistas estimaron que el calentamiento del planeta producido durante el último siglo ascendió a 0.74ºC, valor que podría seguir subiendo de no mediar políticas responsables por parte de los países desarrollados. Este calentamiento incide en la mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos y en la aparición de nuevas enfermedades mediadas por vectores que encuentren ambientes más propicios. La quema de combustibles fósiles sería la causa principal del aumento del efecto invernadero mediado por las crecientes emisiones gaseosas de dióxido de carbono y vapor de agua.

El peligro sería tan grande que más allá de cuantificar el aumento de dióxido de carbono debido a la actividad humana o natural habría que tomar acciones más definitivas y eso implica un profundo cambio en la organización actual de los grandes centros poblacionales

 

Un cúmulo de evidencia científica ha demostrado que la actividad humana resulta indispensable para explicar el cambio climático observado en los últimos 50 años. Esta conclusión la dio a conocer el Panel Intergubernamental de Cambio climático (IPCC, por sus siglas en inglés), grupo de expertos en meteorología y medio ambiente de distintos países que fue galardonado con el premio Nobel de la Paz en 2007. Este informe, que contó con el aval de los gobiernos de los países que lo integran, consta de tres volúmenes en los que los investigadores desarrollaron las bases físicas del cambio climático, el impacto, la vulnerabilidad y la adaptación a dicho cambio, así como las medidas de mitigación.
La quema de combustibles fósiles sería la causa principal del aumento del efecto invernadero debido a las crecientes emisiones gaseosas de dióxido de carbono y vapor de agua. En menor medida también contribuyen la explotación agrícola-ganadera, el tratamiento de residuos y la actividad industrial. Según este Grupo Intergubernamental, que actúa en el marco de las Naciones Unidas, la consecuencia más ostensible del efecto invernadero ha sido el calentamiento global que es el responsable de la retracción de los glaciares y el ascenso del nivel del mar, entre otros efectos que impactan al planeta.
Sin embargo, especialistas de otras disciplinas relativizan estas aseveraciones porque consideran que las alteraciones del clima observadas pueden obedecer a causas naturales que evolucionan en períodos mucho más extensos de tiempo. Una de ellas es la relacionada con la actividad solar y las variaciones de radiación emitida que estaría regulada por el campo magnético del sol y que suponen que la amplitud del actual calentamiento no difiere significativamente de otros episodios de calentamiento relativo que ocurrieron siglos atrás.

Según la doctora Inés Camilloni, profesora adjunta del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la UBA e investigadora del Conicet, “si bien en siglos anteriores hubo cambios climáticos que pueden ser explicados con mayor nivel de confianza por causas de origen natural como son las erupciones volcánicas o la variación de la energía solar, a partir de mediados del siglo XX, sin considerar el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero por acción antrópica, no se puede explicar el calentamiento observado ”.
Mediante modelos climáticos, un conjunto complejo de ecuaciones que simulan el comportamiento del sistema climático en computadoras, los especialistas han podido entender los cambios y también hacer proyecciones futuras.
“Estos modelos constituyen herramientas poderosas que permiten experimentar tratando de ver cómo responde el clima si se modifican algunos factores climáticos. El sistema climático está compuesto no sólo por la atmósfera, sino por la hidroesfera (agua en estado líquido), la criosfera (agua en estado sólido o congelada), la litosfera (el suelo) y la biosfera formada por los seres vivos. Todos estos componentes interactúan e intercambian materia y energía entre sí y eso también se representa en este conjunto de ecuaciones”, explicó Camilloni.



En una primera instancia, los científicos hicieron representaciones que simularon la evolución de la temperatura de la tierra teniendo en cuenta solo los factores naturales. Sabiendo que el sol tiene un ciclo de aproximadamente 11 años en el que emite un máximo y un mínimo de radiaciones y evaluando la actividad volcánica y la cantidad de cenizas eyectadas y dispersadas en la atmósfera lograron reproducir la evolución de la temperatura de la tierra en los primeros 50 años del siglo XX. Pero cuando pretendieron entender la evolución climática de la segunda mitad del siglo XX, el modelo no lograba explicar el fuerte calentamiento observado solo por causas naturales. Tan solo cuando incorporaron el aumento de los gases de efecto invernadero producido por la acción humana lograron explicar el calentamiento global.
Así los expertos del IPCC estimaron que el calentamiento del planeta producido durante el último siglo ascendió a 0.74ºC, valor que podría seguir subiendo de no mediar políticas responsables por parte de los países desarrollados.

Variaciones climáticas de origen natural


El dióxido de carbono, el vapor de agua, el metano y el óxido nitroso son gases de efecto invernadero que se encuentran naturalmente en la atmósfera. Sin embargo –para Camilloni– la actividad humana aumenta marcadamente la concentración de esos gases y además contribuye con otros producidos por la industria.
Tanto la fluctuación de la energía solar como la acción de enfriamiento que producen las cenizas volcánicas reflejando la energía mientras se encuentran en suspensión en la atmósfera (1 o 2 años) hasta que finalmente se depositan en la tierra, serían variables útiles para explicar las variaciones climáticas del planeta.
“Hay una variabilidad climática que tiene un componente natural. Pero no puede opacar la tendencia general en la que está inmerso el planeta. El efecto antrópico es dominante”, recalcó Camilloni.
Sin embargo, para el doctor Andrés Folguera, geólogo, investigador adjunto del Conicet y profesor del Departamento de Ciencias Geológicas de la UBA, “ existen cambios climáticos cíclicos que se relacionan con ciertas variaciones en el eje de rotación terrestre que determinan cambios en la cantidad de energía solar que llega a la superficie de la tierra, con variaciones en la actividad solar y otros factores. Pero estos ciclos tienen intervalos de fluctuación más largos que los que se proponen para el cambio climático inducido por el hombre por la emisión excesiva de gases de efecto invernadero”.
No obstante –aclaró el investigador– los efectos naturales y los inducidos por el hombre probablemente actúen en forma conjunta y sea difícil aislar cada uno de ellos. “El escenario del cambio climático a corto plazo inducido por la actividad industrial es tan importante que es necesario realizar acciones de forma preventiva. El peligro sería tan grande que más allá de cuantificar el aumento de dióxido de carbono debido a la actividad humana o natural habría que tomar acciones más definitivas y eso implica un profundo cambio en la organización actual de los grandes centros poblacionales”, destacó Folguera.
El calentamiento debido al aumento de gases de efecto invernadero produce en la atmósfera cambios en la circulación del aire y eso modifica la trayectoria de las tormentas, de las precipitaciones y la ocurrencia de eventos extremos como las sequías, las inundaciones, así como las olas de frío y calor.

Medidas de mitigación y adaptación

Según los especialistas, ciertos cambios, como el derretimiento de los hielos en la zona del Ártico, la circulación oceánica de las corrientes y algunos cambios en la biodiversidad, no tienen vuelta atrás. Sin embargo –explica Camilloni– las llamadas medidas de mitigación están pensadas para construir escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero que no permitan que la temperatura promedio de la tierra supere el incremento de 2ºC, denominado cambio climático peligroso, respecto del período pre-industrial.
Este objetivo plantea actuar sobre las causas que producen el cambio climático y controlar o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
“El cambio climático es inevitable, es un proceso que va continuar y a pesar de que se tomen medidas de mitigación, la situación no va a retrotraer a lo que era en la época pre-industrial”, sostuvo Camilloni. Por ello es que el énfasis está puesto en proteger a las poblaciones más vulnerables por ejemplo, aquellas que viven en zonas costeras, las que dependen de las fuentes hidroeléctricas para la generación de energía y que estarán afectadas por la disminución del caudal de los ríos, o las que padezcan nuevas enfermedades mediadas por vectores que encuentren condiciones ambientales más propicias.
“La adaptación propone ofrecer herramientas para atenuar esos efectos. Se sabe que los que más sufren el impacto del cambio climático son los países en desarrollo y entre ellos los que están en situación de mayor pobreza”, concluyó la especialista.

 

 

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