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Celiaquía: para detectarla el laboratorio es clave
Es una enfermedad autoinmune que en el país está alcanzando una prevalencia de 1:100. Su detección precoz y la implementación de una dieta adecuada mejora los síntomas y reduce el riesgo de desarrollar patologías asociadas. Un análisis de sangre es de suma utilidad para aproximarse al diagnóstico definitivo

Por Ana María Pertierra

Con síntomas tan disímiles como diarrea, anemia, abortos y fracturas espontáneos, la enfermedad celíaca o intolerancia al gluten suele estar subdiagnosticada. “En Mar del Plata, por ejemplo, hay 10.000 celíacos y sólo tenemos diagnosticados a 2.000”, sostuvo la doctora María Esther Lasta, bioquímica especialista en Inmunología Clínica y asesora científica de la Asociación Celíaca Argentina que en el próximo Congreso Bioquímico del Sudeste dictará un curso sobre el tema.
La enfermedad celíaca (EC) se caracteriza por una lesión crónica de la mucosa del intestino delgado, originada en una intolerancia al gluten del trigo, avena, cebada y centeno en personas genéticamente predispuestas que afecta en su mayoría a las mujeres. La alteración está caracterizada por una reacción inflamatoria de la mucosa del intestino delgado de base inmune que interfiere con la absorción de nutrientes. El diagnóstico temprano de esta enfermedad y su tratamiento mediante una dieta libre de gluten conducen por lo general a la reparación de la mucosa intestinal, la mejoría de los síntomas y la reducción del riesgo de desarrollar patologías asociadas a la enfermedad. La dieta libre de gluten es primordial para el tratamiento del paciente celíaco y consiste en eliminar las prolaminas, proteínas que les resultan tóxicas y que se encuentran en los cereales trigo, avena, cebada y centeno.
La clínica de esta enfermedad se manifiesta de diversas formas desde los casos silenciosos, otros con síntomas leves como anemia crónica, aftas bucales a repetición y osteopenia u osteoporosis, hasta los cuadros más severos y clásicos de diarrea crónica seguida de desnutrición. Sin embargo, últimamente se la ha asociado con una serie de patologías de tipo autoinmune.
“Si bien se conocen los síntomas clásicos de la enfermedad celíaca en pediatría como es la diarrea, la alteración en el percentilo de talla y peso, en el caso de los adultos o en el diagnósitco tardío de un adolescente por ejemplo, las cosas cambian”, puntualizó Lasta.
Según Lasta, el síntoma más frecuente entre las jóvenes son los abortos espontáneos, mientras que en las mujeres posmenopáusicas “encontramos que ya tienen un hipotiroidismo instalado, o una diabetes, una artritis reumatoidea o una colagenopatía”.
La especialista señaló: “La enfermedad celíaca es de todas las enfermedades autoinmunes la más prevalente de la historia de la humanidad”. Y–agregó– según datos internacionales el 10% de las osteoporosis corresponden a enfermedad celíaca porque cuando la enfermedad se instala comienza un trastorno del metabolismo del calcio y fósforo. Nosotros estamos observando mediante densitometrías óseas hechas en niños de 3 a 4 años de edad en el momento del diagnóstico y a los 6 meses y al año de implementada la dieta, que la osteoporosis cura en los niños, mientras que en los adultos se produce una mejoría notoria”.
Según datos de recientes estudios poblacionales, en la Argentina tenemos una prevalencia cercana a 1:100. “Se da la paradoja de que a una mujer embarazada se le hacen los controles para toxoplasmosis cuando la prevalencia de esa parasitosis es de 1:2.500 a 1: 3.000 y no se incluyen las pruebas de celiaquía en análisis prenupciales por ejemplo”, puntualizó.
Según Lasta, en el 60% de las enfermedades autoinmunes se va a encontrar enfermedad celíaca y el 20% de las anemias idiopáticas corresponden a enfermedad celíaca así como las anemias refractarias al tratamiento con hierro de 8 a 10 años de evolución.



Pruebas de diagnóstico

El acceso a pruebas serológicas más sensibles y específicas, primero los anticuerpos antigliadina (AGA), y luego los antiendomisio (EmA) y los antitransglutaminasa (tTG), pusieron de manifiesto una frecuencia insospechada de formas clínicamente leves o incluso totalmente silenciosas de enfermedad celíaca. Varios estudios epidemiológicos de screening de enfermedad celíaca en los que se utilizó la serología como método de diagnóstico han revelado que esta enfermedad tiene una prevalencia cercana al 1% en muchos países occidentales. Se considera que en los países desarrollados, por cada paciente diagnosticado, existirían un promedio de 5 a 10 pacientes celíacos sin diagnóstico, probablemente debido a que presentan molestias mínimas o permanecen asintomáticos. Los especialistas estiman que los casos no diagnosticados que no reciben tratamiento estarían expuestos a un mayor riesgo de complicaciones relacionadas a largo plazo con la ingesta persistente de gluten.
¿Qué pruebas de laboratorio son aconsejables para detectar enfermedad celíaca?
“Hace diez años hacíamos solamente el dosaje de anticuerpos antigliadina de tipo IgA. Actualmente las pruebas más específicas y sensibles son el dosaje de anticuerpos IgA antitrasglutaminasa tisular y antiendomisio, este último crucial para el diagnóstico porque no hay enfermedad celíaca que no tenga anticuerpos antiendomisio positivos”, explicó la especialista. Sin embargo –agregó– en los niños menores de 8 a 10 años estamos haciendo (anticuerpos anti) péptidos diaminados de gliadina, una prueba que investiga a aquellos niños con bajos niveles de IgA.
Lasta, que hace 35 años se encuentra dedicada al estudio de la enfermedad celíaca, destacó la importancia de contar en la actualidad con “un método no invasivo, un anticuerpo que se puede dosar en sangre y que permite separar poblaciones, entre individuos con anticuerpos negativos y por lo tanto con bajísima probabilidad de ser celíacos, y aquellos que tienen anticuerpos positivos y altísima probabilidad de serlo”. Sin embargo, –aclaró– el diagnóstico definitivo y confirmatorio sólo se hace con una biopsia intestinal que consiste en un estudio endoscópico de la mucosa intestinal para poner en evidencia la existencia del daño en las microvellosidades. Sin biopsia intestinal no puede haber diagnóstico certero de enfermedad celíaca.
Con el mayor conocimiento disponible de las patologías asociadas y las tecnologías de diagnóstico más sensibles y específicas se ha logrado evitar muertes y mejorar la calidad de vida de los afectados.
“Antes cuando no se llegaba a hacer el diagnóstico, el niño se moría por un desorden hidroelectrolítico”, recordó Lasta quien remarcó que “la celiaquía es el principal motivo de desnutrición en el mundo imposible de diferenciar –de no ser por el análisis de los anticuerpos– de la de carencia nutricional”.
Lasta, que se especializó en la Clínica de la Paz en Madrid, España, comentó que “nosotros (los argentinos) copiamos la prevalencia de enfermedad celíaca de españoles e italianos. En el año 1985 cuando con el doctor Cueto Rúa (gastroenterólogo del hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata) empezamos a estudiar la enfermedad teníamos una prevalencia de 1:3.000 y ahora estamos en una prevalencia de 1:100”.
Con el objetivo de detectar casos, la doctora Lasta está liderando un estudio en las escuelas de la ciudad de Mar del Plata y alrededores. “Estamos haciendo un estudio de prevalencia y screening en las escuelas haciendo los análisis correspondientes a los niños de baja talla y bajo peso, con distensión abdominal o desnutrido”.

 

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