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Prevención primaria
Cómo frenar el avance de la diabetes

Sobre la base de dos determinaciones de laboratorio: glucemia en ayunas y prueba de sobrecarga a la glucosa se puede establecer si un individuo está en riesgo aumentado de desarrollar diabetes tipo 2. En esos casos una intervención oportuna con dieta equilibrada y actividad física puede demorar su aparición o evitarla


Dra. Martha Sereday, médica
endocrinóloga especializada en diabetes

Por Ana M. Pertierra

“En el pasado de toda diabetes hay un período de prediabetes pero en el futuro de toda prediabetes no hay obligadamente una diabetes”. Así lo señaló la doctora Martha Sereday, médica endocrinóloga, integrante del Comité Científico de Congresos de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), para poner el énfasis en la importancia de la prevención de esta enfermedad crónica que, con una intervención médica oportuna, puede cambiar el rumbo y evitar o hacer más tardía su aparición.
La doctora Sereday en diálogo con FABA-INFORMA aclaró que si bien hasta hace poco tiempo el término prediabetes se usaba universalmente para “ubicar un tiempo previo en aquellos individuos con alto riesgo de evolucionar a diabetes”, desde junio de 2010 la ADA (American Diabetes Asociación) decidió cambiarlo por el de “categoría de riesgo aumentado para diabetes”, situación que se establece en base a dos determinaciones de laboratorio: glucemia en ayunas alterada (GAA) y prueba de sobrecarga a la glucosa a las 2 horas (TGA).


Incorporar actividad física regularmente

La SAD ha consensuado que para que un individuo ingrese en la categoría de riesgo aumentado el valor de la glucemia alterado en ayunas deberá estar entre 110 y 126 mg% o bien que la prueba de sobrecarga oral con 75 gramos de glucosa en solución al 20% a las dos horas esté entre los valores 140 y 200 mg %.
Sereday comentó que “hace tres años la ADA dispuso modificar el rango de la glucemia en ayunas alterada a los valores de entre 100-126 mg%” para incorporar mayor cantidad de individuos potencialmente en riesgo. Sin embargo, para los especialistas locales esa medida tiene como contrapartida un sobre diagnóstico que representa una importante carga económica y psicológica. “De esta forma se puede sobrecargar el sistema de salud, con muchos falso-positivos con un costo beneficio muy bajo”, explicó Sereday y –agregó– la SAD propone el intervalo 110-126 mg % excepto ante personas de alto riesgo como los son aquellas con antecedentes familiares de diabetes, obesidad, síndrome metabólico, etc.

Medidas preventivas

Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo hecha por el Ministerio de Salud en 2006, la prevalencia de diabetes promedio para el país es de 9,4%, lo que significa casi tres millones de personas con diabetes. Ese valor fue estimado para adultos mayores de 20 años pero a medida que aumenta la edad también aumenta la prevalencia.


Mantener un peso adecuado y aumentar la actividad física

“Numerosos estudios han demostrado que de las personas en riesgo, aproximadamente un 30% evolucionará a diabetes, otro 30% se mantendrá en situación de riesgo y otro 30% revertirá y pasará a la normalidad”, explicó la especialista tras confirmar que la incidencia de diabetes está aumentando año tras año en Argentina.
“La conducta médica con las personas en estado de alto riesgo para diabetes es una intervención no farmacológica, se les recomienda bajar de peso, aumentar la actividad física y se estudian las co-morbilidades (dislipemia, hipertensión, etc). Sólo se medica cuando no se obtiene respuesta ante esa primera intervención”, apuntó Sereday.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. La falta de método para suministrar información, un sistema sanitario frágil y la actividad médica mal remunerada atentan contra la prevención primaria. Por otro lado, un cambio de hábitos hacia el consumo de comida saludable y actividad física regular suele tener baja adherencia.
“Para frenar el avance de la incidencia de diabetes estamos promocionando medidas preventivas como bajar de peso o mantener un peso adecuado, aumentar la actividad física regular y de cierta intensidad para que haya consumo energético”, recalcó Sereday pero –agregó– tiene que ser una actividad física incorporada al hábito y adaptada a las posibilidades de cada persona.
Un tema crucial es la alimentación. “Por lo general la vida laboral hace que las personas se alimenten mal”, comentó la especialista y –añadió– cuando uno enseña a comer muchas veces tiene que enseñar también a cocinar.

Campañas de prevención

¿Qué rol juegan las campañas de detección de diabetes poblacionales – como la implementada oportunamente en los hospitales de la ciudad de Buenos Aires en las cuales durante un día se realizan análisis de glucemia en forma gratuita– en la batalla contra el avance de esta enfermedad crónica?
Para la doctora Sereday, lo positivo es que se hace difusión del tema pero en cuanto a los resultados no son costo-efectivos. Lo que sí considera eficaz es una campaña de diagnóstico individual. “Todo médico de cualquier especialidad, ya sea traumatólogo, ginecólogo, etc, en el momento de la consulta debe investigar los factores de riesgo (sobrepeso u obesidad, hipertensión, antecedentes familiares de diabetes, etc) y e indicar un análisis de glucemia”, dijo.


Mantener un peso adecuado con una sana alimentacion


La especialista enfatizó que “para reducir la incidencia de diabetes es fundamental la educación médica”, y no dejó de reconocer el impacto que tienen los programas televisivos como medio informativo.

Pruebas de diagnóstico

“Todavía no tenemos un marcador temprano de diabetes y por eso casi siempre llegamos tarde al diagnóstico. Al momento del diagnóstico, la mayoría de los pacientes hace por lo menos 4 años que tienen hiperglucemia y ya pueden haber daños como retinopatía, neuropatía, neuropatía, entre otros”, dijo la especialista.
La ADA estableció dentro de las pruebas diagnósticas el uso de la determinación de hemoglobina glicosilada. Sin embargo, muchos especialistas aceptan que se utilice como prueba de seguimiento en el tratamiento de los diabéticos pero no aún para hacer diagnóstico de enfermedad o de situación de alto riesgo.
“Para el seguimiento de la diabetes es muy útil la hemoglobina glicosilada porque resume las glucemias de dos meses y entonces evita la variación temporal, pero tiene el inconveniente que no dice cuándo se produce la elevación de la misma, ni su magnitud, y no marca las hipoglucemias”, señaló la especialista.

 

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