Una pintura con propiedades bactericidas
resultaría muy útil en ambientes hospitalarios así
como también en la industria alimenticia y farmacéutica,
lugares donde la asepsia es una condición imprescindible.
Así lo pensaron los investigadores del Centro de Procesos
Superficiales del Instituto de Tecnología Industrial (INTI),
quienes liderados por el doctor en química Carlos Moina
se abocaron al trabajo de lograr un producto que actuara como
barrera en la formación de colonias bacterianas siendo
al mismo tiempo muy poco tóxico para el ser humano y que
tuviese un bajo impacto ambiental. Moina y su equipo obtuvieron,
mediante una modificación tecnológica, una pintura
al látex que asegura la ausencia de colonias de bacterias
tanto grampositivas como gramnegativas en toda la superficie pintada
"El objetivo del desarrollo fue producir una pintura bactericida
de amplio espectro con tecnología propia a partir de los
insumos que usa la industria en nuestro país de modo que
sean fácilmente accesibles", dijo Moina a Faba-Informa,
en comunicación por correo electrónico. Estudios
microbiológicos realizados por duplicado en la cátedra
de Microbiología de la Facultad de Bioquímica y
Farmacia de la UBA y en el laboratorio de Microbiología
del Centro de Química del propio INTI en cepas de Escherichia
coli y Staphilococcus aureus demostraron efectos bactericidas
superiores al 99,5%.
En el mercado internacional existen distintos tipos de pinturas
que cumplen parcialmente con estos requerimientos. "Hasta
el momento hay dos estrategias para conferir a una pintura un
efecto bactericida: solubilizar el bactericida en la matriz polimérica
o bien encapsularlo en una zeolita. Nuestra estrategia es distinta:
modificamos superficialmente los componentes inorgánicos
usados en las pinturas, tales como pigmentos y cargas, para impartirles
la acción bactericida", explicó Moina. De ese
modo, los pigmentos y cargas modificados pueden se usados en la
fabricación de la pintura sin necesidad de cambiar la formulación
de la misma y sin alterar las propiedades fisicoquímicas
tales como la estabilidad, la aplicabilidad y el poder cubritivo.
La acción anti-microbiana del producto se debe a la utilización
de metales monovalentes que reaccionan con el grupo tiol de los
tio-aminoácidos, en particular la cisteína, molécula
esencial para el ciclo vital de los microorganismos.
Este desarrollo nacional de pinturas bio-activas, que insumió
un año y medio de trabajo, todavía no está
patentado. Sin embargo, Moina señaló a Faba-Informa
que "hacia fines de este año podría estar listo
para la transferencia a la industria". Consultado por los
costos de esta nueva pintura, el especialista aclaró que
"todavía no se ha determinado el cálculo definitivo
pero, el estimativo sugiere que el costo de esta pintura estaría
dentro del rango de las pinturas industriales, lo cual es muy
razonable", dijo.
Un producto antimicrobiano
La pintura desarrollada como prueba piloto en el INTI representa
una valiosa alternativa para ser utilizada en ciertos ambientes
donde el control del desarrollo bacteriano incide directamente
en la calidad del producto o servicio. Las infecciones asociadas
al cuidado de la salud, comúnmente denominadas intrahospitalarias,
representan una preocupación tanto en el sector público
como en el privado. Son infecciones que se manifiestan durante
o después de la internación, que no estaban presentes
en el momento del ingreso y que son producidas por gérmenes
considerados residentes en la institución, por lo general,
multiresistente a diversos antibióticos. Según los
especialistas, el índice de infecciones intrahospitalarias
es una medida de la calidad de la atención médica.
Por tal razón, este nuevo producto de la investigación
nacional, podría incluirse entre las numerosas medidas
de profilaxis, entre las que la higiene ambiental juega un rol
preponderante, con la finalidad de controlar éstas infecciones.
Otra aplicación sería posible en la industria alimenticia,
donde el control del proceso de elaboración en ciertos
puntos críticos es de suma importancia para evitar la colonización
bacteriana. La higiene ambiental y las buenas prácticas
de manufactura son herramientas fundamentales para garantizar
la calidad del producto final. Asimismo, la industria farmacéutica,
que destina gran parte de sus procesos a los controles de calidad
bacteriológicos, podría ser un usuario potencial
de este tipo de producto.
El éxito reciente motiva a los científicos a seguir
en el camino de la investigación. "Tenemos otros proyectos
para desarrollar pinturas de bioactividad específica, como
así también recubrimientos que incluyan nanotecnología
", concluyó Moina.