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              de alimentosDesarrollan una nueva metodología para estudiar el 
              metabolismo de los frutos
 Investigadores argentinos y alemanes aplican 
              una técnica basada en cromatografía gaseosa combinada 
              con espectrometría de masas que sería de gran utilidad 
              en distintos campos de la biología. La consideran una herramienta 
              fundamental para la valoración de calidad de alimentos, para 
              la ingeniería de alimentos, pero también tiene su 
              aplicación en áreas de la salud.
 Por Ana María Pertierra
   Investigadores 
              del Instituto de Biotecnología del INTA Castelar, en colaboración 
              con científicos del Instituto Max Planch de Alemania, acaban 
              de publicar en Nature Biotechnology el desarrollo de un método 
              que facilita el estudio del metabolismo en distintas especies vegetales. 
              Ésta técnica requiere el uso de un cromatógrafo gaseoso combinado con espectrometría 
              de masas en tiempo de vuelo (GC-MS-tof) y permite la generación 
              de perfiles metabólicos de distintos órganos en diferentes 
              especies. En diálogo con Faba-Informa, el doctor Fernando 
              Carrari, biólogo y uno de los autores del trabajo, explicó 
              que con éste método, en particular en el fruto del 
              tomate, es posible identificar y cuantificar más de 250 metabolitos 
              del metabolismo primario y secundario mediante un protocolo que 
              toma aproximadamente una hora. Y -agregó- ésta cromatografía 
              acoplada a la espectrometría de masas viene a formar parte 
              del arsenal de herramientas que contribuyen con la metabolómica, 
              rama de las ciencias biológicas que caracteriza, es decir 
              identifica y cuantifica, a las más
 de 200.000 moléculas que constituyen la diversidad metabólica 
              inherente a las plantas, pero también puede ser útil 
              en la nutrigenómica, que valora las características 
              nutricionales de los alimentos determinadas por los componentes 
              genéticos.
 El doctor Ferrari, que desde 2002 se desempeña como investigador 
              del Conicet en el Instituto de Biotecnología del INTA en 
              Castelar, y que en los últimos cuatro años ha trabajado 
              en el Instituto Max Planch en Gölm, Alemania, consideró 
              que a partir de la identificación de los componentes metabólicos 
              de los alimentos se podrán diseñar estrategias orientadas 
              a la ingeniería metabólica, es decir, a la producción 
              de alimentos dirigidos a un sector de la población con características 
              particulares. Por ejemplo, alimentos con contenidos elevados de 
              vitamina E o bien alimentos con menores cantidades de algún 
              alergeno para pacientes sensibles.
 Los investigadores trabajaron con una especie salvaje de tomate 
              -solanum pennellii- común en el oeste del continente americano, 
              desde México hasta la provincia de Mendoza en la Argentina. 
              Ésta especie tiene más usos farmacéuticos que 
              comestibles. En ella encontraron 890 atributos interesantes para 
              la industria farmacéutica y 350 asociados en forma directa 
              con el rendimiento.
 La conclusión del estudió señaló que 
              los atributos nutricionales están más ligados a la 
              morfología de la planta que a lo genético. Sin embargo, 
              Ferrari consideró factible la aplicación de ésta 
              técnica a otros tipos de cultivos.
 "Los protocolos desarrollados hasta el momento han permitido 
              su aplicación
 a distintas especies, o mejor dicho, al análisis de los órganos 
              cosechables
 de plantas, tales como frutos, hojas, semillas. En mi laboratorio 
              estamos aplicando protocolos que han sido adaptados para frutos 
              de tomate, hojas
 de tabaco y papa, tubérculos de papa y capítulos de 
              girasol. Es posible pensar que el protocolo pueda adaptarse para 
              la aplicación en otras especies".
 Si bien, la aplicación de ésta técnica podría 
              pensarse para el campo de la ciencia básica, también 
              constituye una herramienta valiosa en la determinación de 
              la calidad de los alimentos. Sobre todo en la Argentina donde un 
              alto porcentaje de las exportaciones son productos agrícolas 
              transgénicos -señaló Ferrari- es crucial para 
              los estudios de equivalencias sustanciales, es decir, para diferenciar 
              los cultivos transgénicos de los no transgénicos.
 Por otra parte, el campo de la salud no queda ajeno a la aplicación 
              de ésta nueva metodología. "Los perfiles metabólicos 
              están siendo usados en otros países con el objetivo 
              de predecir enfermedades, establecer estrategias de diagnóstico 
              y tratamientos tempranos", dijo Ferrari.
 Según los investigadores, la importancia del estudio reside 
              en el uso de una nueva tecnología para la localización 
              de segmentos cromosómicos (llamados QTL) determinantes de 
              las características en el germoplasma de tomate.
 Ya que hasta hace poco para medir el contenido de vitaminas de un 
              fruto se utilizaban técnicas manuales buenas y exactas pero 
              que consumían mucho tiempo en el laboratorio.
 Los expertos destacan que la técnica de monitoreo metabólico 
              utilizada se podría aplicar con facilidad a otros cultivos, 
              como el maíz, la papa, o el arroz, con el objetivo de ayudar 
              a entender los procesos genéticos que incrementan
 la concentración de metabolitos y seleccionar líneas 
              genéticas que garanticen el mejor rendimiento posible de 
              éstos alimentos.
 
               
                | INVESTIGACIONES 
                    FUTURAS Satisfecho con sus logros, Ferrari comentó 
                    que su laboratorio se haya abocado a un esfuerzo mancomunado 
                    con laboratorios de Brasil y Alemania en un proyecto que involucra 
                    a 53 laboratorios en todo el mundo. Y esto se debe a la magnitud de dos proyectos futuros relacionados entre 
                    sí: uno es la secuenciación del genoma mitocondrial 
                    completo del tomate con el objetivo
 de utilizar esa información en genómica funcional 
                    y, el otro consiste en la identificación de regiones 
                    genómicas nucleares asociadas a cambios metabólicos 
                    de frutos de tomate durante el proceso de maduración.
 El especialista remarcó que esto les permitirá 
                    conocer la diversidad presente en el género y las variantes 
                    alélicas que pueden ser utilizadas en ingeniería 
                    metabólica de frutos.
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