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Actualidad

Por Ana Maria Pertierra
Nuevo enfoque para evaluar la salud sexual y reproductiva de la mujer
Un estudio de laboratorio del contenido vaginal aporta datos relevantes para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado de ciertas patologías femeninas que sin la adecuada atención pueden comprometer la capacidad reproductiva


Dr. Ramón de Torres, profesor emérito de la FFyB de la UBA en la cátedra de Microbiología, ex investigador del Conicet y actual director del programa PROSAR de FBA

 

Un reciente estudio publicado en la revista Science Translational Medicine señala que la composición de la flora bacteriana que habita en los tejidos de la vagina humana no es uniforme sino que varía de mujer en mujer y a lo largo de la vida, y que esos cambios influyen en su salud sexual.
Estos hallazgos pueden tener importantes implicancias a la hora de tratar ciertas infecciones genitourinarias, tales como reducir el uso de antibióticos o bien recurrir a una corrección hormonal. Así lo señala el equipo americano liderado por Jacques Ravel de la Universidad de Maryland (EEUU).
FABAINFORMA consultó al doctor Ramón de Torres, profesor emérito de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA en la cátedra de Microbiología y Director del Programa de Salud Sexual y Reproductiva (PROSAR) de la Fundación Bioquímica Argentina, quien destacó que "la vagina es un órgano con una complejidad de funciones del que hasta hoy se sabe contiene 280 bacterias distintas".
La composición bacteriana o microbiota de la vagina femenina no es uniforme y no solo varía de mujer a mujer sino también a lo largo de la vida. Su función es actuar a modo de barrera previniendo infecciones y enfermedades de transmisión sexual. Según los investigadores, a partir de estos nuevos hallazgos habrá que tener en cuenta las variaciones temporales a la hora de diagnosticar y tratar a mujeres con ciertas patologías como la vaginosis bacteriana.
El contenido bacteriano de la vagina cambia durante todas las etapas de la vida de la mujer. La beba en los primeros días contiene todos los lactobacilos que traía la madre, en la infancia, la niña tiene una microbiota similar a la de una mujer menopáusica hasta el momento de la menstruación en el que adquiere una flora característica que va cambiando de acuerdo al perfil hormonal del ciclo manteniendo un cierto equilibrio en la proporción de las distintas variedades bacterianas. Para de Torres, "si ese equilibrio no se mantiene, la mujer puede entrar en vaginosis, una situación que se da en el 20% de todas las mujeres en edad fértil en todo el mundo, una disfunción sistémica que altera su capacidad reproductiva".
Esta cifra, para nada desdeñable, es lo que ha impulsado a los especialistas a divulgar un nuevo enfoque en la evaluación de la salud sexual femenina.
"La disfunción vaginal es un síndrome muy complejo con una sintomatología común a un número grande de agentes etiológicos y esto la hace de difícil diagnóstico", señaló de Torres. Se hace imprescindible entonces el estudio de laboratorio para poder hacer un diagnóstico diferencial entre dos patologías: vaginosis y vaginitis.
"La patología más frecuente es la vaginosis que no tiene una etiología infecciosa sino sindrómica en la cual son fundamentales los desequilibrios de los estrógenos por que determinan los cambios en la microbiota habitual. Mientras que la vaginitis es una alteración de tipo infeccioso, producida por lo general por levaduras o parásitos, por la cual el sistema inmunológico se activa y produce una reacción inflamatoria ", explicó de Torres. De allí que para los especialistas es muy importante establecer una metodología normatizada para hacer un diagnóstico diferencial ya que el abordaje terapéutico de ambas situaciones es completamente diferente.

Riesgos para la salud sexual y reproductiva

"La vaginosis no es un problema interno ni de transmisión sexual, no se da por contagio sino que influyen otros factores y entre ellos los psicológicos son los principales. Está perfectamente demostrado que es una enfermedad hipotalámica", sostuvo de Torres. Sin embargo -aclaró- "todas las mujeres con disfunción vaginal con o sin síntomas tienen mucho mayor riesgo de adquirir todo tipo de infección por transmisión sexual". "Las mujeres con vaginosis son más transmisibles y más receptoras de HIV, por ejemplo y las que está cursando un embarazo tienen más riesgo de partos prematuros y de infecciones materno-neonatales".
Además, el estado de vaginosis puede influir negativamente en la fertilidad femenina. "El pH normal de la vagina es ácido (4.5) y el del semen neutro (7.0). Cuando el semen entra en contacto con el medio ácido se desencadenan un gran número de reacciones bioquímicas tendientes a movilizar los espermatozoides. En estado de vaginosis el pH vaginal aumenta y es posible que se altere la movilidad de los espermatozoides, lo que constituye una de las cien causas por las que la mujer reduciría sus chances de quedar embarazada", explicó de Torres.
El 20% de las mujeres en edad fértil pueden tener una disfunción vaginal todos los días, lo que significa no menos de dos millones de mujeres. Un 50% de ellas desconocen su situación porque no presentan síntomas, del otro millón, tan sólo un 10% consulta al médico por aumento de secreción, el resto la padecen y buscan soluciones en farmacias o con remedios caseros.

En qué consiste el análisis


Se trata de un estudio microscópico del contenido vaginal que mediante la observación de la muestra teñida con dos coloraciones una de Gram y otra de Giemsa se llega a identificar la proporción relativa de las distintas especies bacterianas (lactobacilos, bacterias anaeróbicas Gram variables, y mobiluncus) asi como definir si existe un componente inflamatorio. De esta metodología normatizada surgen cinco estados básicos bien diferenciados útiles para evaluar la salud sexual femenina y elegir apropiadamente la terapia a administrar.
"El cambio que queremos propiciar en el estudio de la mujer es no pedir un cultivo bacteriológico de flujo vaginal, una práctica muy frecuente, sin saber el estado vaginal básico".
Desde la Fundación Bioquímica Argentina, el doctor de Torres junto a un equipo de colaboradores vienen trabajando desde 2004 impartiendo talleres participativos, una modalidad de trabajo basada en la organización de agencias regionales en todo el país, tendiente a optimizar la calidad de estudios bioquímicos y ampliar la cobertura real de las prestaciones que realizan en forma individual los bioquímicos, en todos los laboratorios habilitados del país, cualquiera sea el grado de complejidad estructural.
Así surgió BACOVA (Balance del Contenido Vaginal), como una metodología de base diagnóstica. Y del consenso entre la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FASGO), la Fundación Bioquímica Argentina (FBA), el Instituto de Fisiopatología y Bioquímica Clínica (INFIBIOC-UBA), la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA), junto con grupos de Unidades Académicas de enseñanza de la Bioquímica del País (estatales y privadas), Instituciones de atención primaria del sector Público y Privado, se confeccionó la guía práctica de procedimientos para la atención de la Disfunción Vaginal en mujeres en edad fértil.
"Del estudio de más de 3.000 mujeres en las distintas agencias del país, se ha podido determinar el riesgo de la salud reproductiva femenina", apuntó de Torres. Sin embargo -añadió- mientras en los países centrales esta patología tiene gran importancia, en nuestro país, a pesar de la magnitud del tema no repercute en la opinión pública como otros, y uno de los problemas es la falta de aceptación de este estudio (BACOVA) por parte de las obras sociales.

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