El
número de afectados
por la degeneración macular asociada a la edad se triplicará
de aquí al año 2020
Es la primera causa
de ceguera legal en los países desarrollados entre la población
mayor de 50 años y la padecen más de 25 millones
de personas en todo el mundo
El envejecimiento de
la población y el aumento de la esperanza de vida son factores
que llevarán a que, según los expertos, en el año
2020 el número de personas con degeneración macular
asociada a la edad (DMAE) en el mundo se triplique.
La DMAE es una enfermedad degenerativa de la retina que causa
la pérdida de la visión central y el detalle de
las imágenes manteniendo intacta únicamente la visión
lateral o periférica.
En la actualidad, la DMAE es la primera causa de ceguera legal
en los países desarrollados entre la población mayor
de 50 años y la padecen más de 25 millones de personas
en todo el mundo, añadiéndose cada año alrededor
de 500.000 nuevos casos. En España, se estima que afecta
a más de 750.000 personas y que más de 3 millones
están en riesgo de llegar a padecerla en los próximos
años.
Las previsiones sobre el incremento de su incidencia y los nuevos
hallazgos, tanto en el campo de la etiología (o causas
de la enfermedad), como en el de los tratamientos, hacen que la
enfermedad haya cobrado un interés creciente en la especialidad
de la fftalmología.
Tanto es así, que la DMAE ha sido el tema de la Ponencia
Oficial o conferencia magistral del 81 Congreso Nacional de la
Sociedad Española de Oftalmología (SEO), que se
ha celebrado recientemente en Zaragoza, y que fue impartida por
los Profs. Jordi Monés y Francisco Gómez Ulla.
El libro presentado en esta ponencia, realizado por el Dr. Jordi
Monés, de la Unidad de Mácula del Instituto de Microcirugía
Ocular (IMO) de Barcelona, y el Dr. Francisco Gómez-Ulla,
director del Departamento de Retina del Complejo Hospitalario
de Santiago de Compostela, ha contado con la participado 60 autores
y coautores, tanto nacionales como internacionales y ha sido elaborado
con la colaboración de Novartis Ophthalmics. En él
se realiza una revisión de todos los aspectos de la DMAE.
Según el Dr. Monés, "la obra recoge una puesta
al día de la patología, con exposición de
casos clínicos, así como un análisis de los
últimos descubrimientos y avances en relación a
sus causas, diagnóstico, prevención y tratamiento".
Uno de estos hallazgos es, en opinión del Dr. Monés,
el descubrimiento del que podría ser en gran parte el origen
primario de la enfermedad. Según este experto, "la
mutación del gen factor H, que codifica una proteína
que regula la defensa inmune frente a infecciones bacterianas
y virales, parece ser la causa etiológica de la DMAE".
Así, añade, "las personas que tienen la mutación
en este gen poseen menos capacidad para controlar la inflamación
causada por una infección cualquiera, que podría
actuar como desencadenante de la enfermedad".
Con el descubrimiento de la posible relación del gen factor
H con el origen de la DMAE, se podrán, en un futuro próximo,
identificar grupos de riesgo y prevenir la aparición de
la enfermedad en los mismos.
"No obstante, debemos seguir trabajando en el campo de la
prevención, ya que, junto a la predisposición genética
y la edad, existen otros factores de riesgo muy importantes, como
el tabaquismo y la hipertensión arterial", afirma
el Dr. Monés.
En este sentido, la DMAE, según este especialista, es una
enfermedad inflamatoria de base, de forma similar a la arteriosclerosis
o el Alzheimer, por lo que comparten algunos factores de riesgo.
A este respecto, a pesar de no haber diferencias de prevalencia
entre sexos, el Dr. Monés afirma que "el hábito
tabáquico en la mujer, que antes era menor que en el hombre,
podría causar un aumento de la enfermedad en el sexo femenino".
El envejecimiento de la población española hace
que esta patología tenga un impacto importante, ya que
las formas graves afectan al 4% de la población mayor de
55 años y su incidencia aumenta con la edad, de tal forma
que a partir de los 75 años la prevalencia es del 8%.
"Precisamente en una etapa de la vida en que leer o escribir
pueden ser actividades importantes para las personas, aparece
esta patología, empeorando enormemente la calidad de vida
de estos pacientes", explica el Dr. Monés.
Existen dos tipos de DMAE, la seca o atrófica más
frecuente y de evolución más lenta, y la húmeda
o neovascular, mucho más agresiva y con una rápida
evolución hacia la perdida de la visión central.
En la forma seca, la mácula (zona central de la retina)
se va atrofiando lentamente; en la húmeda, aparecen neovascularizaciones
coroideas o desarrollo de vasos sanguíneos anormales, que
rápidamente forman un tejido fibrovascular que destruye
la zona macular provocando una pérdida irreversible de
la visión central.
Los expertos no cuentan aún con un tratamiento para la
DMAE seca o atrófica, que es más frecuente, pero
con una evolución más lenta que la DMAE húmeda.
"Hasta no hace demasiado", explica el doctor Monés,
"prácticamente el único tratamiento para la
DMAE húmeda o exudativa era la aplicación de la
terapia fotodinámica con verteporfina".
Sin embargo, en la actualidad, estamos afortunadamente asistiendo
a la aparición de otros nuevos tratamientos antiangiogénicos
o anti-VEGF, que inhiben la formación del nuevos vasos
en la mácula y que aumentan las posibilidades de mantener
la visión e incluso mejorar parte de la visión pérdida".
Además, concluye este especialista, "más a
largo plazo podremos contar con la utilización de la terapia
génica en el tratamiento de la DMAE, de forma que podamos
introducir información genética en aquellos pacientes
de riesgo en forma de crear proteínas que protejan al organismo
frente al desarrollo de vasos sanguíneos anormales".
Fuente: Doyma - España |