Actualidad Científica

Por Ana María Pertierra

La hemoglobina glicosilada podría ser un marcador de riesgo vascular para personas no diabéticas

Individuos con valores iguales o mayores al 5.3% requerirían de un tratamiento intensivo para reducir los factores de riesgo cardiovascular. Para pacientes diabéticos los valores máximos sugeridos no deben superar el 7%. La hiperglucemia aumenta las lesiones vasculares producidas por otros factores de riesgo cardiovascular.




Un estudio reciente reveló una asociación entre los niveles elevados de hemoglobina glicosilada y el riesgo de enfermedad arterial periférica (EAP), no sólo en pacientes diabéticos sino también en personas no diabéticas.Un grupo de científicos de Tulane University de Nueva Orleáns, liderado por el doctor Paul Muntner, evaluó la asociación entre los niveles de hemoglobina glicosilada y la EAP en individuos –diabéticos y no diabéticos– de los Estados Unidos. Trabajaron con una muestra representativa de su población, 4.526 personas de 40 años de edad que habían participado de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición entre 1999 y 2002.La conocida asociación entre el control glucémico y el desarrollo de la enfermedad cardiovascular clínica o subclínica en pacientes diabéticos, y la creciente evidencia que muestra que anormalidades leves en el metabolismo de la glucemia estarían asociadas con enfermedad cardiovascular en individuos no diabéticos condujo a los investigadores americanos a considerar que el control homeostático de la glucemia podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de la enfermedad arterial periférica incluso en individuos no diabéticos. Usando la determinación de HbA1c en sangre por un lado y el índice tobillo-braquial como medida para verificar las obstrucciones arteriales en los miembros inferiores por otro, los científicos pudieron demostrar que los niveles más elevados de hemoglobina glicosilada estaban asociados con la enfermedad arterial periférica, causando una disminución en el flujo sanguíneo hacia las extremidades inferiores.
Consultado por Faba-Informa el doctor Juan José Gagliardino, director del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA) dependiente del Conicet, dijo que la HbA1c es un marcador pronóstico sobre todo para la microangiopatía diabética. No obstante –agregó– varios estudios han demostrado que la hiperglucemia aumenta las lesiones vasculares producidas por cualquier otro factor de riesgo cardiovascular.

Lesión endotelial

Un cúmulo de evidencia científica ha demostrado que la hiperglucemia produce un aumento en el estrés oxidativo que desencadena una lesión de las células endoteliales a través de un mecanismo inflamatorio que conlleva a la formación de placa de ateroma.
La enfermedad arterial periférica (EAP), un trastorno lento y progresivo de la circulación que afecta a las arterias fuera del corazón, puede causar un flujo sanguíneo inadecuado en órganos como el cerebro, el corazón y las piernas. La causa más común del estrechamiento de estos vasos es la ateroesclerosis con formación de placa. Si bien uno de los mayores riesgos de sufrir EAP es ser diabético existen otros factores de riesgo como la edad, el hábito de fumar, el sobrepeso y la obesidad, el sedentarismo, la presión arterial elevada, altos niveles de colesterol y antecedentes de enfermedad de enfermedad cardiaca.
El índice tobillo-braquial, parámetro utilizado en el estudio que Muntner y colaboradores publicaron en Diabetes Care, es el cociente entre los valores de la presión sistólica del tobillo y del brazo y es considerado anormal cuando toma valores inferiores a la unidad. Los investigadores definieron el valor de corte en 0.9, lo relacionaron con los valores de hemoglobina glicosilada en los individuos bajo estudio y encontraron que entre los pacientes diabéticos, la prevalencia de EAP fue del 7.5% para aquellos con hemoglobina glicosilada menor a 7% y del 8% para los pacientes con niveles iguales o mayores al 7%. Éstos hallazgos corroboraron los resultados de los estudios UKPDS (U.K. Prospective Diabetes Study; Lancet 1998) y Steno-2 (NEJM, 2003) que demostraron, en pacientes con diabetes tipo 2, que el control metabólico estricto, evidenciado en los valores de HbA1c inferiores al 7%, reducían significativamente la ocurrencia de complicaciones micro y macrovasculares.
Entre los individuos no diabéticos, la prevalencia de EAP estandarizada por edad también tuvo su correlación con los valores más altos de hemoglobina glicosilada. Fue del 3.1% para aquellos con niveles de HbA1c menores al 5.3%, 4.8% para los que tenían valores de hemoglobina glicosilada entre 5.3% y 5.4% y de 6.4% para los de valores de HbA1c entre 5.7% y 6.0%.
Luego del análisis estadístico de los datos, los autores del estudio sugirieron que los individuos con porcentajes de hemoglobina glicosilada iguales o mayores al 5.3% deberían ser sometidos a un programa intensivo de reducción de factores de riesgo, lo que podría disminuir el grado de enfermedad subclínica inclusive en aquellos que no padecen diabetes.
Gagliardino explicó que, según las normas vigentes para el seguimiento de personas con diabetes, la determinación de hemoglobina glicosilada es un análisis de rutina que debe realizarse con una frecuencia cuatrimestral cuyos valores máximos sugeridos oscilan entre 6.5 y 7% y más bajos todavía cuando no impliquen riesgos para el paciente tales como hipoglucemias continuas y profundas o lesiones vasculocerebrales o coronarias. Sin embargo, el director del CENEXA consideró de buena práctica médica el tratamiento intensivo de todos y cada uno de los factores de riesgo cardiovascular iniciándolo con la de adopción de estilos de vida saludables además de la administración de las drogas pertinentes para alcanzar las metas preestablecidas. considera “un tremendo problema” de cara al futuro.


Actualidad Científica