Científicos norteamericanos obtuvieron la
imagen tridimensional de la apoproteína E4, que es el principal
factor de riesgo para la forma esporádica de la enfermedad de Alzheimer.
Éste aporte abre el camino hacia el conocimiento de la biología
básica para el desarrollo de intervenciones terapéuticas
futuras.
Por Ana María Pertierra
Investigadores de la Universidad de California reprodujeron por primera
vez una imagen tridimensional de la apolipoproteína E, una proteína
que hace tiempo se asocia con enfermedad cardiovascular y más recientemente
con la enfermedad de Alzheimer.
Usando la técnica de cristalografía por difracción
de rayos X, los científicos del Instituto Gladstone de la Universidad
de California en San Francisco, revelaron la estructura por difracción
de rayos X de mayor resolución hasta la fecha. El trabajo, que
se publicó en la edición del 13 de enero del Journal of
Biological Chemistry, se abocó a la estructura de la isoforma apoproteína
E4 y constituye un avance que servirá para dilucidar los interrogantes
acerca de la configuración de la apoE4 en su estado activo y nativo.
Según los investigadores la comprensión completa del funcionamiento
de ésta proteína será un factor clave para el desarrollo
de intervenciones terapéuticas futuras.
"Es la primera vez que se utiliza con éxito la cristalografía
por difracción de rayos X para obtener la estructura de una proteína
unida a lípidos", explicó Karl Weisgraber, autor del
trabajo e investigador principal del GIND (Gladstone Institute of Neurological
Disease) y -agregó- "este logro es crucial para entender a
ésta molécula, puesto que juega un rol fundamental tanto
en la enfermedad cardiovascular como neurológica".
La cristalografía por difracción de rayos X es una técnica
para determinar la estructura tridimensional de una molécula mediante
el análisis de patrones de difracción con rayos X de los
cristales que la componen.
Satisfechos con el resultado del trabajo los autores definieron sus desafíos
futuros. "El próximo paso será hacia una resolución
mayor, yendo de la actual de 10 angstroms a 3.5 o mejor", señaló
Weisgraber, que también es profesor de Patología en la Universidad
de California. Debido a que éstas proteínas cambian su forma
una vez que se unen a un lípido e inician sus funciones, los investigadores
del grupo consideran un gran paso haber logrado el estudio de ésta
proteína unida al los lípidos. "Hasta ahora, sólo
habíamos sido capaces de obtener el modelo estructural de ésta
proteína libre, ahora estamos en condiciones de estudiarla unida
a lípidos". La investigación de éste grupo de
científicos persigue entender el efecto de la estructura de la
apoE en el metabolismo y la enfermedad con la posibilidad de descubrir
nuevas herramientas terapéuticas.
Una lipoproteína de alto riesgo
La apoproteína E forma parte de las lipoproteínas, interviene
en el transporte del colesterol en la sangre y en el cerebro y también
parece actuar como factor trófico, afectando el crecimiento y la
arborización neuronal. Se produce por un gen situado en el cromosoma
19 que tiene principalmente tres isoformas alélicas: E2, E3 y E4.
Es el alelo E4 el que se asocia a la enfermedad de Alzheimer. Se pudo
demostrar que la presencia de apoE4 aumenta el riesgo de demencia y enfermedad
de Alzheimer en forma independiente de sus efectos sobre la dislipemia
y la aterogénesis.
Todos los individuos heredan dos copias, o alelos del gen apoE, una de
cada padre. La frecuencia del alelo E4 es casi tres veces mayor en los
pacientes con Alzheimer que en los controles lo que permite establecer
que dicho alelo es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad.
Según los autores del estudio, la presencia de un alelo apoE4 resulta
en una probabilidad estimada de 45 por ciento de desarrollar Alzheimer
cerca de los 85 años de edad, mientras que con los dos alelos apoE4,
el riesgo aumenta hasta un 50 a 90 por ciento.
De tal modo, el estudio de las relaciones entre la estructura y la función
de la apoE podría resultar en el desarrollo de tratamientos novedosos
con drogas dirigidas a la apoE para la enfermedad de Alzheimer y otros
trastornos relacionados.
Weisgraber sostuvo que "nuestra hipótesis central fue que
una o varias diferencias biofísicas entre las isoformas juegan
un rol clave en la asociación de la apoE con la enfermedad".
El estudio que arribó a la conclusión de que la apoE4 es
un glóbulo inestable que carece de cisteína combinó
técnicas fisico-químicas como la cristalografía de
rayos X con técnicas de mutagénesis específicas en
un modelo murino para explorar los interrogantes de estructura y función
relacionados con la apo.
Karl H. Weisgraber, autor del trabajo e investigador
del Instituto Gladstone de la UCSF.
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