Descubrieron que falseó
datos el "clonador" de embriones humanos |
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Escándalo en Corea y en el mundo científico | |
ESe trata del científico
surcoreano Hwang Woo-suk. En mayo había publicado un estudio donde
aseguraba que había obtenido células madre a partir de la
clonación de embriones humanos. Venía trastabillando desde hace semanas. Pero ayer, definitivamente, cayó en la rodada. Nada pudo salvar al científico surcoreano Hwang Woo-suk del escándalo y del papelón luego de que se comprobara que había publicado, en mayo de este año en la revista Science, un estudio con datos falsos sobre la obtención de células madre a partir de embriones humanos. "Renuncio como profesor de la Universidad de Seúl y me disculpo por haber provocado tal schock y desilusión", comentó en un programa de tevé de su país tras conocer los resultados de la comisión investigadora de 9 miembros que ratificó la falsedad de sus resultados. Según las agencias AFP y ANSA, luego de las disculpas dejó flotando en su adiós un dejo de oportuno patriotismo. "Pero querría repetir que la tecnología para crear células estaminales (otra forma de llamar a las células madre o troncales) es surcoreana. Todos podrían confirmarlo", dijo. Parece que no es casual que haya apelado a los sentimientos de nacionalismo surcoreano porque, al fin y al cabo, lo acompañaron en la totalidad de su carrera científica. Durante 2005, hasta que saltara el escándalo, este investigador gozaba de los privilegios de un auténtico héroe nacional. Incluso, según revela AFP, habría recibido 40 millones de dólares por parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología de su país para profundizar en sus investigaciones. Su currículum indica que nació el 15 de diciembre de 1952. Hijo de una familia de escasos recursos, creció en medio de la miseria económica que signó los años siguientes a la guerra de Corea (entre 1950 y 1953). Cuando era chico le gustaba jugar con distintos animales de la granja familiar. Tal vez por eso eligió especializarse en veterinaria en los años 70 y hasta recibió un doctorado en reproducción animal en 1982. Por esos años todavía no pensaba en la clonación, mucho menos en la clonación humana. Recién en la década del 90 comenzó a focalizar en las técnicas que tenían que ver con esas tecnologías. En 1999 hizo uno de sus primeros anuncios llamativos: el nacimiento de Yeongryeong, una vaca clonada. A comienzos de 2000 ya se sintió con la suficiente confianza como para intentar la clonación en humanos, algo que para la comunidad científica tenía, en ese momento, más de ficción que de ciencia. En 2002 comunicó que se dedicaría a la clonación humana pero sólo con fines terapéuticos. "Estoy en contra de la clonación reproductiva. Trabajo para curar enfermedades incurables", declaró ese año en un periódico local. Y siguió adelante, con el empuje que le daban algunos logros a medida que avanzaba hacia su objetivo final. En 2004 declaró haber conseguido clonar embriones humanos, conseguidos por la transferencia de núcleos celulares de tejidos de enfermos a óvulos de mujeres sanas donantes, usando 242 de esos óvulos. Así logró colocarse en la vanguardia de las investigaciones genéticas. Lo atravesaron las tormentas que se levantaron por cuestionamientos bioéticos sobre la manipulación de material humano. De todos modos, nadie sospechaba de sus "malas artes" para obtener los resultados. Hwang Woo-suk continuó en su derrotero triunfalista. En 2005 dijo que había logrado hacer, por clonación, la copia fiel de un perro afgano. Y, luego, a través de la publicación realizada en la revista Science, hizo el anuncio más importante de su vida profesional: la obtención, a partir de embriones clonados, de los primeros cultivos de células madre para investigación médica. Todo alentador, pero falso. Fuente: Diario Clarín |