Hubo satisfacción por
los logros, optimismo y expectativa por las posibilidades que se vislumbran
para el futuro próximo. En su ya tradicional reunión con
la prensa previa a las fiestas, el directorio en pleno del Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, encabezado
por su presidente, el doctor Eduardo Charreau, rindió cuentas de
lo realizado durante el año. Todo indica que el balance es netamente
positivo.
El primer rubro en que esto es notorio es el de los recursos humanos.
"Teníamos que duplicar el número de investigadores
para alcanzar la proporción aconsejable de científicos en
la población económicamente activa -dijo Charreau-. Del
mismo modo que en 2004, este año incorporamos 1500 becarios y 500
investigadores, y la proyección para 2006 es mantener esa misma
política de crecimiento."
En 2005 también creció considerablemente el número
de investigadores argentinos que retornaron del exterior. Según
puntualizó uno de los directores, el doctor Carlos Rapela, fueron
alrededor de una centena, cantidad que superó los 70 que regresaron
en 2004 y los ocho que lo hicieron en 2003.
Incorporar anualmente dos mil personas al sistema introduce, lógicamente,
nuevas exigencias, por lo que la institución inició fuertes
modificaciones estructurales. Una de ellas fue la informatización
integral de los concursos.
La gerente de Evaluación, Rosa Losito, indicó que fue informatizada
la gestión de todos los procesos, desde el ingreso del expediente
hasta el acta administrativa que constituye la resolución. "En
este sentido -afirmó-, vamos a poder trabajar con otro dinamismo
en las comisiones asesoras. Este sistema también permite disponer
de información al instante. El concurso cerró el martes
a última hora y ya tenemos datos bastante certeros de cuál
es la población que tenemos que estudiar."
Y agregó Charreau: "Por ejemplo, sabemos que estos alrededor
de mil candidatos que se han presentado tienen 22.000 trabajos publicados
que van a tener que ser evaluados. Una de las novedades es que los evaluadores
van a poder acceder a toda la producción científica a través
del sistema".
La institución, que utiliza el 20% de los recursos públicos
para ciencia y tecnología, produce el 70,6% de la producción
científica nacional, que en 2004 ascendió a 5499 trabajos
publicados en revistas internacionales, según un análisis
del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica
(Caicyt) a partir del Science Citation Index.
Otro dato positivo es el incremento de la vinculación con las empresas.
Según explicó Mario Lattuada, vicepresidente de Asuntos
Tecnológicos, el Conicet presta servicios tecnológicos de
alto nivel, tiene asesorías y convenios con empresas. "Si
comparamos estos últimos cuatro años -afirmó-, podemos
constatar una multiplicación por seis de la cantidad de servicios
prestados al sector productivo."
Una expresión de este cambio de cultura comienza a verse en el
número de patentes registradas en el país por el organismo
y sus investigadores. "El Conicet estaba en un promedio de 17 o 20
anuales, pero un estudio publicado por la revista Ciencia e Investigación,
de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, muestra que es
el organismo que mayor cantidad de patentes industriales registra en la
Argentina. Si se toman los dos últimos años, ese número
asciende a 40 anuales. Se trata de un indicador interesante, pero hay
que apostar a que crezca mucho, porque es muy inferior al que obtienen
empresas extranjeras en el país."
Como otro modo de tender puentes entre la ciencia y la producción,
además de la figura de "becario en empresa", este año
se inauguró la de "investigador en empresa". "Es
así como actualmente hay 70 becarios en distintas compañías
desarrollando proyectos para sus tesis doctorales -dijo Lattuada-. También
hay investigadores del Conicet en Petrobras, Tenaris-Siderca, Laboratorios
Cassará, y otras."
Un capítulo destacable de la vinculación pública-privada
es el proyecto Indear, Instituto de Genómica de Rosario -resultado
de un convenio entre el Conicet, Bioceres y BioSidus-, que en estos momentos
está en plena construcción y con fecha de inauguración
para 2006. El Centro César Milstein, producto de un acuerdo con
la Fundación Pablo Cassará, que alberga a los equipos de
investigación del Centro de Virología Animal, es otro.
Presentes en la reunión, el ministro Daniel Filmus y el Secretario
de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Tulio Del
Bono, saludaron los logros alcanzados y aseguraron que las perspectivas
para el futuro son prometedoras. "Primero tuvimos que atender deudas
del pasado y emergencias -dijo Filmus-. Ahora podemos desplegar las potencialidades
del sector científico en un proyecto que quiere hacer de la ciencia
y la tecnología un factor fundamental."
Fuente: Consultor de Salud |