Se están desarrollando muchas vacunas nuevas.
Sin embargo, todavía resta superar múltiples obstáculos
que impiden salvar millones de vidas.
Por Ana María Pertierra
El 12 de junio en la ciudad de San Salvador de Bahía,
Brasil se llevó a cabo este encuentro de especialistas propuesto
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para debatir acerca
de un tema desde todo punto de vista interesante. Durante cuatro días
y con cerca de 200 participantes, entre los cuales figuraban los principales
científicos en el campo de las vacunas, expertos en salud pública,
miembros de organismos de reglamentación y fabricantes de unos
40 países, se presentaron trabajos de investigación de vanguardia
y se discutieron sobre los retos futuros.
“El desarrollo de vacunas se encuentra en una fase excitante. Pronto
dispondremos de nuevos productos que, en su conjunto, podrán proteger
a millones de personas frente a distintas enfermedades”, dijo la
doctora Marie Paule Kieny, directora de la Iniciativa para la Investigación
de Vacunas de la OMS. “No obstante, la experiencia ha demostrado
que la incorporación de nuevas vacunas es un proceso extremadamente
lento. Es urgente que encontremos soluciones para poner a disposición
de todas las personas en riesgo estos poderosos instrumentos sanitarios
de eficacia demostrada”, agregó.
Según los especialistas, en la actualidad se encuentran en fase
de investigación y desarrollo muchas vacunas que estarán
disponibles en los próximos diez años. Sin embargo, para
que puedan ser utilizadas en forma generalizada y sostenible en los países
en desarrollo, es decir en los que más las necesitan, será
necesario superar varios obstáculos de carácter científico,
financiero, técnico y de reglamentación. Además,
la inexistencia de un suministro suficiente de vacunas y la debilidad
de los sistemas de salud de muchos países en desarrollo condiciona
una baja cobertura de vacunas.
En general, se necesitan unos 12 a 15 años y 200 a 500 millones
de dólares para desarrollar una nueva vacuna. Por lo que es probable
que en los próximos diez años se duplique el número
de vacunas disponibles (unas veinte en la actualidad).
En el marco de este foro se destacaron los progresos recientes a saber:
• Dos vacunas contra la diarrea por rotavirus, una de las cuales
ya está probada en México, la República Dominicana
y Kuwait.
• Una vacuna tetravalente contra la meningitis meningocócica
(aprobada en los Estados Unidos) y una vacuna heptavalente que protege
contra la meningitis A y C que se aprobará en 2007.
• Una vacuna antineumocócica conjugada nonavalente que redujo
en un 16 % la mortalidad infantil general en Gambia.
• Vacunas bivalentes y tetravalentes contra los papilomavirus humanos
que protegen contra el cáncer del cuello uterino.
• Una vacuna antipalúdica que proporcionó una protección
del 58% frente a la enfermedad grave en un ensayo clínico de fase
II realizado en Mozambique.
• Una vacuna oral contra el cólera que presentó una
eficacia protectora cercana al 80% en Beira (Mozambique).
• Una vacuna contra la encefalitis japonesa, cuya precalificación
por la OMS se solicitará en breve.
Sin embargo, el entusiasmo de algunos se vio empañado con la preocupación
de otros como la revelada por el doctor Donald Francis de Global Solutions
for Infectious Diseases, que sostuvo en el discurso de apertura del Foro:
“La falta de interés de la industria en la fabricación
de vacunas, a menudo consideradas como productos poco rentables, combinada
con la inexistencia de recursos para comprarlas en los países menos
desarrollados ha afectado gravemente al desarrollo de nuevas vacunas y
a la aplicación de las ya aprobadas”.
Como corolario el especialista exhortó a los gobiernos de los países
industrializados a que presten mayor apoyo a la investigación y
desarrollo de vacunas. “Dado el inmenso potencial de la biotecnología
moderna, hay grandes posibilidades de mejorar la salud mundial a través
de las vacunas”, concluyó.
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