FABA

Coordinación General de Evaluación
Epidemiológica de Programas
de Atención de FABA

La parasitología, la no escuchada…
igual que Eurídice



Autor: Dr. Oscar César Méndez

Profesor Adjunto de la Cátedra de Bioquímica Clínica – Parasitología. Facultad de Farmacia y Bioquímica – Universidad de Buenos Aires.

En el mito, Orfeo desciende a los infiernos para rescatar a Eurídice. Se le impone como condición que no debe mirarla cuando ella huya detrás de él. Ivonne Bordelois, en La palabra amenazada, aprovecha la leyenda para distinguir la brecha entre el que no es escuchado (La mujer) y aquel que habla pero no la escucha (El hombre). La erudición, es decir, la que habla, parece tener la misma imposición, no mira a la parasitología; no la escucha. El problema de los parásitos es de la pobreza, no hay voces para ellos.
En el mismo texto la autora pretende rescatar la palabra que el presente sistema construye con una lingüística diseñada con la esclavitud laboral, la informática y el consumismo. Esas son sus palabras. Si tuviesen razón los positivistas lógicos, en el sentido de que los problemas se plantean por la dificultad del lenguaje, nos detendríamos a contemplar la pregunta: ¿qué es lo que estamos discutiendo?, ¿y en qué contexto?. Ahorraríamos palabras, o tal vez, las utilizaríamos mejor.
¿Qué se puede esperar de las ciudades donde dominan los mercaderes?. El oficio de estos hombres no es andar solucionándole los problemas a los que pasan hambre, ¿qué culpa tienen esos hombres preocupados por contar dinero de que los pobres no tengan agua potable o hayan perdido la posibilidad de educarse?.

Y los pobres, esos pobres que no saben si van a comer o no esta noche, sólo dependen de lo que haga el Estado por ellos. Si fueran unos pocos no sería un problema tan grande; el caso se complica…, porque son muchos. Los informes de la OMS acerca de los parásitos son aterradores; pero no muy distintos de aquellos que señalan que de unos seis mil millones de mamíferos orgullosos que se arrastran por el planeta, el ochenta por ciento de ellos vive con menos de dos dólares diarios. ¿Si una cosa tiene que ver con la otra?. Parece que sí.
Se han depositado tantas palabras sobre el papel acerca de este tema que el autor de esta modesta nota, no quiere plagiar a tantos ilustres parasitólogos y epidemiólogos. No vale la pena. Hay que leer lo que ya está escrito. La pobreza y las parasitosis están vinculadas, y no es por casualidad. Si se eliminaran los pobres –se sobreentiende que no por métodos violentos-, los parásitos deberían buscarse otra ocupación. Pero mientras haya tantos pobres, tienen asegurado el empleo por mucho tiempo.

No estaría mal planificar, pero Dios nos libre de que el encargado de eso sea uno de los personajes escapado de algún texto de Kafka, y en lugar de divertirnos con esa prosa genial, de una lógica implacable para reflejar un mundo de absurdos, salgamos de la oficina haciendo cruces para que ese hombre renuncie, o alguien repare que sabe muy poco y lo eche; aunque ese personaje sea experto en embarullar todo para presentarse como un experto. En el ámbito académico ha triunfado el argumento de que aquel que habla y no se le entiende, es inteligente. Y hay que acatar la autoridad del que lo dice. Aunque no podemos saber si así se puede llegar muy lejos.
El hospital público es un buen punto de reflexión. Sería interesante que éste sea apoyado por la Universidad Pública. ¡Si la financia la gente, la Universidad, debería salir de los claustros y solucionar los problemas de esa gente!.
Los profesionales y las entidades que los representan deben ser llamados a dar opiniones. Un caso interesante es el Seguro Público de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Una solución beneficiosa para aquellos que no cuentan con una obra social y sólo pueden concurrir al hospital público; estos pacientes de esta manera pueden atenderse en laboratorios privados. También hay que señalar que el entrenamiento profesional en todas las áreas de la bioquímica clínica por la Fundación Bioquímica Argentina, ha sido exitoso.
Si bien es una cosa extraña lo que designamos con el nombre de realidad -porque se refiere a lo que revelan los imperfectos órganos de los sentidos, que como sabemos, engañan-, hace falta un poco de realismo para entender que el bioquímico no es un faquir. Brecht, en su obra teatral Galileo Galilei, le hace decir a esa caricatura del genial italiano: “Yo también quiero comer faisán”

Si no ha cambiado nada, es decir, si sigue vigente aquello que pone en boca de Monteagudo frente a Castelli, Andrés Rivera, en La revolución es un sueño eterno: “…¿Con los dueños de estancias pobladas por diez, veinte, treinta mil cabezas de ganado, que sólo aceptan, como bueno, que llueva, que las tierras de pastoreo no se les inunden, que el sol salga y se ponga, que sus impuestos no sobrepasen el valor de dos, tres o cuatro novillos, haya guerra o no, haya rey o no?”, es comprensible suponer que cambiar o mejorar la salud pública con este modo de comportarse parece muy difícil.

Si no pagan los que deben pagar y no se invierte en salud lo que se necesita, las palabras, que sólo son metáforas, pasan a ser útiles para ocultar la verdad: La Salud, la parasitología no interesan, aunque se diga otra cosa.

El problema de las parasitosis a nivel mundial es bastante preocupante y, por qué no, descuidado por muchos gobiernos. Las cifras que suministra la OMS son aterradoras; cuando citan porcentajes de 25% de la población mundial infectadas por una sola parasitosis que altera la calidad de vida, es algo más que preocupante. Y lo lamentable, es que no se trata de "una sola" parasitosis sino que son varias las que están en esas condiciones.
(...) Recién decíamos que el problema se descuida, ¿qué quiere decir esto?, ¿que no es importante?, ¿que no se hacen los esfuerzos que se debieran?. Hay muchas preguntas que se pueden hacer, el contenido de las respuestas es lo más problemático: claro, si las hubiera. Por un lado se dispone de una tecnología que ni se soñaba hace pocas décadas, pero por otro se ha concentrado a los investigadores hacia otras áreas.
Se ha despoblado a la parasitología, por lo menos como tema de interés, y por ende, con baja formación de recursos humanos. Paradójicamente el parasitismo es un grave problema de los países pobres y donde mejor se estudia es en los países ricos.
¿Cuál es la situación en la Argentina?. Sin dudar, podemos adherir a la opinión de que goza de los mismos problemas de los países pobres, y no lo padecen una pequeña parte de la población que tiene mejores condiciones de vida.

Fuente: Lecciones prácticas sobre enteroparasitosis humanas. Dr. Oscar César Méndez. Acta Bioquímica Latinoamericana. Suplemento 1. Año 1998.


Vigilancia Epidemiológica

Aún cuando las infecciones por parásitos intestinales no son de notificación obligatoria, es necesario conocer su incidencia para planificar la disponibilidad de medicación antiparasitaria en todos los efectores del área endémica. La información clínica de expoliaciones por causa parasitaria y la información del laboratorio sobre la prevalencia de las distintas especies son los datos que se requieren para organizar adecuadamente el diagnóstico y tratamiento de las infecciones parasitarias.

Fuente: Enteroparásitos en el hombre. Dr. Eduardo A. Guarnera. Jefe del Departamento de Parasitología - Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas. ANLIS · Dr. Carlos G. Malbrán. En: Atención Primaria de la Salud. Boletín PROAPS - REMEDIAR . Nº 14. Octubre de 2004.


"Los factores de riesgo que asocian el ambiente con la parasitación intestinal son la vivienda inadecuada, el peridomicilio ocupado con depósitos de madera, chatarra y materiales de construcción, patio de tierra con áreas húmedas y sombrías, falta de agua potable y eliminación de excretas, hábitos de fecalismo especialmente de niños y las actividades del hombre que favorecen la transmisión como el hacinamiento crítico, los hábitos higiénicos inadecuados (falta de lavado de manos), falta de calzado y la ingestión de agua y alimentos contaminados con materia fecal."

Fuente: Enteroparásitos en el hombre. Dr. Eduardo A. Guarnera. Jefe del Departamento de Parasitología - Instituto Nacional de Enfermeda-des Infecciosas. ANLIS · Dr. Carlos G. Malbrán. En: Atención Primaria de la Salud. Boletín PROAPS - REMEDIAR. Nº 14. Octubre de 2004.



Cursos de Parasitología de PROECO de la Fundación Bioquímica Argentina que pueden ser solicitados:

• Parasitosis intestinales producidas por helmintos y síndrome de migración larvaria.
• Lecciones prácticas sobre protozoarios en humanos.
• Curso de protozoarios entéricos oportunistas.
• Paludismo
• Zoonosis parasitarias.
PROECO: proeco@fba.org.ar

FABA