Sugieren que las pre-adolescentes deberían aumentar el consumo
de lácteos. Esa etapa de la vida en las mujeres representa la de
mayor formación ósea. Aconsejan una ingesta diaria de 1.500
miligramos de calcio para prevenir el deterioro de la masa ósea
en la edad adulta y sus consecuencias, las fracturas.
Por Ana María Pertierra
Un estudio del Centro Médico de la Universidad
del Estado de Ohio recientemente publicado en el American Journal of Clinical
Nutrition sugiere que la osteoporosis, generalmente considerada una enfermedad
geriátrica de las mujeres, debería prevenirse antes de la
pubertad.
El estudio es el primer ensayo clínico orientado a medir los efectos
del calcio sobre la densidad ósea en niñas de entre 8 y
13 años que tuvo un seguimiento de 7 años de duración.
Los investigadores observaron que la suplementación con calcio,
administración farmacológica del mineral para reforzar la
incorporación provista por la dieta, aumentaba significativamente
el desarrollo de la masa ósea de las niñas.
“ Porque la mayor parte de la masa ósea se acumula durante
esta fase del crecimiento, la pre-adolescencia podría representar
la etapa de la vida de las mujeres de mayor necesidad de calcio”,
dijo Velimir Matkovic, autor líder del estudio e investigador principal
del Laboratorio de Metabolismo Mineral Óseo del Estado de Ohio.
Los investigadores recalcaron que las variaciones en la nutrición
cálcica en las etapas tempranas de la vida podrían ser la
causa de una diferencia de entre un 5% a un 10 % en el pico de la masa
ósea en el adulto.
Matkovic, pionero en las investigaciones que relacionan los niveles de
calcio con el pico de masa ósea, ya en 1970 documentó las
diferencias en la aparición de fracturas entre poblaciones que
consumían disímiles cantidades de calcio en sus dietas a
lo largo de la vida. Ese estudio inicial está citado en el informe
que integra la declaración federal americana del período
comprendido entre los años 2002 – 2011 como la década
de los Huesos y las Articulaciones.
Los especialistas señalan la importancia de la prevención
no sólo para mejorar la calidad de vida de la población
sino para asegurar la disminución de los gastos asociados al tratamiento
de la enfermedad.
Ya a partir de 1989 la dosis recomendada de consumo de este nutriente
fue modificada y, para el grupo etario comprendido entre los 8 y los 13
años de edad la recomendación dietética diaria (RDA)
propuesta por la Academia de Ciencias Americana asciende a la cifra de
1.300 mg de calcio por día, cantidad que puede ser cubierta con
el consumo de al menos un litro de leche. Sin embargo, y a partir de los
nuevos estudios, los investigadores proponen aumentar esos requerimientos
hasta 1.500 mg. Más aun si se tiene en cuenta que otro estudio
del mismo grupo de la Universidad de Columbus demostró que a mayor
consumo de sodio mayor excreción urinaria de calcio. “Por
cada 2.300 miligramos de sodio se pueden perder hasta 60 miligramos de
calcio”, dijo Jasminka Ilich, investigador del Laboratorio de Metabolismo
Mineral Óseo del Estado de Ohio y uno de los autores del reciente
artículo sobre la prevención de la osteoporosis en la adolescencia.
De acuerdo al patrón alimentario de la población americana,
el invesigador razonó: “Una adolescente comiendo alrededor
de 10.000 miligramos de sodio por día en papas fritas y fast food
podría estar perdiendo cerca de 300 miligramos de su ingesta diaria
de calcio”. Y -agregó- los resultados de nuestro estudio
sugieren que los requerimientos de calcio para las adolescentes debería
ajustarse al consumo de sodio.
Panorama local
Consultado por Faba-Informa el licenciado Sergio Britos, nutricionista
del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) -una ONG
local consultora de la Organización Mundial de la Salud (OMS)-
confirmó que una de las conclusiones obtenidas del análisis
de las encuestas alimentarias hechas por el citado centro entre los años
2000 y 2004 a una población infantil de distintos puntos del país,
fue que la dieta de los niños de entre 8 y 13 años es deficiente
en calcio. El especialista consideró al tamaño de la muestra
estudiada suficiente para ser representativa de la población infantil
argentina. “Estudiamos 1.800 niños y niñas entre 1
y 13 años de edad, de distintas provincias del país y diferente
nivel socioeconómico”, dijo.
El estudio multidisciplinario del Cesni, que será publicado en
los próximos meses, corroboró lo que hasta el momento era
una sospecha: la dieta de los chicos tiene un contenido insuficiente de
productos lácteos. “Hoy día el calcio es el nutriente
más deficitario en la dieta de los chicos. Hasta hace poco competía
con el hierro pero lo desplazó a partir de la fortificación
de alimentos como la leche y las harinas con hierro y vitaminas”,
sostuvo Britos.
Los especialistas del Cesni coinciden en la importancia de trabajar desde
la alimentación en la prevención de la salud. Para ello,
consideran que la industria alimenticia juega un rol decisivo con la elaboración
de alimentos saludables.
“ Si se tiene en cuenta que los productos lácteos aportan
entre el 70 y el 75 % del calcio de la dieta sería aconsejable
promover su consumo”, destacó el nutricionista.
Las recomendaciones dietéticas diarias (RDA) fijadas para cada
nutriente según edad y sexo son valores que deben ser usados como
referencia para el consumo diario de un individuo sano.
La Academia Americana de Ciencias reconoce que sólo cuando la ingesta
media de un nutriente determinado supera el 100 % de la RDA del mismo
se puede afirmar que no existe riesgo de ingesta inadecuada. “El
calcio es un nutriente cuya ingesta promedio se encuentra por debajo de
100 % de la adecuación a las RDA en la población de niños
entre 4 y 13 años”, señaló Britos. Y, agregó:
“Casi el 50 % de los chicos entre 9 y 13 años y el 30 % de
los chicos entre 4 a 8 están ingiriendo cantidades muy bajas de
calcio en su alimentación, por debajo de las recomendaciones o
requerimientos dietarios”.
El nutricionista explicó que 100 mililitros de leche proveen 110
miligramos de calcio, razón por la cual las dosis recomendadas
para los adolescentes podrían ser cubiertas por algo más
de un litro de leche líquida o bien por la combinación de
otros productos derivados como quesos y yogures.
Un poco más de leche
El consumo promedio en la dieta de las 354 participantes del estudio americano
fue 830 miligramos diarios. El grupo suplementado con calcio consumió
en promedio una cantidad adicional de 670 mg por día, equivalente
a casi medio litro de leche. Los 7 años de duración del
ensayo permitieron a los investigadores determinar el efecto óptimo
de la suplementación con calcio sobre la formación ósea
de las niñas y comprobar que la densidad mineral ósea máxima
se logra durante las edades previas al desarrollo.
Si bien el riesgo de perder masa ósea es parte del proceso de envejecimiento,
tener un esqueleto lo más fuerte posible durante la infancia y
adolescencia puede otorgar una ventaja sobre la salud de los huesos en
etapas futuras de la vida.
Promover el consumo de alimentos ricos en calcio, como los lácteos,
entre las adolescentes y propiciar el enriquecimiento de alimentos para
convertirlos en más saludables podría ser una estrategia
eficaz para prevenir las complicaciones de la osteoporosis como son las
fracturas de columna y cadera en edades más avanzadas.
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