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Inyección fatal: investigan cómo llegó a farmacias y hospitales

La joven era tratada por anemia. Murió a la espera de un trasplante hepático.
El medicamento tenía tres veces más de hierro que el que debía tener”, dijo el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, al dar detalles del informe realizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Así confirmó que la partida del complejo de hierro que causó la muerte de la joven Verónica Díaz (22) era “falsa” e inició una investigación para determinar quién la distribuyó en farmacias y hospitales.


Según fuentes del Ministerio de Salud de Río Negro, la partida adulterada fue adquirida a través de una droguería de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca y sus dueños deberán identificar a sus proveedores.
“Hay que determinar cuál es el punto de la cadena de comercialización donde se produjo la adulteración del producto”, dijo la titular de Salud provincial, Adriana Gutiérrez.
Todas las ampollas de Yectafer el medicamento en cuestión que estaban en las farmacias de los hospitales rionegrinos fueron guardadas en cajas precintadas, bajo actas labradas por la Escribanía General de Gobierno de la provincia.
Además, por orden del Ministerio de Salud de la Nación, se retiraron “de modo preventivo y para evitar confusiones” todas las ampollas de Yectafer del lote “legítimo”, identificado con el número L03100718 y que vence en octubre de 2006.
En tanto González García admitió que la Argentina es un país “flojo de sanciones”, porque no castiga con la cárcel a quien comete este tipo de delitos, el fiscal de Estado Alberto Carosio dijo desde Viedma que el Gobierno provincial “nos dio instrucciones precisas en cuanto a actuar con toda la severidad que el caso requiere. Se efectuará la denuncia penal correspondiente y se procurará identificar a los responsables de esta maniobra criminal”.
En esa ciudad Verónica Díaz había recibido, durante tres semanas, siete ampollas de Yectafer porque seguía un tratamiento para la anemia en un centro de salud que depende del Hospital Artémides Zatti. El 18 de diciembre se descompuso y fue internada de inmediato.
A raíz de que los médicos detectaron que sus funciones hepáticas habían quedado inutilizadas, Díaz fue trasladada al hos pital Eva Perón, de la localidad bonaerense de San Martín. Ahí murió, en la madrugada del 23 de diciembre, luego de entrar en emergencia del INCUCAI a la espera de un trasplante hepático.
El interventor de la ANMAT, Manuel Limeres, aseguró que los controles de la entidad “no están fallando” y que lo ocurrido con la joven rionegrina es, claramente, una “situación delictual”.
osé Blanc, director técnico del laboratorio Astra-Zéneca, que produce el medicamento cuestionado, aseguró que su firma no vendió la droga al hospital Zatti. “En los registros del laboratorio no figura el hospital como cliente directo”, dijo, por lo que se mostró “absolutamente seguro” de que ellos no realizaron la venta del Yectafer. “Desde el inicio se observó que el material era falso, tanto el estuche como el contenido de las ampollas”, agregó al deslindar responsabilidades.
En la misma línea se pronunció el director del Hospital de Viedma, José Pacayut, quien desestimó que haya habido “mala praxis” médica y descartó que la droga fuera adulterada en el momento de su aplicación.
Después de la muerte de la joven rionegrina se conocieron otros casos de pacientes afectadas por la aplicación del mismo medicamento adulterado. En Viedma, otras nueve mujeres, dos de ellas embarazadas, también sufrieron trastornos por el Yectafer y fueron internadas, aunque están fuera de peligro. El último conocido ocurrió en la localidad bonaerense de Avellaneda, donde una mujer salvó milagrosamente su vida y su embarazo gracias a la aplicación de una inyección de corticoides.
Anmat aseguró que los controles “no fallaron”
El interventor de la Administracion Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica (Anmat), Manuel Limeres, aseguró que los controles de la entidad “no están fallando” y que lo ocurrido con Verónica Díaz, la joven que murió tras recibir una dosis adulterada de un medicamento que contiene hierro, fue una “situación delictual”.
Según refirió Limeres, los controles de calidad de la Anmat están “bajo los estándares de calidad internacionales” y aseguró que “no están fallando” sino que “hay otras responsabilidades en el sistema que hay que investigar”.
La muerte de la joven rionegrina constituye, para Limeres, “un delito que derivó en homicidio más que una falsificación”. 
La adulteración de medicamentos se realiza, según explicó Limeres a radio Continental, como un “sistema de autopartes” en el que cada uno de los miembros tiene una función específica, todo coordinado por el que responsable la red de comercialización. 
La Anmat posee un programa que rastrea medicamentos ilegítimos a traves de inspecciones en todo el país en conjunto con las autoridades provinciales, pero no existen antecedentes de falsificación en inyecciones de este tipo sino que es más común la adulteración de cremas cosméticas, indicó el especialista.
“En muchos casos, los que ingresan los productos no lo hacen de mala fe, sino que los que tienen la culpa son aquellos que lo comercializan”, explicó el interventor.
La investigación quedó a cargo de la Fiscalía especializada de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos que contará con el aporte técnico de Anmat y ya se ordenó retirar preventivamente del mercado el lote legítimo del producto. 
Aunque en el caso de los cosméticos adulterados no constituyan una grave amenaza, Limeres aconsejó que también hay que realizar estrictos controles porque las falsificaciones en ese rubro son la “puerta de entrada” a la adulteración de medicamentos. 

Fuente: Diario Clarín


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