La inducción de tumores en ratón,
genéticamente idénticos a los procesos cancerosos en humanos,
es el objetivo del desarrollo de un nuevo modelo animal por parte del
CNIO. Así se quiere conocer el potencial de los oncogenes dependiendo
del tiempo en que estén expresados.
Un nuevo modelo de ratón desarrollado en el Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas (CNIO) intenta reproducir de la forma
más exacta posible la historia natural del cáncer humano
a través de la manipulación genómica del animal.
La novedad consiste en que, en vez de introducir las mutaciones en línea
germinal -que únicamente sirve para reproducir cánceres
hereditarios-, se inducen en el ratón las mismas mutaciones que
ocurren en los pacientes con cáncer, en los mismos tejidos y células
y además en animales adultos.
Reproducción exacta
Según Mariano Barbacid, director del CNIO, “la disponibilidad
de animales transgénicos y la posibilidad de manipular el genoma
del ratón en línea germinal ha permitido desarrollar modelos
animales que han servido para profundizar en el conocimiento del cáncer,
pero estos modelos no reproducen los tumores humanos de manera exacta”.
Dado que el oncogén Ras se encuentra mutado en un tercio de los
casos de cáncer, está siendo uno de los principales objetivos
de las investigaciones. La recombinasa Cre ERT2, que actúa como
receptor de estrógenos, es la encargada de activar el gen K-ras
en todas las células del animal. “Esta recombinasa se ha
introducido en dos células que pensamos que se expresan en todo
el organismo, la RNA polimerasa y la Cre ERT”, dijo ayer el director
del CNIO.
A pesar de que el gen K-ras se encuentra expresado en todos los órganos
mediante esta inducción selectiva del gen, y que la mitad de las
células lo tienen expresado, sólamente se han desarrollado
tumores en el pulmón, aunque también se han detectado hiperplasias
en otros órganos.
Son más de 260 genes alterados estructuralmente, sin incluir las
mutaciones epigenéticas o los cambios en los niveles de expresión,
“por lo que hay que seleccionar los más frecuentes, como
el Ras o el P53”, añadió Barbacid.
Dianas clave
Este nuevo modelo se utiliza también en la validación de
dianas terapéuticas a través de genómica funcional.
De esta forma se ha podido demostrar que, inhibiendo enzimas como la farnesil
transferasa o la Cdk2 -que durante los años 90 se postularon como
imprescindibles para el desarrollo tumoral en ratones-, no se produce
ninguna reducción en la evolución del cáncer en humanos.
Fuente: Diario Médico - España
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