El estudio,
publicado en una prestigiosa revista científica, se realizó
durante 50 años y abarcó una población de 35.000
personas. Y demostró que los fumadores mueren en promedio diez
años antes que los no fumadores. También mostró que
cuanto antes un fumador deje el hábito, más gana en expectativa
de vida.
El hábito de fumar no sólo cuesta al fumador los
correspondientes paquetes de cigarrillos. La adicción al tabaco
también puede valer diez años de vida. Esta es la principal
conclusión de un estudio divulgado ayer por la prestigiosa revista
internacional British Medical Journal. El trabajo, que fue realizado sobre
una población de casi 35.000 médicos y llevó 50 años
de investigación, indica que los fumadores mueren, en promedio,
10 años antes que aquellos que no poseen el hábito. Sin
embargo, los que planeen abandonar el cigarrillo no deben perder las esperanzas:
el estudio asegura que si se deja a los 40 años, se pueden ganar
nueve de expectativa de vida, por lo que la pérdida se reduce a
sólo un año. Y para los que decidan hacerlo a los 30, el
riesgo de morir por enfermedades vinculadas al uso de tabaco desaparece
casi totalmente.
El análisis fue hecho en torno a los hábitos vinculados
con el cigarrillo sobre una muestra de 34.439 médicos nacidos entre
1900 y 1930. Además de establecer que los que fumaron durante la
mayor parte de su vida vivieron una media de diez años menos que
los no fumadores, el estudio afirma que los consumidores de tabaco tienen
dos veces más posibilidades de morir antes de los 70 años,
en comparación con quienes no tienen el hábito. La investigación,
realizada desde 1951 a 2001, delinea una suerte de escala de vida que
señala que si la persona deja de fumar a los 60 años, gana
tres años de expectativa de vida, por lo que sólo se le
acortaría la vida en siete años, teniendo en cuenta la conclusión
del trabajo. Y si abandona a los 50, los años ganados ascienden
a seis.
El trabajo fue llevado a cabo por el científico británico
Richard Doll, que en 1954 confirmó por primera vez la relación
entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón. El especialista
también contó con la colaboración de los médicos
Richard Peto, Jillian Boreham e Isabelle Sutherland. La investigación
enfatiza, además, que dejar de fumar implica grandes beneficios
para la salud, sobre todo por la disminución en las posibilidades
de contraer cáncer o enfermedades cardiovasculares.
“A nivel mundial, el tabaco causará pronto seis millones
de muertos al año”, advirtió Peto. Y Argentina no
queda afuera: al año mueren en el país unas 40.000 personas
por enfermedades vinculadas al cigarrillo y el 68 por ciento de los chicos
de 9 y 10 años tienen las mismas características que las
de un fumador pasivo.
Otra de las observaciones de la investigación establece que en
el siglo XIX, la mayoría era fumador de pipa o cigarros, pero con
la llegada del siglo XX el boom de los cigarrillos provocó un rápido
crecimiento del cáncer de pulmón. Sin embargo, la directora
del Programa Argentina contra el Tabaco, de la Fundación Cardiológica
Argentina, Ana Tambussi, sostuvo a Página/12 que “el concepto
de que el habano y la pipa son menos perjudiciales es erróneo.
Este es uno de los grandes mitos, todo es perjudicial por igual. Porque,
además, fumar pipa genera cáncer de boca y de laringe”.
En la última conferencia mundial de tabaco, Peto aseguró
que las muertes vinculadas al cigarrillo alcanzan un 50 por ciento en
adultos fumadores de entre 35 años y 70 años. Según
Tambussi, hay trabajos que indican incluso que el tabaco “reduce
25 años la expectativa de vida”. De todos modos, la médica
ratificó que “cuanto más pronto se abandone, más
se recupera la expectativa de vida. Esto se usa como motivación
para la gente. Además, a los 20 años de haber dejado es
como si no se hubiese fumado nunca”.
El equipo del Doll, profesor emérito de Medicina en la Universidad
de Oxford, reveló también que las muertes asociadas con
el tabaco eran menores en los hombres nacidos en el siglo XIX. Pero en
el siglo XX, la situación empeoró. La probabilidad de morir
entre los 35 y los 69 años para los fumadores nacidos en los años
20 es de un 43 por ciento. Pero ese porcentaje se reduce al 15 por ciento
en el caso de los no fumadores, según indica la investigación.
Además, establece que esta franja de mortalidad entre los que tienen
el hábito y aquellos que no lo poseen se fue ampliando con el pasar
del tiempo debido a “la más temprana y másintensiva
adicción al cigarrillo”. Así, las diferencias en la
salud entre unos y otros se profundizaron en los últimos 50 años.
“El hecho de que las personas que dejan antes de los 30 tengan menos
posibilidades de contraer enfermedades no significa que alguien que sea
fumador no pueda adquirir una enfermedad antes de esa edad”, estimó
Isidoro Hasper, coordinador de la Comisión Tabaco o Salud de la
Secretaría de Salud del gobierno porteño. “Lo importante
es aclarar que el humo y el tabaco producen cáncer en el ser humano
y existen condiciones congénitas que hacen que algunas personas
desarrollen una enfermedad más fácilmente que otras”,
manifestó.
La investigación británica sostiene que aproximadamente
la mitad de los fumadores persistentes terminarían perdiendo la
vida por su hábito. “Los 50 años de estudio consolidan
esta apreciación”, puntualiza. Según Peto, profesor
de estadística médica y epidemiología y colaborador
del trabajo, el tabaco causó seis millones de muertos en el Reino
Unido en el último medio siglo. Por su parte, Alex Markham, de
la organización Cancer Research UK, manifestó que “el
tabaco es responsable de un tercio de las muertes por cáncer en
el Reino Unido”. “Desde que la investigación empezó
en 1951, el tabaco mató alrededor de cien millones de personas”
en el mundo, subrayó Markham.
La calidad de vida en la vejez mejoró “rápidamente”
para los no fumadores, aunque no ocurre lo mismo con los adictos al tabaco,
afirma el informe. El jefe de Neumología del Hospital de Clínicas,
Ricardo Gené, estimó que “las aparición de
enfermedades debidas al tabaco está vinculado a la cantidad de
cigarrillos que se fuman”. El médico indicó, además,
que “una de cada cinco personas que fumen 20 cigarrillos durante
diez años sufre de obstrucciones en los bronquios, lo que acorta
la vida”. En tanto, “ocho de cada diez personas que tienen
cáncer de pulmón lo contrajo por su adicción al cigarrillo”,
puntualizó.
Pero pese a que cuanto más joven es la persona menos posibilidades
hay de enfermarse, las estadísticas también señalan
que si a los 25 años se fuman 20 cigarrillos por día, “la
expectativa de vida se reduce cinco años. Porque, incluso, lo más
probable es que no deje a los 30 años”, agregó Gené.
El estudio fue bien recibido por diversas organizaciones médicas
como la Fundación Británica del Corazón, cuyo director,
el profesor Charles George, dijo que la investigación aporta una
“clara demostración de los efectos nocivos que tiene fumar
de forma persistente”.
Fuente: Maricel Seeger. Diario Pagina 12
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