La posibilidad de reducir el impacto de
determinadas enfermedades por medio del consumo de alimentos específicos
es una alternativa de prevención que se debe tener en cuenta para
mejorar la salud de la población. Diversas investigaciones indican
que el consumo adecuado de ácido fólico en la dieta es una
estrategia que ayuda prevenir trastornos como el cáncer, la enfermedad
vascular, los defectos de nacimiento y las complicaciones del embarazo.
Un trabajo publicado por un científico australiano describe la
importancia del consumo de ácido fólico y analiza la relación
que existe entre el perfil genético de una persona y el efecto
preventivo del ácido fólico.
“Las reservas de folato y las variaciones de los genes que codifican
para enzimas dependientes de folato están vinculadas con varias
formas de cáncer, enfermedad vascular, defectos de nacimiento y
complicaciones del embarazo. Esta situación se produce porque muchos
de los mecanismos que sostienen a la maquinaria genómica son sensibles
al nivel de vitamina B. En particular, son sensibles a la interacción
entre el consumo de folato y los polimorfismos de las enzimas dependientes
de folato”, informó el doctor Mark Lucock, de la Universidad
de Newcastle, Australia.
El especialista destacó la importancia de la relación entre
el perfil genético de un individuo, el nivel de un nutriente y
el riesgo de desarrollar enfermedades. La relación entre estos
elementos es la base de una especialidad científica conocida como
“nutrigenómica”. En el caso particular del ácido
fólico existen diversos perfiles genéticos que influyen
sobre el efecto final de esta vitamina.
Una de las variantes genéticas que influye sobre el efecto del
ácido fólico es el polimorfismo C677T del gen de la metilentetrahidrofolato
reductasa (MTHFR).
Por otra parte, el doctor Lucock analizó los riesgos vinculados
al consumo de formas no naturales de folato. En este sentido destacó
que el folato que se consume en los suplementos dietéticos y en
los alimentos fortificados es del tipo PGA (pteroyl monoglutamato). Por
lo tanto, se deben analizar la posibles consecuencias futuras de esta
práctica.
“Tenemos que conocer cuales son las consecuencias a largo plazo
de la exposición al PGA. Tal vez deberíamos evaluar la suplementación
con formas isoméricas de folato nativo que representa la forma
natural de la vitamina en los alimentos y también podríamos
recurrir a formas simples de preservar la actividad del folato nativo
durante el proceso de preparación de alimentos”, sugirió
el profesional en un reciente artículo publicado en la revista
British Medical Journal.
Referencias: Lucock M. Is folic acid the ultimate functional food component
for disease prevention? British Medical Journal; 328: 211-4. (24 de enero
de 2004)
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