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La falta de agua potable mata dos millones de niños por año

Las estadísticas reflejan la situación mundial y, en promedio, arrojan que unos 5.000 chicos mueren todos los días. Argentina no está fuera de peligro en este alarmante panorama.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), manifestó que las enfermedades por la falta de agua de red y de higiene son las responsables de la muerte de cerca de dos millones de niños al año y de graves afecciones.
En un comunicado de prensa, la agencia de las Naciones Unidas denuncia la muerte a diario de 5.000 niños por males como la diarrea, el cólera o el tifus.
Asimismo, insta a los gobiernos a prestar una mayor atención a estas carencias en lugares afectados por desastres naturales o humanos.
“Los desastres naturales como terremotos e inundaciones, así como los causados por el hombre, por caso los conflictos armados, destruyen y contaminan los suministros de agua y ponen en grave peligro la vida de los niños”, expresó Carol Bellamy, directora ejecutiva de UNICEF.
Actualmente, según agregó, este tipo de enfermedades relacionadas con la salubridad del agua son una de las principales causas de mortalidad infantil, especialmente de niños menores de cinco años, junto con otras afecciones como la neumonía, la malaria y el sarampión.
El año pasado, UNICEF ofreció asistencia sanitaria de emergencia en desastres como el terremoto de Bam en Irán y en las últimas inundaciones en Bangladesh, en donde no sólo contribuyó en la distribución de agua potable, sino también asistió en la desinfección de conductos acuíferos.
También prestó ayuda para rehabilitar la infraestructura hidráulica a Etiopía en 2003, después de que el país padeciera una fuerte sequía, y donde 4,2 millones de etíopes sufrieron sus efectos.
Recientemente, los habitantes de Liberia también se han beneficiado de los programas sanitarios de UNICEF tras la guerra civil de 14 años que vivió el país africano.
En descenso. Si bien los números de mortalidad infantil por carencia de agua potable, asustan, hay un sensible avance respecto de la década del ‘80, cuando morían tres millones de niños al año.

Riachuelo de Buenos Aires Un lugar donde los chicos tienen plomo en la sangre

Cuando el primer equipo de Boca Juniors posó el domingo frente a los fotógrafos portando una bandera que decía “Riachuelo: contaminación y muerte”, pocos habrán deducido que detrás de ese mensaje, más del 50 por ciento de los niños de entre 7 y 11 años que viven a orillas del Riachuelo tienen plomo en la sangre.
Esta es una de las dramáticas conclusiones de un amplio estudio de la Defensoría del Pueblo de la Nación sobre este río cada vez en peor estado, pese a que hace ya casi una década que la entonces secretaria de Recursos Naturales, María Julia Alsogaray, hoy bajo arresto, prometió que en mil días la gente podría bañarse en sus aguas.
Investigadores de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) determinaron que, además de plomo, un 10 por ciento de los niños que viven en una de las villas vecinas al Riachuelo poseen cromo en la orina.
En la zona comprendida por la cuenca Matanza-Riachuelo viven 4.800.000 personas que toleran conductas homicidas para la salud colectiva de la población y del medio ambiente, señala el estudio.
A lo largo de la cuenca existen metales y sustancias como plomo, mercurio, cromo, xileno, etilbenceno y tolueno, que provocan plagas, infecciones y enfermedades como leptospirosis, peste pulmonar, hantavirus, fiebre hemorrágica, tétanos, parásitos, dengue, diarrea y hepatitis.
De persistir la actual situación, dentro de un lustro, unas 5 millones de personas estarán en peligro de contaminación, lo que equivale al 14 por ciento de la población de Argentina, según advierte la Defensoría.
En caso de que el gobierno no dé ninguna respuesta, la Defensoría, junto con las entidades que realizaron el informe, iniciará en marzo acciones legales contra el Estado.
Así lo confirmó Daniel Pertiñal, abogado de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales de Argentina, una de las entidades que participaron de la elaboración del estudio.
A tono, el defensor del pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, manifestó que el organismo iniciará un juicio contra el Estado si no se revierte la situación de emergencia ambiental y sanitaria en la que se encuentra la cuenca Matanza-Riachuelo, que abarca territorios de la Capital Federal y 14 municipios de la provincia de Buenos Aires.
Basurales sí, agua potable no. La Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado de Argentina, en tanto, denunció la existencia de más de 100 basurales sobre unas 400 hectáreas en la región, a los que se suman otros 40 clandestinos, detectados en julio último.
El trabajo sostiene que los lugares más afectados son los más cercanos al polo petroquímico de Dock Sud, por lo que el ombudsman argentino exigió su traslado.
Además, en la actualidad, el 55 por ciento de los habitantes de la zona carece de cloacas, mientras que el 35 por ciento no tiene acceso al agua potable.
De acuerdo con la investigación, no existen estudios epidemiológicos realizados sobre la población de la cuenca, que en su mayoría es de bajo nivel socio-económico.
En abril del año pasado, Mondino solicitó al ministro de Salud Ginés González García que realice un estudio de estas características, pero recibió como respuesta que no era necesario.
No obstante, el mal olor y las grandes cantidades de basura que rodean al Riachuelo advierten que la población de la cuenca está seriamente afectada por metales pesados presentes en el aire, en el suelo y en el agua.
“Este es uno de los principales problemas socioambientales de Argentina y es uno de los ríos más contaminados de Latinoamérica”, aseguró Pertiñal.
La Defensoría del Pueblo solicitó la creación de una Autoridad de Cuenca para realizar un saneamiento en forma interjurisdiccional.
Según el abogado constitucionalista Daniel Sabsay, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales: “la situación de la cuenca es un mamarracho jurídico, ya que hay 22 autoridades de aplicación, con más de 50 normas de diferentes jurisdicciones”.
Hoy existe un Comité Ejecutor de la Cuenca Matanza-Riachuelo que, de acuerdo con los expertos, ha padecido una notoria debilidad, sin suficiente peso político, ni capacidad ejecutora.
Culpables. El defensor del pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, aseguró que 65 empresas, cuyas plantas bordean el río, son responsables del 80 por ciento de la contaminación del Riachuelo, a partir de materiales que no son procesados.
¿Adónde fue el dinero? En 1998, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinó un préstamo de 250 millones de dólares a la Argentina para llevar a cabo el Programa de Gestión Ambiental y Manejo de la Cuenca. La mayor parte se gastó en supuestos trabajos de consultoría y el BID multó al Estado con 6 millones de dólares por no haber dedicado los fondos al saneamiento.
Fuente: La Nueva Provincia – Bahía Blanca


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