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Factores de riesgo emergentes de enfermedad vascular

La identificación de personas con mayor probabilidad de sufrir eventos provocados por la obstrucción de la circulación de la sangre se puede realizar por medio de la investigación de los factores de riesgo. Los principales factores de riesgo que están asociados con la enfermedad vascular son la hipertensión, la dislipidemia, el hábito de fumar y la diabetes mellitus.
Actualmente se considera que existen otros factores que podrían ayudar identificar a las personas en riesgo. Un trabajo publicado por especialistas canadienses analiza la relación entre el desarrollo de enfermedad vascular aterosclerótica y la concentración de cuatro indicadores de riesgo emergentes: la proteína C reactiva, la lipoproteína (a), el fibrinógeno y la homocisteína.
“En años recientes se han propuesto varios factores de riesgo con capacidad de predicción de aterosclerosis y sus complicaciones. Nosotros realizamos un trabajo de revisión sobre cuatro de estos factores de riesgo emergentes. Seleccionamos a estos cuatro factores porque existe evidencia sustancial sobre su habilidad predictiva, existe una base genética de enfermedad prematura, hay tratamientos disponibles y se están investigando en diversos estudios clínicos”, señalaron los doctores Daniel Hackam y Sonia Anand, de la Universidad McMaster, ubicada en la ciudad de Hamilton (Canadá).
Los profesionales realizaron una revisión sobre 373 estudios científicos publicados entre enero de 1990 y enero de 2003. Los trabajos seleccionados brindaban información sobre la relación entre el riesgo de enfermedad aterosclerótica y la concentración de proteína C reactiva, lipoproteína (a), fibrinógeno y homocisteína.
Con respecto a la proteína C reactiva, los investigadores observaron que el uso de este indicador para la estimación del riesgo global tiene limitaciones. Por ejemplo, la proteína C reactiva tiene baja especificidad en el marco de estados inflamatorios coexistentes (infecciones, artritis reumatoide, enfermedad pulmonar crónica). Por otra parte, existen muy pocos estudios realizados en grupos de población no blanca. Hasta el momento, no hay resultados de ensayos clínicos prospectivos que demuestren que al bajar el valor de proteína C reactiva se reduce el riesgo vascular.
En el caso de la lipoproteína (a) se observó que actualmente no existe un método estandarizado para la determinación de esta lipoproteína, pero se destacan los esfuerzos que realiza en este sentido la Federación Internacional de Química Clínica (IFCC). Además, por el momento no se ha demostrado que la reducción del nivel de lipoproteína (a) conduce a una disminución del riesgo vascular.
Al analizar la importancia del fibrinógeno sobre el riesgo de desarrollar enfermedad vascular, los especialistas consideraron que se necesitan nuevos ensayos clínicos antes de establecer si el fibrinógeno tiene un papel causal en el proceso de aterotrombosis o si es simplemente un marcador del grado de daño vascular que se está produciendo.
Finalmente, con respecto a la homocisteína se observó que para determinar si este aminoácido tiene un papel causal en la patogénesis de la aterosclerosis o si es un marcador de la enfermedad vascular existente se deberá esperar a que concluyan una serie de ensayos clínicos controlados y randomizados. En estos ensayos se analiza el impacto de las vitaminas que reducen la concentración de homocisteína sobre el nivel de riesgo cardiovascular.
“Los datos epidemiológicos y la evidencia científica básica apoyan, con distinta intensidad, la asociación independiente entre estos cuatro factores de riesgo y la enfermedad vascular aterosclerótica. Sin embargo, hay pocos datos sobre el beneficio aditivo del screening de estos factores en comparación con las estrategias de evaluación de riesgo que están en uso actualmente. Además, los estudios de intervención controlada dirigidos sobre individuos con estos factores para probar las terapias de reducción de riesgo son escasos”, destacaron los autores en un artículo publicado en la revista Journal of the American Medical Association.

Referencia:
Hackam D, et al. Emerging risk factors for atherosclerotic vascular disease. A critical review of the evidence. Journal of the American Medical Association; 290: 932-40. (20 de agosto de 2003)


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