Sensibilidad a compuestos
químicos
¿Una enfermedad provocada por el hombre? Probablemente. No se ha
logrado aún determinar si el Síndrome de sensibilidad “
a compuestos químicos, también denominado Intolerancia ambiental
idiopática, es una enfermedad con entidad propia, clínicamente
definida, pero lo cierto es que afecta a cada vez más personas.
Ana María Evangelista de Duffard
Laboratorio de Toxicología Experimental (LATOEX), Facultad de Ciencias
Bioquímicas y Farmacé
El síndrome de sensibilidad a compuestos químicos es un
desorden adquirido que se presenta con múltiples síntomas
recurrentes asociados a diversos factores ambientales que son, sin embargo,
tolerados por la mayoría de la gente. Los síntomas, que
pueden afectar al sistema nervioso y a otros órganos, comienzan
luego de la exposición a muy bajos niveles de compuestos químicos
que se encuentran en los alimentos o en el agua, en el ambiente de trabajo
o en los artículos de tocador y limpieza hogareña (véase
‘¿Qué es el síndrome de sensibilidad a compuestos
químicos?’).
Es el mismo paciente quien reconoce un deterioro en su salud que ha perdurado
varios meses.
Las alteraciones, que pueden ser diferentes de persona a persona, son
reproducibles cuando se expone nuevamente al paciente a la/s misma/s sustancia/s
y mejoran o desaparecen cuando se retira el compuesto químico o
la persona se aleja del ambiente perjudicial (véase ‘Síntomas
más comunes del síndrome de sensibilidad a compuestos químicos’).
¿Qué es el síndrome de sensibilidad
a compuestos químicos?
• Tiene un olfato superior al de otra personas.
• No tolera las bebidas alcohólicas.
• Se siente ‘descompuesto’ en determinados locales
o negocios.
• Los perfumes u otros productos tales como los refrescantes
de ambiente, el humo del cigarrillo o el del caño de escape
de los autos le molestan y pueden producirle rubor ‘con sensación
de ardor’ en las mejillas, lóbulos de las orejas, cuello,
etc.
• Tiene arrugas en los párpados y surcos en la nariz
por el continuo frotarla hacia arriba.
• No tolera ciertos medicamentos.
• Las vitaminas no le ayudan, hasta le hacen sentir peor.
• En un ambiente urbano reaccionan lentamente a un estímulo. |
Los síntomas relatados por los pacientes son
de naturaleza múltiple: rinitis, bronquitis crónica, dolor
de cabeza, migrañas, colon irritable, artritis, síndrome
de fatiga crónica, irregularidades en el ciclo menstrual, dolor
crónico pelviano, gran sangrado menstrual, depresión, ansiedad
y desorden de pánico, entre otros. Generalmente es afectado un
determinado órgano o función, aunque se presentan síntomas
secundarios en otros. Estos síntomas, en su comienzo, son reversibles,
pero de no ser diagnosticados a tiempo pueden instalarse definitivamente.
Por otro lado, desorienta el hecho de que no existe una relación
de estructura/actividad entre los compuestos químicos desencadenantes
de la situación: las sustancias responsables no están relacionadas
químicamente.
En nuestro país todavía no se ha tomado conciencia de la
gravedad de este síndrome. Las personas que lo padecen terminan
agotadas por el gasto de energía que esto implica. Generalmente
son individuos incomprendidos por sus colegas de trabajo o familiares,
considerados personas quisquillosas, malhumoradas o ‘difíciles’;
consultan distintos médicos pues ninguno satisface sus necesidades
o no dan importancia al problema, a veces por incapacidad de diagnosticarlo.
Muchas veces estos pacientes son rotulados como hípocondríacos
(véase ‘Características de una persona que puede padecer
el síndrome de sensibilidad a compuestos químicos’).
Características de
una persona que puede padecer el síndrome de sensibilidad a
compuestos químicos
• Tiene un olfato superior al de otra
personas.
• No tolera las bebidas alcohólicas.
• Se siente ‘descompuesto’ en determinados locales
o negocios.
• Los perfumes u otros productos tales como los refrescantes
de ambiente, el humo del cigarrillo o el del caño de escape
de los autos le molestan y pueden producirle rubor ‘con sensación
de ardor’ en las mejillas, lóbulos de las orejas, cuello,
etc.
• Tiene arrugas en los párpados y surcos en la nariz
por el continuo frotarla hacia arriba.
• No tolera ciertos medicamentos.
• Las vitaminas no le ayudan, hasta le hacen sentir peor.
• En un ambiente urbano reaccionan lentamente a un estímulo. |
En una serie de publicaciones del Board of Environmental
Studies in Toxicology of the National Research Council (NRC), EEUU, se
recomiendan algunos biomarcadores de salud ambiental (véase el
Glosario). Muchos de ellos son determinados por pruebas de laboratorio
o procedimientos funcionales tales como espirometría o imágenes
cerebrales funcionales -electroencefalografía cuantitativa, mapeo
de la actividad eléctrica cerebral, tomografía de emisión
a positrones y tomografía computada de emisión de fotones-.
Es fundamental tener en cuenta el relato del paciente; muchos asocian
la aparición de los síntomas con algún perfume, desodorantes,
aerosoles de ambiente, detergentes, productos de limpieza en general,
gasolina, insecticidas en aerosol es, humo del cigarrillo, etc., y manifiestan
también intolerancia a las bebidas alcohólicas. El paciente
puede manifestar un cierto retardo para responder a preguntas sencillas
o en su reacción ante un estímulo; diríamos vulgarmente
que son personas ‘lentas’.
Muchas veces los pacientes informan que sus síntomas comenzaron
después de una sobre exposición a un compuesto químico
determinado, por ejemplo un plaguicida -DDT, fosforados- o un solvente
y que sus síntomas reaparecen cuando se exponen aun a muy bajos
niveles de dicho compuesto.
Una situación común es la instauración de aditividad
o de sinergismo en las respuestas (véase el Glosario). En el primer
caso, un paciente que presenta sensibilidad al moho, y cuyo cuadro es
‘nariz chorreando agua’ y que también es sensible al
formaldehido (véase ‘Fuentes comunes de formaldehido’)
que se manifiesta con ojos enrojecidos reaccionará, ante la exposición
a ambos, con ‘nariz chorreando agua y ojos enrojecidos’. En
el caso de sinergismo, una persona enfrentada a los dos químicos
presentará, además de los síntomas anteriores, la
cara y extremidades hinchadas, edematosas.
Compuestos químicos que se liberan
de una alfombra
·Benceno
·Estireno.
·Formaldehido.
·Ftalatos.
·Metacrilato.
·Metil naftaleno
·Tetracloroetileno.
·Tolueno.
·Xileno. |
Los diferentes tratamientos descriptos en la literatura
indican evitar la exposición a los químicos, la ingesta
de multivitaminas, la restricción o rotación en las dietas
y la detoxificación en saunas. En realidad, la única solución
eficaz es alejar al individuo susceptible del compuesto tóxico,
pero para ello es preciso detectarlo.
Causas que pueden desencadenar la sensibilidad a los químicos
El síndrome de sensibilidad a compuestos químicos puede
desencadenarse en diferentes formas. Por ejemplo, un individuo que trabaja
en una planta química se ve expuesto a xileno debido a un accidente
y comienza a tener dolor de cabeza y síntomas semejantes a una
gripe. El cuadro cesa, pero semanas después, en su lugar de trabajo
o en su hogar, desarrolla asma y sensibilidad a otros compuestos ambientales,
tanto tóxicos como inocuos.
También se ha documentado la aparición de este síndrome
en forma masiva. Así, durante la segunda guerra mundial parte de
la tropa fue gaseada con gas mostaza o con DDT para combatir la fiebre
tifoidea, y en la guerra entre EEUU y Vietnam, pobladores vietnamitas
y soldados estadounidenses fueron rociados con el agente naranja, una
mezcla de herbicidas utilizada para desfoliar la selva. Finalmente, en
Bophal, India, debido a un accidente de una planta química de la
industria ICI, alrededor de 86.000 ciudadanos fueron expuestos a grandes
cantidades de metíl, isocianato. En los tres casos mencionados,
muchos de los sobrevivientes desarrollaron el síndrome de sensibilidad
a compuestos químicos.
Síntomas más comunes
del síndrome de sensibilidad a compuestos químicos
·Depresión.
·Desórdenes de la piel (prurito, manchas).
·Desvanecimiento, mareos, confusión, pérdida
de memoria.
·Dificultad para respirar.
·Dolor de cabeza.
·Dolor en el pecho.
·Dolor muscular y en la unión neuromuscular.
·Fatiga.
·Incapacidad para concentrarse.
·Irritación en los ojos, nariz y garganta.
·Malestar, indisposición, desazón.
·Problemas gastrointestinales. |
A pesar de los ejemplos relatados, existe una subpoblación en la
cual es difícil de discernir la causa específica de la enfermedad.
A este grupo pertenecen individuos que desarrollaron el síndrome
luego de una persistente y subaguda exposición a bajas dosis de
uno o varios compuestos químicos. Se cree que en estos casos la
vulnerabilidad individual se incrementó debido a un quiebre o debilitamiento
de los mecanismos de resistencia y/o defensa de sus organismos.
Mecanismos implicados en la instauración
del síndrome
Existen tres teorías aceptadas que explicarían el síndrome
de sensibilidad a compuestos químicos: la inmunológica,
la neurológica y la psicológica. Analizaremos cada una de
ellas.
El desorden del sistema inmune ha sido sugerido como causante o contribuyente
en la aparición del síndrome, ya que algunos médicos
utilizaron pruebas de sensibilización del sistema inmune y/o determinaciones
de parámetros inmunes en el diagnóstico, mientras que otros
emplearon regímenes terapéuticos -dietas específicas,
vitaminas, etc.- para tratar a los pacientes.
Sin embargo, estos investigadores están de acuerdo en que este
desorden difiere de las alergias, de las deficiencias inmunológicas
y de las enfermedades autoinmunes, y creen que no está mediado
exclusivamente por mecanismos inmunológicos. Aceptan que el síndrome
está asociado con una forma más general de ‘desregulación
inmunológica’, que tiende a hacer que sus síntomas
sean muy complejos; también sugieren una interacción de
los mediadores inmunológicos con el sistema neuroendócrino.
Aunque esta teoría no es compartida por muchos investigadores y
médicos, se reconoce que las reacciones alérgicas e inmunotoxicológicas
estarían involucradas en el desencadenamiento de la sensibilidad.
La alergia a los químicos comprende solo a una pequeña -aunque
significativa- parte del espectro total del síndrome. Un ejemplo
interesante de estas reacciones es la originada por la exposición
a diisocianato de tolueno, el cual genera la aparición de anticuerpos
de la clase IgE, responsables de la aparición de asma y disfunciones
respiratorias o vasculares. En cambio, en la exposición al formaldehido
los anticuerpos implicados son de la clase IgG, no relacionados con las
reacciones alérgicas. Curiosamente, en ambos casos la manifestación
clínica puede ser rinitis.
Debido a que la respuesta inmune y la inflamación están
muy relacionadas, se supone que esta última puede estar asociada
al síndrome debido a los mediadores liberados desde la membrana
celular por la acción de radicales libres producidos por los compuestos
tóxicos. Se sugirió, por ejemplo, que la inflamación
observada en el tracto respiratorio se asemeja a los cambios descriptos
en otras condiciones que incluyen hiperreactividad de las vías
aéreas. Una exposición aguda a una sustancia química
siempre será seguida por una intolerancia crónica a bajos
niveles del compuesto. Este proceso fue observado en el síndrome
de disfunción de las vías aéreas en el cual la exposición
a dosis altas de un irritante es seguida por asma crónica con hiperreactividad
bronquial.
Es decir que algunos investigadores proponen que la sensibilidad a los
químicos solo sería un síntoma de inflamación
de las vías aéreas y que este hecho desencadenaría
los otros síntomas, tales como náuseas, fatiga, confusión
mental y mialgia. El mecanismo por el cual se causaría la inflamación
de las vías aéreas estaría basado en una interacción
química con quimiorreceptores o nervios sensoriales que liberarían
diferentes mediadores. Sin embargo, otras investigaciones no pudieron
relacionar directamente la liberación de estos mediadores con la
instauración del síndrome.
Las teorías que implican los mecanismos neurológicos proponen
que la estimulación neural es el mecanismo fundamental para explicar
este desorden. En el modelo más conocido se han descripto varias
formas de sensibilización que incluyen tanto el fenómeno
de excitación límbica –animales que expuesto a electricidad
o compuestos químicos presentan una anormal actividad eléctrica
cerebral y descargas epilépticas- hasta sensibilización
tiempo-dependiente de respuestas neuroquímicas, inmunológicas,
endocrinológicas y comportamentales. Así, algunos individuos
pueden modificar el modelo de respuestas comportamentales relacionadas
a determinados neurotransmisores -entre ellos dopamina y serotonina- cuando
están expuestos a compuestos químicos ambientales adicionales.
Esta forma de sensibilización involucra directamente a los sistemas
límbico y mesolímbico (véase el Glosario) e incluyen
estructuras directamente relacionadas con la emoción y lo cognitivo.
En apoyo a esta teoría podemos citar que cuando se estudiaron ratas
sensibles al insecticida diisopropilfluorfosfato se pudo observar que
en ellas se incrementaba la cantidad de los receptores colinérgicos
cerebrales y que los animales presentaban cambios comportamentales semejantes
a los de las personas bajo depresión.
Se piensa que existen también mecanismos psicológicos en
la ocurrencia del síndrome de sensibilidad a compuestos químicos,
como serían a su vez los factores psiquiátricos asociados
frecuentemente al desorden del pánico o al del estrés postraumático.
Se recomienda en estos pacientes una evaluación psicológica
que comprende los estados de ansiedad, depresión y somatización.
Aunque los pacientes generalmente informan una gran prevalencia de ansiedad
o desórdenes depresivos, no ha podido demostrarse que estos trastornos
precedan al desencadenamiento del ataque de sensibilidad al químico.
Ciertos investigadores concluyen, por lo tanto, que los síntomas
psicológicos son un componente central en la manifestación
del síndrome de sensibilidad a compuestos químicos, aunque
no serían la causa del mismo.
Otros síndromes relacionados
Un síndrome muy estudiado pero todavía poco entendido es
el de la ‘Enfermedad del edificio’. Las personas que lo padecen
presentan irritación en los ojos, nariz y garganta, dolor de cabeza,
tos, dificultad en respirar, fatiga, visión borrosa, cansancio
y dificultad para concentrarse, cuando se encuentran en un edificio en
especial. La causa del desorden es desconocida, pero habitualmente está
relacionada con una falta de aireación que causa una concentración
de vapores originados en fuentes tales como materiales de construcción,
de carpintería o de oficina -las alfombras, por ejemplo-, aunque
también fue asociada a la presencia de organismos biológicos
en los sistemas de ventilación. Los negocios de las galerías
de compra o los centros comerciales son los lugares que reúnen
todas las características para ser considerados dentro de la categoría
de ‘edificio hermético’ (véase ‘Agentes
químicos comprobados como iniciadores del síndrome del edificio
hermético’ y ‘Compuestos químicos que se liberan
de una alfombra’).
Un cuadro especial se diagnosticó en niños; se lo denomina
‘niño irritable’ o ‘niño insoportable’.
Surgió de la observación sistematizada de la doctora Doris
Rapp, médica estadounidense, profesora de Pediatría en la
Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo, quien se atrevió
a decir que niños y adultos podían actuar en forma extraña
al comer o respirar ciertos compuestos que en un principio catalogó
como alergenos.
En general, cuando un niño exhibe un comportamiento anormal no
relacionado a alguna dolencia conocida, se le diagnostica un desajuste
emocional y se lo refiere al psiquiatra, quien generalmente le atribuirá
una relación padre-hijo anormal. Por ejemplo, si el niño
orina en la cama significará que odia/teme a su madre, si tiene
dolor de cabeza subliminó la agresión y si es hiperactivo
está básicamente deprimido.
Se considera actualmente que muchos de esos comportamientos estarían
relacionados con la dieta del niño. Un chico puede desarrollar
sensibilidad a la leche y expresarlo con hiperactividad, hipoactividad,
crueldad, asma, dolor de cabeza, depresión, cansancio u orinar
en la cama. Es decir que, en algunos casos, la alteración de la
conducta tendría un origen fisiológico.
Estos chicos tienen problemas de disciplina en la escuela o en el hogar,
son distraídos y tienen poca concentración en el estudio.
Decirle a un niño hiperactivo que se quede quieto es inútil,
ya que no puede hacerlo. Más aún, si un niño crece
escuchando permanentemente palabras negativas es muy probable que se transforme
en un adulto con baja autoestima y con problemas de conducta social. Los
padres y maestros deben replantearse qué hacer con estos ‘niños-problema’
y sus médicos considerar alternativas a la medicación.
AGENTES QUÍMICOS COMPROBADOS COMO INICIADORES DEL SÍNDROME
DEL EDIFICIO HERMÉTICO
Alcanos. Dióxido de Carbono. Formaldehídos. Hexano. Monóxido
de carbono. Otros hidrocarburos. Óxidos del nitrógeno. Ozono.
Percloroetileno. Tolueno. Tricloroetileno. Xileno.
Un enfoque clínico ecológico
Después de realizar consultas con diferentes médicos, el
paciente puede buscar ayuda en especialistas que practican la medicina
ecológica. Estos profesionales enfocan su diagnóstico considerando
que los contaminantes ambientales y ciertos alimentos pueden ser responsables
de enfermedades que presentan una gran variedad de síntomas diferentes,
y que en estos casos el sistema inmune del paciente está funcionalmente
deprimido. Sin embargo la terapia recomendada –sesiones de ‘limpieza’
corporal en sanatorios especializados- resulta cara para el paciente,
y las obras sociales no la cubren. Algunas veces es necesario que el paciente
cambie de hábitos y aún de lugar de trabajo. Pero también
es cierto que existen profesionales desaprensivos que se aprovechan de
la ignorancia de sus colegas y utilizan este nuevo enfoque de la medicina
exclusivamente desde un aspecto comercial, lo cual aumenta la desazón
del paciente, que se siente estafado en su buena fe.
La American Academy of Environmetal Medicine (AAEM) es una de las asociaciones
científicas que agrupa a investigadores y médicos que estudian,
tratan de entender y ayudar a las personas que sufren del síndrome
de sensibilidad a compuestos químicos. Para unificar criterios,
la AAEM presentó una visión de su filosofía y brindó
una serie de definiciones, que pueden ser solicitadas a la autora del
artículo
.
CARACTERIZACIÓN DE RIESGO EN INDIVIDUOS ALTAMENTE SENSIBLES
O SUSCEPTIBLES
Los individuos altamente sensibles –o susceptibles- son aquellos
que, dentro de una población expuesta a compuestos químicos,
tienen mayor probabilidad de expresar el efecto tóxico concerniente
al compuesto químico.
Aunque todos los estados de maduración del sistema nerviosos deben
ser considerados altamente susceptibles, es en ciertas subpoblaciones,
tales como los bebés y los niños, el quienes el peligro
de la exposición a compuestos químicos es mayor. Esto sucede
debido a la limitada capacidad que posee el sistema nervioso para regenerar
células o compensal el insulto neurotóxico. No se conoce
lo suficiente acerca de los mecanismos de toxicidad como para identificar
subgrupos sensibles a todos los agentes químicos, aunque algunos
factores tales como la nutrición, ámbitos personales –el
consumo de alcohol, de drogas o el cigarrillo- enfermedades preexistentes
–diabetes, enfermedades neurológicas o de transmisión
sexual, etc- pueden predisponer a algunos individuos a ser más
sensibles a los efectos tóxicos de agentes específicos.
Es interesante notar que se han observado diferencias de respuestas relacionadas
al sexo, las cuales estarían ligadas a factoes toxicodinámicos
o toxicocinéticos del xenobiótico.
Fuentes comunes de formaldehídos
·Alfombras, cortinados y tapicería.
·Cigarrillos.
·Cosméticos, dentífrico, shampoo, acondicionador.
·Material de limpieza hogareña y comercial.
·Materiales de construcción.
·Plásticos.
·Productos del papel.
·Refrescantes de ambiente.
·Tinturas.
|
LECTURAS SUGERIDAS
• RAPP DJ, 1995, El niño insoportable. Guía para padres
y maestros responsables en la escuela y en el hogar, Practical Allergy
Research Foundation, Buffalo, New York, edición en español.
• REA WJ, JOHNSON AR, ROSS GH, BUTLER JR, FENYVES EJ, GRIFFITHS
B, 1992, ‘Considerations for the diagnosis of chemical sensitivity’,
In: Multiple Sensitivities, Washington, DC, National Academy Press.
• ROGERS SA, 1990, , Tired or Toxic? A Blueprint for Health’.
Prestige Publishing Syracuse, New York.
• ROGERS SA, 1998, ‘The Interagency Workgroup on Multiple
Chemical Sensitivity’, A report on Multiple Chemical Sensitivity
(MCS), August 24, Predecisional Draft.
* Por cuestiones de espacio se han retirado de esta publicación
científica dos recuadros relacionados con el tema, los que se encuentran
en la versión original publicada en la Revista Ciencia Hoy (Vol.
12, nº. 69, junio/julio 2002).
GLOSARIO
Adición: Es el resultado del efecto adverso
de dos tóxicos administrados simultáneamente, y es igual
a la suma de los efectos de cada uno de ellos por separado. En este
caso los compuestos químicos actuarían a través
del mismo mecanismo de acción.
Alergeno: Sustancia capaz de provocar alergia o hipersensibilidad
específica, que actúa como un antígeno y origina
manifestaciones nocivas que pueden estar mediadas por anticuerpos
o por células.
Biomarcador: Son indicadores de eventos en sistemas
biológicos, que pueden ser utilizados para comprender la relación
-si la hubiese- entre un xenobiótico y una enfermedad, Biomarcador
de efecto: Algún cambio cuali/cuantitativamente predictivo
o una alteración en la salud resultante de la exposición
a un xenobiótico.
Biomarcador de exposición: Sustancia exógena
dentro de un sistema vivo o el producto interactivo .entre el xenobiótico
y un compuesto endógeno, o sea propio del individuo.
Biomarcador de susceptibilidad: Indicadores de que el estado de salud
de un organismo es especialmente sensible a un desafío de exposición
a un xenobiótico.
Estrés: Conjunto de reacciones biológicas
que aparecen ante cualquier estímulo adverso, ya sea físico,
químico mental o emocional, interno o externo que tiende a
perturbar la homeostasis de un organismo.
Estresores: Estímulos que provocan estrés.
Homeostasis: Tendencia a la uniformidad o estabilidad
del equilibrio fisicoquímico del medio interno.
Receptores colinérgicos cerebrales: Moléculas específicas
de las membranas de algunas neuronas -denominadas neuronas colinérgicas-
que reconocen y se unen a la acetilcolina.
Sinergismo: El efecto adverso de dos tóxicos
administrados simultáneamente es mayor que la suma de los efectos
de cada uno de ellos por separado. En este caso los compuestos tendrían
mecanismos de acción diferentes.
Sistemas límbico y mesolímbico: Grupo de núcleos
cerebrales interconectados que se ubica alrededor del tronco encefálico,
en la superficie ventromedial del cerebro. Está relacionado
con el control de las emociones y del comportamiento.
Toxicocinética: Dinámica de la absorción,
distribución, depósito y eliminación de los compuestos
tóxicos.
Toxicodinamia: Mecanismos de acción y relación
entre la concentración y el efecto de los tóxicos. Estudio
de mecanismos bioquímícos y fisiológicos de los
tóxicos y sus mecanismos de acción.
Xenobiótico: Compuesto químico no relacionado
con el ser vivo.
Interacción de xenobióticos: dos o más sustancias
químicas pueden interactuar debido a alteraciones en la absorción,
unión a proteínas, biotransformación y excreción
de uno o ambos de los xenobióticos. La respuesta adversa puede
resultar aumentada o disminuida. |
Ana Marta Evangelista de Duffard: Doctora en Bioqutmica,
Universidad Nacional de Córdoba. Investigadora Independiente. Profesora
Asociada de Toxicologta y Vicedirectora del Laboratorio de Toxicología
Experimental (LATOEX). Facultad de Ciencias Bioqutmicas y Farmacéuticas,
Universidad Nacional de Rosario.
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