Un reciente informe publicado por
especialistas canadienses describe las características de los nuevos
productos anticoagulantes.
El uso de drogas anticoagulantes es una alternativa terapéutica
que ayuda a mantener el control de la hemostasia en pacientes con riesgo
de trombosis. Los anticoagulantes que se utilizan con mayor frecuencia
son la heparina y la warfarina. Más allá del uso de estos
productos, varios grupos de científicos están investigando
las cualidades de diversas drogas que tienen propiedades antitrombóticas.
Un reciente informe publicado por especialistas canadienses describe las
características de los nuevos productos anticoagulantes.
“Las nuevas drogas anticoagulantes están dirigidas contra
etapas específicas de la coagulación. El inicio de la coagulación
se puede inhibir mediante agentes que tienen como objetivo al complejo
del factor VIIa/factor tisular. La propagación de la coagulación
se puede bloquear por medio de drogas apuntan a los factores IXa o Xa,
o por inactivación de los factores Va o VIIIa. Por su parte, los
inhibidores de trombina previenen la formación de fibrina, bloquean
la activación de los factores V, VIII y XI, y reducen la agregación
de las plaquetas”, indicaron los doctores Shannon Bates y Jeffrey
Weitz, del Departamento de Medicina de la Universidad McMaster (Hamilton,
Canadá).
La coagulación es un proceso complejo que está constituído
por varios pasos. El daño de la pared vascular y la liberación
del factor tisular (FT) inician la cascada de coagulación en arterias
y venas. En presencia de calcio, el FT se une al factor VII activado y
forma el complejo VIIa/FT. Este complejo tiene la capacidad de activar
a los factores IX y X. Luego, el factor Xa estimula la transformación
de protrombina a trombina. La trombina actúa sobre el factor V,
el factor VIII y sobre las plaquetas. Estos eventos son críticos
en la propagación de la coagulación.
La propagación se produce cuando el factor IXa se une al factor
VIIIa en la superficie de las plaquetas. De esta manera se activa en forma
eficiente al factor X. El factor Xa y el factor Va se unen en la superficie
de la plaquetas y forman el complejo protrombinasa que transforma a la
protrombina en trombina. En el paso final de la coagulación, la
trombina convierte al fibrinógeno en fibrina y activa al factor
XIII, que estabiliza al coágulo.
Los nuevos anticoagulantes se clasifican en cuatro grupos: inhibidores
de inicio de coagulación; inhibidores de propagación; inhibidores
de los factores VIIIa y Va; e inhibidores de trombina. Los inhibidores
de inicio de coagulación actúan sobre el factor tisular
(tissue factor pathway inhibitor o TFPI) o sobre el factor VIIa (forma
inactivada del factor VIIa). Entre los inhibidores de propagación
se destacan los inhibidores indirectos del factor Xa (fondaparinux e idraparinux)
y los inhibidores directos (DX-9065a y DPC-906). También se están
investigando los inhibidores que actúan sobre los factores VIIIa
y Va (proteína C, proteína C activada y trombomodulina soluble).
Por otra parte, se está evaluando el uso de diversos inhibidores
que actúan en forma directa sobre la trombina (hirudina, bivalirudina,
argratroban y ximelagatran).
“Se han evaluado varios anticoagulantes nuevos y prometedores, sin
embargo el papel de muchos de estos agentes todavía debe ser delineado.
El desafío es determinar cuál de los agentes que están
en desarrollo va a brindar la mayor eficiencia, con el mayor grado de
seguridad y a un costo razonable. Para ganar aceptación en la profilaxis
y el tratamiento del tromboembolismo, los nuevos anticoagulantes deben
alcanzar una relación costo-beneficio que sea tan buena como la
de la heparina de bajo peso molecular o la de la warfarina”, destacaron
los autores en un reciente artículo publicado en la revista Arteriosclerosis
Thrombosis and Vascular Biology.
Referencias:
Bates S, Weitz J. Emerging anticoagulant drugs. Arteriosclerosis Thrombosis
and Vascular Biology; 23: 1491-500. (Septiembre de 2003)
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