Institucionales |
La crisis del sistema de salud tocó fondo en el 2002 |
Se espera que en el año que comienza la clase política se ocupe seriamente de recomponer el modelo solidario y de resolver la difícil situación por la atraviesan los prestadores acorralados por la falta de financiamiento, el aumento de los insumos y las enormes deudas de la obras sociales![]() En los meses transcurridos durante el año que acaba de finalizar, muchas han sido las circunstancias institucionales, sociales y económicas por las que los argentinos han tenido que pasar, en muchos momentos cargadas de mucha angustia y a veces de enorme confusión y desconcierto. Entre los derechos constitucionales más afectados y que más repercutieron entre nuestros compatriotas la salud fue uno de los mas golpeados y vapuleados en todos sus aspectos. La enorme deuda que acarrea aún con los prestadores de la Salud, las dos obras sociales más grandes del Estado, PAMI e IOMA sumado al atraso en el pago del resto de las obras sociales, además de la suba de dólar que afecta directamente la compra de insumos y medicamentos además de la imposibilidad de ajustar los honorarios en consecuencia al aumento de los precios han hecho del año 2002 uno de más difíciles par el sector que más exigencias tienen no sólo desde lo específico sino también desde lo mas profundamente humano. Sin embargo FABA no ha permaneció inmóvil y desarrolló un abanico de acciones y gestiones a fin de resguardar los intereses de los profesionales. Entre algunas de las medidas que se adoptaron estuvo la de no cortar la cedan de pagos y pese a que FABA tuvo meses en los que no cobró las prestaciones, realizó adelantos de pago con fondos autorizados por el Consejo directivo. Además en oportunidades en las que lo pagado era escaso, no se realizaron las retenciones de cuotas de prestamos y/o ventas de EMSA, para no disminuir lo percibido por los bioquímicos. Las solicitadas publicadas en los periódicos de la capital bonaerense y en el diario Clarín, las reuniones con el gobernador Felipe Solá, la conformación del Comité de Crisis, el llamado a integrar el Pacto Social de la Salud, las reuniones con CAPRODI para la búsqueda de estrategias para el sector, son sólo algunas de las acciones encaradas para la búsqueda de soluciones a la crisis sanitaria. La Federación Bioquímica estuvo durante el 2002, presente en todos los reclamos y en las gestiones de cobranza con la premisa de mantener las fuentes de trabajo, entendiendo que la ruptura indiscriminada de los convenios, los cobros de adicionales irracionales, llevarían al sector a una anarquía que haría invariable cualquier sistema. Dentro de un marco de creciente reclamo social , el dólar que a mediados del año 2002, llegó a tocar los cuatro pesos, con sus efectos devastadores sobre los insumos para el sector de la salud se hizo sentir fuertemente con aumentos de entre el veinte y hasta el cincuenta por ciento, mientras los aranceles profesionales continuaban congelados en valores de hace diez años, no obstante los esfuerzos de FABA por reconvertirlos a valores más acordes a los tiempos que corren. Sin embargo la profundización de la crisis sanitaria en el marco de otra más grave, económica, obligó a todos los actores sociales a debatir con crudeza la situación por la que atraviesan los prestadores de la salud y entre ellos los bioquímicos como uno de los segmentos mas perjudicados. Todo esto enmarcado en el aumento de los insumos para laboratorios, tanto sean de origen extranjero o de fabricación nacional, que desde la salida de la convertibilidad, aumentaron mas de un 50 por ciento, dolarizados y superando en algunos casos los valores de convenios; todo esto sumado al atraso en los pagos por parte de las Obras Sociales que en promedio superan los cinco meses. Desde FABA se advirtió desde el comienzo de la crisis que ante semejante cuadro y de persistir esta situación, se marcha hacia una ruptura no querida del modelo de solidaridad, con el consiguiente deterioro de la salud de la población y el menoscabo del trabajo profesional, ya que los laboratorios no podrán seguir cumpliendo con las pautas contractuales acordadas. Asimismo, se iniciaron desde la Federación Bioquímica diversas gestiones ante diferentes obras sociales con el fin de lograr una recomposición de los valores arancelarios, habida cuenta del incremento salarial dispuesto por el gobierno nacional, de 100 pesos para los trabajadores privados, que desde el 2003 se eleva a 130, con la referencia de que esa mejora no remunerativa solamente sufrirá los descuentos correspondientes a las obras sociales y al PAMI. La situación del Instituto Nacional de Jubilados y pensionados que durante buena parte del año estuvo sin reconocer las deudas con los prestadores, algunas cercanas a los diez meses de atraso, también repercutió fuertemente en los prestadores de la salud quienes aseguran que el PAMI les debe una cifra cercana a los dos mil millones de pesos, mientras que su interventor admite que el déficit mensual del la obras social de jubilados y pensionados supera los 40 millones. El sector privado y el sector publico de la salud pasan por una situación catastrófica, poniendo en peligro el modelo solidario por lo que ahora mas que nunca es necesaria la urgente adopción de decisiones políticas relacionadas con el financiamiento, que de no suceder en el corto plazo hundirá a en un abismo el derecho a la salud de los argentinos. No obstante no deben dejar de mencionarse algunos intentos verdaderamente ponderables que como en el caso de la prescripción de medicamentos por el nombre genérico de las drogas, que apuntan a sanear los alicaídos fondos de la seguridad social. Como si fuera poco, a todo esto habrá que sumarle los casos de desnutrición y muerte de niños de nuestro país, especialmente en Tucumán, las elecciones en el PAMI y muchas otras cosas que pusieron a prueba la fuerza, y la entereza y la coherencia de los argentinos y sobre todo a los prestadores de la salud, tanto públicos como privados. La disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos, el importante índice de desempleo y de trabajo informal, representado en el cuentapropismo , la flexibilización laboral, el trabajo que no provee aportes a la seguridad social, etcétera) y como consecuencia de esto, el aumento notable del numero de personas sin cobertura de Seguro de Salud (Privado y voluntario, como el caso de los sistema de medicina prepaga o las Obras Sociales del sistema de la Seguridad Social ligados al empleo son otras de las tantas causas y consecuencias de la Argentina en una profunda crisis sanitaria. Es caso mas obvio es el de los que dejaron de pagar por los servicios de salud privados y se han volcado masivamente a los hospitales públicos en busca de la resolución de sus necesidades sanitarias, mientras que estos no pueden contener semejante desequilibrio agravado con las falta de financiamiento, personal e insumos. Los sectores el estatal y el privado s encuentran en serios inconvenientes por la sobre demanda en un caso y la subutilizacion de los recursos en otro. El elevados costo de los insumos que van desde medicamentos, material descartarle, prótesis, material de diagnóstico, hasta equipamiento, afecta por igual la calidad del servicio que se intenta prestar. La aparición de nuevas patologías derivadas de la grave situación económica, es decir enfermedades causadas por carencias alimentarias y nutricionales desde la primera infancia, combinadas a enfermedades mas acordes con sociedades mas desarrolladas, hace un llamado de atención a todos los actores del sector sanitario del país. Esta crisis devastadora ha creado la conciencia de que el modelo y la forma de financiamiento del sistema sanitario argentino no es un sistema único: lo forman otros dos subsistemas: uno publico y otro privado, y se está llegando a la conclusión que ya no puede haber soluciones parciales, sectoriales o aisladas, las respuesta del orden político e institucional debe ser global, sin dejar de decir que el compromiso es de todos y que deben unirse los recursos y los esfuerzos de los que desean otra salud en la Argentina y en ese reclamo están también incluidos los que buscan llegar en pocos meses, a través de elecciones a ocupar la mas alta magistratura de Nación. El 2003, que recién comienza, lleva la carga de todo lo que no se ha hecho durante el año que culminó, pero también trae experiencia de todo lo que hay que hacer para rescatar el sistema de salud. Ese sistema tendrá que ocuparse y atender a todos los que están involucrados: los ciudadanos -que son por derecho constitucional los que se merecen la mejor atención- y los prestadores, entre ellos los bioquímicos, a quienes se le debe una mejor planificación en el pago de lo que les deben la obras sociales, un mejor financiamiento con el que puedan sostener el tremendo peso del deterioro de la salud argentina, aranceles acordes a las nuevas pautas económicas y sobre todo reglas de juego claras para que el diálogo- ese que jamás FABA ha abandonado ni aún en los tiempos mas duros- no termine en meras reuniones sino que alumbre las soluciones que se esperan para una sociedad como la nuestra, tan sufrida que espera entre otras tantas mejoras un sistema de salud acorde a la dignidad de todos los argentinos. |